Polymarket convierte los eventos del mundo real en “mercados” donde cualquiera puede apostar sobre acontecimientos futuros. Elecciones, criptomonedas, deportes, entretenimiento: si existe incertidumbre, se puede transformar en una oportunidad de inversión. Además, se ha convertido, casi sin pretenderlo, en un componente del ecosistema informativo.
La plataforma es, efectivamente, un mecanismo de apuestas. Pero su relevancia trasciende el entretenimiento: radica en lo que este sistema revela sobre la percepción de la gente sobre los sucesos noticiosos. Es decir, las personas reaccionan instantáneamente a nueva información que cambia su parecer: encuestas, debates, filtraciones e incluso rumores. Mientras una redacción periodística tradicional puede invertir días en analizar y contextualizar la información, en Polymarket se observa en tiempo real cómo el consenso colectivo ajusta sus expectativas. Representa la economía de la información en su manifestación más descarnada.
Lo que emerge es una inteligencia colectiva que opera en tiempo real. Carece de los sesgos editoriales inherentes a los medios convencionales y permite que diversas perspectivas se amplifiquen, sin favorecer ningún espectro ideológico particular. Constituye una forma de democratización mediática que refleja cómo el público, que respalda sus convicciones con dinero, percibe la realidad.
Su fiabilidad es notable: sus predicciones a corto plazo alcanzan una precisión superior al 90% en proximidad a la fecha de resolución. En contextos electorales y eventos financieros, frecuentemente supera en precisión tanto a las encuestas tradicionales como a los modelos estadísticos sofisticados.
Así se mueve la información
El mecanismo que permite a esta plataforma anticipar el futuro es elegante. El sistema genera “contratos” sobre cuestiones que exigen respuestas binarias: “Sí” o “No”. Por ejemplo, “¿será Pietro Parolin el próximo papa?”. Las participaciones fluctúan entre cero y un dólar, lo que refleja la probabilidad que el consenso del mercado asigna al evento. Adquirir acciones del “Sí” a 0.62 dólares equivale a estimar una probabilidad del 62% para dicho resultado. Un pronóstico acertado se liquida a un dólar por acción cuando el evento se resuelve; en caso contrario, se pierde el capital invertido.
Son precisamente estos precios, expresados en centavos de dólar, los que muestran el consenso sobre sucesos futuros. Este mecanismo captura el sentir popular con una objetividad difícilmente replicable por otros medios.
Incluso, algunos medios de comunicación han comenzado a utilizarlo como un indicador predictivo. El periodismo contemporáneo no puede limitarse a documentar el pasado; debe ofrecer perspectivas fundamentadas sobre los escenarios futuros.
Más credibilidad sin sesgos
Representa un instrumento particularmente valioso para anticipar resultados electorales, donde frecuentemente existe discrepancia entre las declaraciones públicas de los votantes y su comportamiento efectivo en la privacidad de las urnas o de sus apuestas en Polymarket.
Este mercado predictivo adquiere especial relevancia en un contexto donde la credibilidad de los medios tradicionales ha experimentado un declive sostenido. Durante las elecciones presidenciales mexicanas de 2024, Massive Caller, una encuestadora contratada por el PAN, proyectaba una contienda más reñida para su candidata Xóchitl Gálvez frente a Claudia Sheinbaum. Los resultados finales evidenciaron la magnitud de su error.
De hecho, uno de los momentos definitorios para la reputación de Polymarket fue su predicción notablemente precisa del resultado electoral estadounidense en 2024. Shayne Coplan, director ejecutivo de la plataforma, declaró en X (anteriormente Twitter): “Polymarket por sí solo anticipó el resultado electoral con mayor precisión que cualquier otro instrumento. La máquina global de la verdad ha llegado, creada por la gente misma”.