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“Voy a seguir trabajando después de los 65”: La realidad de las jubilaciones en México

A sus casi 60 años, Yair Rodríguez reconoce que no podrá retirarse a cuidar a los nuevos integrantes de su familia, sus nietos como era su plan hace algunos años. “Me contrataron por primera vez hace unos 18 años, me corrieron y con lo que tengo en la Afore no me va a alcanzar para nada”. Para poder conseguir un ahorro mayor en su Administradora de Fondos para el Retiro (Afores), López buscó un trabajo con un salario apenas mayor del mínimo en el que trabajará, según sus cuentas, unos cinco años para poder retirarse con una pensión de poco más de 5.000 pesos (casi 250 dólares) al mes.

A 25 años de la creación de las Afores y la reforma al Sistema de Ahorro para el Retiro, los primeros trabajadores que llegan a la edad de jubilación bajo este esquema no ven posible poder tener un retiro digno. De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Ahorro para el Retiro (Consar), hasta mayo de este año se han retirado 32.220 trabajadores bajo el esquema de la Ley de 1997, que considera como única fuente para la pensión el ahorro que se hace en las Afores. “Tendré que trabajar más tiempo para que me den un poco más, la (pensión) mínima no es nada”, dice Rodríguez.

La última reforma que México realizó al sistema de pensiones en diciembre de 2020, permite que los trabajadores puedan jubilarse con una pensión mínima garantizada por el Gobierno, que es de aproximadamente 4.250 pesos al mes (casi 200 dólares). Iván Pliego Moreno, presidente de la Consar, explica en entrevista que la última reforma permite a los trabajadores poder retirarse con condiciones más dignas y con menos tiempo de trabajo. Antes, los empleados requerían trabajar 1.250 semanas (poco más de 24 años) para poder acceder a su pensión, mientras que a partir de 2021 se requieren 750 semanas (poco más de 14 años) que irán aumentando gradualmente hasta llegar a las 1.000 semanas (unos 20 años). “En el centro de las preocupaciones y de las propuestas están los intereses de los trabajadores, es un cambio de visión”, menciona en el aniversario de la primera gran reforma.

A pesar de que las aportaciones que hacen los empresarios a los fondos de jubilación, las pensiones de los trabajadores pertenecientes a la Generación Afore seguirán siendo bajas. Marilú Jáquez, de 37 años, cree que va a tener que seguir trabajando por muchos años, ya que no le alcanza para ahorrar para su vejez. “Me llegó un estado de cuenta y según un simulador me voy a retirar con 3.000 pesos”, menciona en consulta.

Para que las Afores funcionen, no basta con que las empresas aporten más dinero a los fondos de jubilación. Moisés Pérez Peñaloza, jefe de retiro de Aon Latinoamérica menciona que la falta de educación financiera no ha repuntado en más de dos décadas de la reforma que vio nacer a estas administradoras. “Para corregir este rumbo, en aras a un escenario complejo, de alta longevidad y con un alto costo de salud privado, además del tema ocupacional”, menciona en entrevista. “Si dejas de trabajar, qué vas a hacer cuando llegues a los 85 años”, reflexiona.

Como Jáquez, los mexicanos no tienen tiempo de pensar en su retiro. Aunque los niveles de ahorro voluntario (para trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social) y el ahorro solidario (para los trabajadores del Estado mexicano), han ido creciendo desde 1997, menos del 2% de los trabajadores hace aportaciones por su voluntad. Mientras que las Afores administran más de 7 billones de pesos, el ahorro consciente llegó a los 155 millones de pesos en mayo de 2022.

Que no hay dinero que alcance o que no creen llegar a la edad de retiro laboral (65 años en México), la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera muestra que 73% de los mayores de edad piensan solventar sus gastos en la vejez con apoyos del Gobierno. “Informar, difundir la educación financiera es uno de los grandes retos de toda la industria”, dice Pliego.