Altos funcionarios de la administración Trump están advirtiendo al Gobierno de México que está violando el nuevo T-MEC al favorecer a las empresas energéticas estatales mexicanas por encima de las estadounidenses que han invertido decenas de miles de millones de dólares desde que México abrió su sector energético a la inversión extranjera hace seis años.
En una carta enviada a principios de esta semana, el Secretario de Estado de los EE.UU. Mike Pompeo, el Secretario de Energía Dan Brouillette y el Secretario de Comercio Wilbur Ross dijeron que los reportes de que el gobierno mexicano estaba bloqueando los permisos para las firmas de propiedad extranjera y escribiendo regulaciones para favorecer a Pemex y otras compañías estatales eran, “profundamente preocupantes”.
“Aunque respetamos el derecho soberano de México de determinar sus propias políticas energéticas, estamos obligados a insistir en que México cumpla con sus obligaciones, en defensa de nuestros intereses nacionales”, dice la carta, dirigida a sus contrapartes en México, Marcelo Ebrard, Rocío Nahle y Tatiana Clouthier, titulares de Relaciones Exteriores, Energía y Economía, respectivamente.
La medida representó la intervención más enérgica hasta la fecha por parte de la administración Trump en lo que los observadores estadounidenses describen como una situación de devolución desde la elección del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador hace dos años.
El mes pasado el ex embajador de EE.UU. en México, Antonio Garza, dijo que Obrador estaba involucrado en una “lenta expropiación hecha a través de los organismos reguladores de México, y eso está haciendo cada vez más difícil hacer negocios en el país”.
Desde que el expresidente mexicano Enrique Peña Nieto puso fin a una política de casi un siglo de duración que mantenía a las empresas extranjeras fuera de los yacimientos petrolíferos de México, se estima que cerca de 100.000 millones de dólares han sido invertidos en el sector de la energía de México por empresas extranjeras.
El grupo comercial American Fuel and Petrochemical Manufacturers dijo el mes pasado que las estaciones de gasolina de marca estadounidense en México están siendo citadas por infracciones menores o inexistentes y el combustible de las refinerías estadounidenses está siendo retenido en la frontera.
En julio, el gobierno mexicano ordenó a Talos Energy que trabajara con Pemex en el desarrollo de un campo petrolero masivo en el Golfo de México, que la empresa de Houston había descubierto tres años antes después de ganar lo que parecía ser derechos exclusivos de perforación en una subasta del gobierno.
Hasta ahora López Obrador, no ha dado señales de retroceso, y en octubre dijo a los periodistas que estaba dispuesto a hacer retroceder las reformas energéticas de 2014 para proteger los empleos mexicanos y mantener bajos los precios de la energía doméstica.
“Necesitamos rescatar a Pemex (y a otras empresas energéticas estatales)”, dijo, según el periódico Reforma. “Si eso no es posible bajo el marco legal actual, enviaré, si es necesario, una iniciativa para reformar la Constitución.”