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¿El agua con gas es igual de saludable que el agua sin gas?

Según expertos, las bebidas gasificadas y saborizadas sin azúcar son, en moderación, más recomendables que los jugos o refrescos.

En general tomo mucha agua carbonatada y sin azúcar. ¿Tendrá los mismos beneficios para la salud que el agua normal?

Está el agua sin gas y luego está lo que a mi novia le gusta llamar “agua picante”, más conocida como seltzer, agua con gas o carbonatada. Vigorizante, burbujeante y efervescente, el agua con gas se ha convertido en un ritual diario para muchos y en un segmento creciente de la industria de las bebidas, siendo México el país que mas consume bebidas carbonatadas per cápita en el mundo.

Para quienes mueren por ella, el agua con gas ofrece una experiencia sensorial que el agua sin gas no puede ofrecer: el delicioso chasquido de la lata al abrirla. El burbujeo de la efervescencia al desenroscar el tapón de la botella para servirte un vaso. La sensación de cosquilleo cuando la bebida llega a la lengua, a veces con un toque de sabor “natural”.

El agua sin gas es estupenda para la hidratación, “pero te sorprendería el número de personas a las que no les gusta el sabor y no están dispuestas a beberla”, afirma Anne Linge, dietista y nutricionista certificada del Centro Médico de la Universidad de Washington en Seattle. “Añadir carbonatación puede hacerla más aceptable”.

Más aceptable, quizás, pero ¿es igual de saludable?

Los nutricionistas coinciden en que el agua carbonatada (una categoría que incluye el agua con gas carbonatada artificialmente y el agua con gas natural) es tan hidratante como el agua normal, sin embargo, el agua del grifo tiene el beneficio añadido del flúor, que ayuda a prevenir la caries dental.

“Si utilizas agua fluorada para cepillarte los dientes, cocinar y parte de tu hidratación, también puedes incluir el agua con gas en tu dieta”, afirmó Linge.

Pero hay que tener en cuenta que el agua con gas es más ácida en la boca que el agua sin gas.

El agua con burbujas contiene dióxido de carbono, que se convierte en ácido carbónico al mezclarse con la saliva, lo que reduce el nivel de pH de tu boca. La escala de pH indica si una solución es más ácida (pH más bajo) o alcalina (pH más alto). Las bebidas con un pH más bajo pueden ser erosivas para los dientes, haciéndolos más susceptibles a las caries; sin embargo, el agua carbonatada sin azúcar no es ni de lejos tan erosiva como los refrescos o jugos de fruta.

Algunas marcas de agua carbonatada incluyen ingredientes como el ácido cítrico para dar sabor, lo que puede elevar el nivel de acidez. Añadir tus propias rodajas de limón o lima tendría un efecto similar. Y como la lista de ingredientes suele decir “sabor natural”, es difícil saber exactamente qué se ha añadido.

Aun así, “habría que consumirla mucho a lo largo del día para que tuviera efectos perjudiciales similares a los que veríamos con los jugos de frutas o las bebidas gaseosas”, afirma Brittany Seymour, profesora asociada de la Escuela de Medicina Dental de Harvard.

En conclusión: dado que el agua carbonatada tiene el potencial de ser erosiva, piensa en ella como un capricho de una vez al día y no como tu principal fuente de agua, dijo Seymour.

“Si quieres tomar dos o tres aguas con gas al día, tal vez deberías acompañarlas con una comida”, añadió.

Al comer, la boca produce más saliva, que puede ayudar a neutralizar los ácidos de la superficie de los dientes.

Si prefieres beberla sola, sin comida —Seymour suele beber agua carbonatada sin azúcar mientras prepara la cena—, utiliza un popote o sorbete para ayudar a que el agua pase sin tocar mucho tus dientes. En general, procura no beberla a sorbos durante más de una hora. Beber agua con gas durante mucho tiempo prolonga el tiempo que tus dientes están expuestos a la acidez.

Si te encanta el agua con gas y te gusta beberla varias veces al día, sin las comidas, considera la posibilidad de cepillarte los dientes con una pasta dental con flúor después para evitar las caries. Solo asegúrate de esperar al menos 30 minutos después de tu última bebida, dice Seymour.

¿Por qué? La acidez del agua carbonatada ablanda el esmalte de los dientes. Tomar un descanso da a tu esmalte la oportunidad de remineralizarse y volver a su estado normal de endurecimiento, que es la superficie ideal para el cepillado porque puede tolerar mejor los abrasivos, añadió.

Si tienes niños a los que también les gusta disfrutar del agua con burbujas, “yo diría que en general está bien”, dijo Seymour. Pero, añadió, “yo no lo haría todos los días con mi hija”. Lo ideal es que los padres animen a sus hijos a beber agua sin gas y fluorada para protegerse de las caries, dijo, y que reserven el agua con gas para ocasiones especiales.

Las bebidas carbonatadas también pueden contribuir a los gases y la hinchazón, pero el grado varía de una persona a otra.

La carbonatación también puede empeorar el reflujo ácido y tener un “efecto llenador”, que puede disminuir el apetito al crear distensión en el vientre, añadió.

Independientemente del tipo de agua que prefieras, intenta beber cada día alrededor de la mitad de tu peso corporal en onzas, y que la mayor parte sea de agua sin gas, dijo Schuchmann. El ejercicio de proporción debe hacerse con el peso en libras; por ejemplo, si pesas 150 libras (68 kilos) deberías beber unas 75 onzas (dos litros) de agua para mantenerte hidratado.

Otra cosa que hay que tener en cuenta: mucha gente asume que la soda (también llamada club soda) y el agua con gas son intercambiables, pero la soda suele tener sodio.

“Para alguien que vigila su presión arterial, es algo que debe tener en cuenta”, dijo Schuchmann. “Depende de cómo sea el resto de tu dieta y de la cantidad de sodio que provenga de otras fuentes”.