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¿Eliminar el cambio de horario en México?

Adelantar una hora el reloj es un viejo hábito que ya está cansando a muchos en México. La medida que se implementó desde 1996 y que consiste en adelantar el reloj el primer domingo de abril y atrasarlo el último domingo de octubre de cada año, parece haberle colmado el plato a buena parte de la población, pero sobre todo a diversos actores políticos, entre ellos, al presidente de México.

A Andrés Manuel López Obrador no le gusta el horario de verano y lleva años manifestando su desacuerdo con el cambio de horario. “Se habló de ahorros, pero no se demostró que realmente se ahorrara en energía eléctrica”, ha dicho el mandatario, quien ha encargado estudios a la Secretaría de Energía para comprobar si hay ahorros de energía, uno de los argumentos que dio en su momento el Gobierno de México.

El jefe de Estado tiene varios aliados que respaldan su negativa a seguir continuando con el cambio de horario en el país. En primer lugar, la decisión del Senado de Estados Unidos de acabar con el cambio de hora y quedarse en la estival, una decisión que debe refrendar el Congreso y el presidente, Joe Biden. Después, sus aliados en el Congreso mexicano. El diputado morenista Gerardo Fernández Noroña presentó una iniciativa para derogar diversos artículos de la Ley del Sistema de Horario que rige en el país. “Razones científicas, de salud y demás sobran, es hora de dejar de agredir a la población en general por beneficiar a unos cuantos”, ha dicho el político.

Por otro lado, la diputada del PRD Olga Luz Espinosa también ha registrado una propuesta para acabar con el horario de verano en 2023. “Podemos señalar que el horario de verano no ha influido en el crecimiento del país al estimar que el ahorro de energía traería aumento de la productividad y el crecimiento”, expone la legisladora en su presentación de motivos para derogar los artículos de la Ley.

Falsos ahorros e impacto a la salud: los argumentos en contra

Desde el punto de vista energético, la razón de ser el horario de verano es aprovechar más la luz del sol y así hacer menos uso de luces en casas y edificios. “En la medida en que se pueda aprovechar la luz natural, se prende menos as de la casa, y la demanda pico es el estrés máximo que tiene el sistema eléctrico, en verano es la época pico, por eso se evaluaron las formas de bajar el estrés al sistema”, explica en entrevista Rosanety Barrios, analista independiente especialista en energía.

Lo cierto es que no hay datos concluyentes sobre el ahorro de energía. Según el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), en 2018, el último dato disponible antes de que comenzara el Gobierno de López Obrador, el ahorro en consumo de energía eléctrica fue de 945 gigavatios, con lo que “se podría abastecer 592.000 casas durante todo un año, o alimentar 8,3 millones de lámparas fluorescentes durante 24 horas por un año entero”, dice la dependencia.

Sin embargo, este ahorro no se ve reflejado en la tarifa que pagan los usuarios, un rubro que la diputada Espinosa ha puesto sobre la mesa en este debate. Eleazar Castro Pérez, consultor independiente en energía, indica que para evaluar si realmente hay un ahorro de energía, tendría que suspenderse la aplicación del horario de verano. “No es lo mismo que en Estados Unidos o en países de Europa, porque entre más al norte estén las condiciones de luz solar cambian. Sí se ven ciertos beneficios de tener una hora más de luz por las tardes”, refiere el experto en entrevista.

Adicionalmente, si Estados Unidos aprueba deshacerse del cambio de horario y permanecer en la hora estival, cabría preguntarse si México permanecería en el horario de invierno o también se mudaría al horario con más luz de modo definitivo. “La relación comercial más importante es con los EE UU, algo que se debe de analizar”, dice Barrios.

Quizá el ahorro más importante no sea el económico, sino ambiental. Un estudio del Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias indica que en 2006, la aplicación del horario de verano evitó emitir a la atmósfera 1.427 toneladas de bióxido de carbono y se tuvo una reducción en el consumo de combustible para la generación de energía eléctrica de 2.754 millones de barriles de petróleo. “Vale la pena plantear si ante el cambio climático la implementación del horario de verano no tenga tantos beneficios como en el pasado o si los tenga más”, dice la analista Barrios.

Otra de las razones para despedirse para siempre de este horario gira en torno a la salud de los mexicanos. No solo se trata de la desorientación que causa el tener una hora más de luz, sino del rendimiento que tienen los seres humanos. “Hay evidencia médica que, como consecuencia de tal modificación, se generan alteraciones del sueño al afectar el ritmo cardiaco y aumentar la sensación de cansancio, irritabilidad o cambios de humor”, expone el diputado Fernández Noroña.

Sin embargo, tampoco estos motivos son concluyentes. Un estudio de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM, indica que no hay implicaciones directas del cambio de horario en los patrones de mala calidad de sueño que experimentan algunas personas. “Cabe aclarar que esto se ha observado principalmente en pacientes con trastornos del sueño, como quienes sufren de insomnio, trabajan de noche o tienen rotación de turnos”, dice Ulises Jiménez Correa, responsable de la clínica.

Aunque esta medida se aplica el primer domingo de abril desde hace 26 años, los Estados de Sonora y Quintana Roo, mientras que 33 municipios de la franja fronteriza norte implementan la medida el segundo domingo de marzo para homologar la hora con las ciudades estadounidenses. Con estas aplicaciones, México es el único país que tiene dos fechas distintas para adelantar los relojes.

México no es el único país que está considerando abandonar para siempre el cambio de horario. La Comisión Europea presentó una propuesta destinada a eliminar los cambios de hora en toda la UE al año siguiente, tras una consulta en la que el 84% de los 4,6 millones de ciudadanos europeos encuestados se mostraron a favor de abandonar esta política. Sin embargo, aún no está claro cuáles son los países que se sumarían a esta decisión.

A nivel internacional, no todos los países cambian la hora dos veces año, sino que se trata de una práctica que se ejecuta principalmente en Europa, a excepción de Islandia y Turquía, y en América del Norte. En Sudamérica, solo Chile y Paraguay siguen adhiriéndose el cambio de horario, mientras que, en Asia, casi ningún país los aplica, salvo Irán, Palestina, Siria y Jordania. Por su parte, Indonesia, Arabia Saudí, Afganistán, Venezuela, Vietnam, Camboya, Tailandia y buena parte de África nunca se han sumado a esta medida.