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A Latinoamérica le urge un nuevo contrato social según OCDE

En su reporte “Perspectivas económicas de América Latina 2021: Avanzando juntos hacia una mejor recuperación”, la OCDE dedica un capítulo entero a lo que ellos definen como “repensar el contrato social” pero ¿a qué se refieren?

Después de la pandemia muchos de los problemas fundamentales de América Latina se acentuaron. Algunos de estos problemas son la falta de confianza, un tema que se hace notar en las instituciones, los partidos políticos, e incluso de manera horizontal entre personas, desconfianza acentuada por la gran violencia que la región ha experimentado históricamente.

Otras de las problemáticas que este reporte menciona son la insatisfacción de los servicios públicos como los sistemas sanitarios y del sistema educativo, además de la rampante desigualdad social del continente en donde el 10% de la población maneja el 49% de los recursos. Finalmente, tendencias globales como el cambio climático, la transformación digital, nuevos movimientos en busca de derechos de las minorías como Black Lives Matter y #MeToo o #NiUnaMenos.

Estos desafíos causan un debilitamiento de los tejidos sociales e institucionales de los países latinoamericanos y por esta razón la OCDE propone una reestructuración de estos para así crear sociedades más prosperas, desarrollo económico y progreso en la región.

¿Qué es el contrato social?

El contrato social es un concepto de filosofía política creado durante la ilustración en el siglo XVII. Este propone que todas las instituciones sociales y políticas, formales e informales solo pudieron haberse creado por medio de un contrato invisible, implícito e integral de toda la sociedad al que todos dan consentimiento de rendir algunas de sus libertades por su propio bienestar. En palabras simples, la teoría propone que toda la sociedad es creada por un acuerdo entre todas las personas. Estas teorías han sido desarrolladas por pensadores de la ilustración y la revolución francesa como Thomas Hobbes, John Locke, Jean-Jaques Rousseau, al igual que por filósofos más modernos como David Lewis, John Rawls o Robert Nozick, entre muchos otros.

Lo que propone este reporte es repensar este contrato y cuestionarnos las instituciones sociales y políticas de los países. Propone analizar los problemas que existen actualmente que dañan el desarrollo de los pueblos y crear un nuevo acuerdo con nuevas reglas que se adapten más a las necesidades y desafíos actuales.

El nuevo contrato social

Se propone dos dimensiones para lo que sería un nuevo contrato social. La primera de estas es la inclusividad, la OCDE propone tres áreas de inclusividad: entre grupos socioeconómicos, entre territorios y entre generaciones. La segunda dimensión son las áreas de políticas, las propuestas del reporte son estrategias públicas más resilientes y sostenibles, sistemas de bienestar más amplios y eficaces y finalmente la mejora de los modelos de financiamiento para el desarrollo.

Uno de los ejes principales que propone la OCDE es mejorar los aparatos de impuestos. Para que sean más más progresivos, de mayor eficiencia en la recaudación y una mejora en la reinversión de los mismos. Mejorando la distribución de cómo se pagan los impuestos, reducir la evasión e invertir los impuestos de mejores maneras para que estos realmente retribuyan a la sociedad. De este modo fortalecer los servicios públicos como la salud, hacerlos que estos lleguen a más personas y así solucionar muchos de los desafíos principales de la región

¿Cómo ejecutar estas reformas?

En el momento de la implementación los ejes son tres. Primero que todo asegurar la inclusión de todos los sectores de la sociedad, un principio que no solo se basa en incluir a la hora de desarrollar políticas, sino que también en la toma de decisiones y aumentar la representatividad.

El segundo paso es eliminar los obstáculos para la ejecución de los planes, para esto se pueden usar herramientas digitales, pero hay que considerar las brechas en estos temas y la influencia de los medios de comunicación o la desinformación. Además, es primordial reducir la influencia de entes privados en la política, conocido como cabildeo o “lobbying”. Para terminar la fórmula que la OCDE propone para realizar cambios en el contrato social, viene tomar decisiones a largo plazo, pero considerando los efectos instantáneos de estas políticas, para así volverlas viables. Mejorar la impunidad, la transparencia y desarrollar planes nacionales de desarrollo a largo plazo.