Las perspectivas económicas de México continúan empeorando. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado a la baja, por tercera ocasión, sus previsiones de crecimiento para el país latinoamericano en 0,7 puntos para este año, situándole en 1,5%. En 2025, el recorte es del 0,3% respecto al reporte anterior, de julio, para fijar el Producto Interno Bruto en 1,3%. En el informe de Perspectivas Económicas Mundiales, publicado este martes, el organismo multilateral advierte de que el ajuste para la economía mexicana refleja el debilitamiento de la demanda interna como consecuencia del ajuste de la política monetaria y anticipa una mayor contracción del PIB el próximo año por una postura fiscal más restrictiva.
Los pronósticos del FMI no son fortuitos, responden a algunas alertas que ya han empezado a encenderse de manera interna: una desaceleración en el consumo, en la creación de empleo, la ralentización de inversión extranjera y la incertidumbre sobre el horizonte económico por las recientes reformas estructurales. Los nuevos pronósticos del organismo multilateral se alejan cada vez más del crecimiento del PIB mexicano del 3,2% en 2023.
Por otra parte, el consumo privado en México va a la baja. Desde 2023 a la fecha, este pilar de la economía mexicana ha venido desacelerándose y aún se perfila una caída mayor antes del cierre del año. El Indicador Oportuno del Consumo Privado del Inegi refiere un alza de 2,7% en agosto respecto al mismo mes del año anterior y en septiembre el alza se calcula en solo 1,8%, lo que supone una tendencia a la baja en comparación con el crecimiento del 3,4% registrado en julio.
El consumo privado en México se perfila a una racha de menor dinamismo. Los analistas prevén que este rubro, motor del crecimiento económico del país, seguirá mostrando un comportamiento débil debido a la incertidumbre política interna y externa, una menor alza en la creación de empleos y por los episodios de inseguridad que han obligado a las empresas y puntos de venta a echar abajo la cortina.
A tasa mensual, el consumo privado reportó un ligero descenso del 0,1% durante septiembre de 2024, según las cifras oficiales del Inegi. El indicador es un cálculo preliminar respecto al Indicador Mensual del Consumo Privado, a publicarse en noviembre próximo. Los datos oficiales se alinea a las previsiones de los principales cuarteles financieros.
El propio banco central reconoció en su más reciente reporte que el consumo privado, tanto de bienes como de servicios, se debilitó en el bimestre, abril y mayo de 2024, a la par que se observó un menor ritmo de crecimiento en las inversiones hacia México. La fotografía del consumo ha cambiado drásticamente en los últimos años respecto a un boyante 2023, cuando detrás de una pandemia, el desembolso en los hogares reportó tasas de crecimiento anuales por encima del 7%.
BBVA en México reportó en septiembre un crecimiento del consumo en septiembre del 1,5% respecto al mes anterior, lo que representa una disminución de 0,7 puntos porcentuales en comparación con agosto. BBVA refiere que el lento dinamismo del consumo privado se extenderá hacia los siguientes trimestres, en un entorno de menor crecimiento en otros segmentos de la economía. “Como resultado de la ralentización de la actividad económica en la primera mitad del año, y de la expectativa de bajo crecimiento para el segundo semestre, estimamos que el PIB registrará una variación anual de 1,2% para 2024″, indica el documento.
En otro frente, para la hemeroteca han quedado ya los tiempos del superpeso mexicano cuando la moneda arrancó de forma muy positiva este año. En marzo pasado, por ejemplo, se pregonaba a la divisa latinoamericana como la moneda más apreciada del mundo, con una cotización de 16,34 unidades frente al dólar. Ahora, las previsiones de los expertos apuntan a que a medida que se acerque la fecha de las elecciones estadounidenses, el peso puede caer aún más, a niveles de 20,50 unidades por dólar.
Puertas adentro, y ante una volatilidad en el tipo de cambio, Sheinbaum y su Gabinete han intentado mandar un mensaje de confianza y tranquilidad a los inversionistas. Esta semana, mientras Trump cargaba contra las importaciones mexicanas, la mandataria enfatizaba ante más de 200 empresarios mexicanos y estadounidenses que las condiciones para hacer negocios en México, bajo el amparo del TMEC, prevalecerán. “El tratado comercial nos complementa, no genera competencia entre nosotros. Nosotros tenemos la idea de mantener el Tratado con pocas modificaciones y este tratado iniciará su proceso de discusiones en el 2026″, declaró Sheinbaum, en el marco del CEO Dialogue, celebrado en ciudad de México.
Los mensajes de certidumbre y confianza lanzados por el Gobierno no han logrado calmar de todo a un mercado que también observa con estrecha cercanía el arranque de esta Administración, su proyecto económico y el avance de las recientes reformas aprobadas en el Congreso. En específico los cambios en la judicatura, con la elección ciudadana de más de 7.000 ministros y magistrados, y las modificaciones en las paraestatales energéticas, Pemex y la CFE, que en estos días han pronunciado su carácter como empresas públicas, borrando la reforma energética de 2013, cuando el presidente priista, Enrique Peña Nieto, abrió la entrada de jugadores privados a la generación de crudo y electricidad en el país.
La amenaza de la inflación
Una desaceleración de consumo que ocurre con una inflación que sigue sin dar tregua, aunque está dando señas de un breve respiro. El Índice Nacional de Precios al Consumidor se ubicó durante la segunda quincena de septiembre en 4,58%, sumando dos meses de desaceleración desde el 4,66% registrado a principios de mes. Los precios de los productos agropecuarios alcanzaron una disminución de 1,65% mensual, un crecimiento a tasa anual de 6,76%. Los expertos en consumo advierten que el consumo básico de alimentos y bebidas se mantendrá a pesar de la escalada de precios, mientras que los consumidores postergarán la adquisición de bienes más duraderos a causa, en parte, a la inflación.
Jorge Quiroga, director de la consultora Retail Lab, explica que en el primer semestre del año había una mayor cantidad de dinero circulando en el país, derivado de que muchas ayudas sociales se adelantaron a la veda electoral del 2 de junio y una mayor llegada de remesas a territorio mexicano. “Cuando la gente que no tiene mucho dinero le llega súbitamente una cantidad grande de dinero, ese dinero, en lugar de guardarlo, lo gasta. En segundo lugar, la cantidad de remesas que están llegando al país se ha detenido y eso supone menos circulante y, en tercer lugar, el consumo se está afectando por los incidentes de violencia en el país que han obligado a los puntos de venta a cerrar”, menciona.
Quiroga indica que el consumo se ha contraído más en los bienes de consumo duradero, con un precio de más de 4.000 pesos. “Ante tanta incertidumbre, la gente se está pensando más en comprar bienes de mayor precio, la inseguridad, la incertidumbre por el cambio de Gobierno, por los cambios en el Poder Judicial, todo eso, se refleja en el ánimo de consumo”, comenta. El especialista confía en que la temporada decembrina y de fin de año ayude a remontar el consumo en México y, advierte de que el golpe a la baja más fuerte se observará hasta el inicio de 2025.
Otro de los puntos de alerta, admiten los especialistas, estriba en el empleo a la baja. El empleo formal registró en septiembre el nivel más bajo de la última década para el mismo mes, con solo 90.968 plazas creadas, equivalentes a un incremento de 0,4% por ciento con respecto a agosto pasado. Además, en lo que va del año se han perdido 3.000 puestos eventuales, advierte el reporte mensual del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sobre el comportamiento de los puestos de trabajo en el país. Los Estados con menores plazas formales creadas fueron Tabasco, Zacatecas y Chihuahua.
En esta misma línea, el experto Carlos Hermosillo coincide en que los programas sociales ya no tienen la misma expansión del primer tramo del año, ahora hay menos inversiones en puerta y también se cerrará con un déficit muy elevado. “Va a ser un año difícil, de crecimiento muy modesto, el consumo es la base de la demanda de servicios y también es la base de muchos proyectos de inversión, si estos se detienen también afectará a la parte industrial. Aun así, creo que la economía mexicana está acostumbrado a resistir”, concluye.