Las tarjetas de crédito son una adicción y los mexicanos lo sabemos

Hoy, aunque haya más tarjetas en las carteras de los mexicanos, nuestra capacidad de compra es menor


En México, pocas cosas importan más que disfrutar el ahora. Mañana veremos cómo resolvemos las consecuencias.

Tan sólo el auge en el número de tarjetas de crédito otorgadas en el país lo muestra. En enero, el promedio de tarjetas otorgadas al día fue de 4,205. Es decir, cerca del promedio mensual del año anterior, cuando circulaban 35.5 millones de plásticos (hasta agosto), según las cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).

El consumo básico es la prioridad de los mexicanos, y el incremento en las tarjetas de crédito es una señal de las necesidades de su liquidez, según un análisis de Vanguard en colaboración con México, ¿Cómo Vamos?

Sin embargo, el derroche no se da a manos llenas, pues, aunque haya más tarjetas en las carteras de los mexicanos, su capacidad de compra es menor. El monto utilizado ha desacelerado, y el destino de esos recursos ha cambiado en los últimos 12 meses. Hace dos años las tarjetas se usaban para comprar boletos de avión principalmente. Ahora, el mayor porcentaje está destinado a supermercados.

Este cambio en la dinámica de consumo es reflejo de la situación económica de los hogares mexicanos, donde el consumo básico es prioridad. El incremento en las tarjetas de crédito es una señal de las necesidades de liquidez de los mexicanos.

Obtener este financiamiento al consumo no es gratis. Son los bancos que otorgan estos créditos los grandes ganadores. Hasta julio del año pasado, la banca comercial obtuvo 245,977 millones de pesos por tarjetas de crédito, un incremento de 9.1% más que el año anterior. Se trata de un negocio redondo: del total de los deudores, sólo el 3% de ellos se registran como no pagadores, de acuerdo con el Índice de Morosidad registrado por el Banco de México (Banxico).

Según una encuesta realizada por Invested a más de 6,000 personas son los Millennials quienes sienten más estrés financiero con un 52.4%. Y la generación Z no está lejos: 49%. Este dato refleja cómo las generaciones más jóvenes enfrentan mayores desafíos económicos, como la incertidumbre laboral y el aumento del costo de vida.

Dos de cada tres encuestados reportan que su principal preocupación financiera son sus deudas. Sobre todo aquellos que dedican más del 50% de sus ingresos a sus deudas y sus intereses.

Esta carga financiera constante genera un círculo vicioso de ansiedad y preocupación, que puede llevar a una disminución en la calidad de vida y en la capacidad de las personas para disfrutar de sus ingresos.

El incremento en el salario mínimo, que en 2025 se elevó a 278.80 pesos diarios (fuera de la Zona Libre de la Frontera Norte, ZLFN) y los apoyos sociales del gobierno, así como las remesas, son argumentos para que los bancos emitan más tarjetas. Las remesas, por cierto, siguen en niveles máximos. 

Pero hay un riesgo latente: la morosidad. En un contexto de “casi” estar en recesión económica, se incrementa la probabilidad de morosidad, por lo que los grupos financieros y bancos han incrementado sus reservas financieras para hacer frente a dichos riesgos. Aunque las emisiones de tarjetas continúan.

El año pasado se cerró el nivel de morosidad en 3.0% en el segmento de crédito al consumo. Banxico considera este nivel todavía “estable”, pese a que han aumentado las tasas de interés y el número de tarjetas de crédito.

Es en el crédito al consumo donde las tarjetas de crédito son el componente más significativo. Mostró un crecimiento del 14.5% en enero de 2025, según Banxico. Se trata de un saldo superior a 1.68 billones de pesos. Así que mientras sea rentable para los bancos, y se cubran de la morosidad, la fábrica de tarjetas seguirá generando.

El estrés financiero en las generaciones Y (Millennial) y Z está influido principalmente por deudas, ingresos insuficientes, inflación y falta de educación financiera. Cuando se llega a afectar la salud mental y la calidad de vida de quienes lo padecen, es cuando se dan cuenta que ahora viven para pagar las tarjetas de crédito.

Cuando para solucionar un problema tienes que hacer uso de eso mismo que generó el problema entras en un círculo vicioso. De ahí que el uso de tarjetas de crédito se trate de una adicción, pues sin su uso para cubrir las necesidades básicas, no puedes sobrevivir. El resto de tus ingresos, como ya sabes, van a pagar tu deuda.