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Pemex se está quedando sin opciones

Enfrentando una crisis de liquidez entrando en este 2021, Pemex se está quedando sin opciones de soluciones viables para cubrir los pagos de la deuda que detiene. Varios analistas advierten que se necesitaran reformas que salven la vida de la estructura de impuestos de la empresa.

Pemex recientemente cobró fondos del gobierno destinados a ayudar a cubrir los pasivos de pensiones. Con eso, se compró un respiro de un pago de la deuda de 2.000 millones de dólares que vencía en enero.

Pero incluso después de aquella maniobra financiera, que ha recaudado 4.800 millones de dólares, la petrolera probablemente tendrá que emitir deuda en enero y requerir más ayuda del Gobierno de México durante el 2021.

“Es un agujero cada vez más grande”, dijo Simon Waever, estratega de Morgan Stanley al Financial Times

“La producción de petróleo no está repuntando y el gobierno no tiene tantos ingresos con los que jugar”, dijo. “A menos que tengan suerte y la producción aumente, tendrán que considerar otras formas. Una reforma fiscal más amplia es la solución más realista.”

Pemex se encuentra atrapada en un círculo vicioso: la mayoría de sus ganancias van al gobierno en forma de impuestos, lo que le deja muy poco para invertir en producción y la obliga a emplear deuda para financiar el gasto de capital.

Desde que el gobierno se comprometió a no aumentar la montaña de deuda de Pemex de 110.3 mil millones de dólares, la compañía ha tenido que seguir yendo tope en mano por ayuda.

La situación de Pemex es mucho peor de lo que todos en los mercados piensan“, dijo un ex funcionario de alto nivel a Bloomberg.

“Están quemando el dinero a la velocidad de la luz”.

La carga fiscal de Pemex se ha reducido del 65% en 2019 al 58% este año y se prevé que descienda al 54% en 2021. El año pasado financió sólo el 11% del presupuesto federal, aproximadamente una cuarta parte de lo que representaba su contribución a las arcas gubernamentales en 2008.

Sin embargo, la disminución de la recaudación fiscal del gobierno y su necesidad de reunir recursos para financiar programas sociales prioritarios, hace que aún no se lleve a cabo la reforma fiscal integral que Pemex necesita para sobrevivir.

Pemex a mediados de noviembre cambió 129 mil millones de pesos (6 mil millones de dólares) en pagarés no negociables dados por el gobierno por deuda soberana estándar, y luego los cobró.

Los pagarés, una forma de deuda pública, tenían como objetivo ayudar a reducir los pasivos de las pensiones que Gonzalo Monroy, analista de energía, consideró que se ampliarán de 77.000 millones de dólares en 2019 a 84.000 millones en 2020.

“No han dicho cómo monetizaron los bonos. La propiedad extranjera aumentó significativamente [en noviembre], así que o bien los vendieron en el extranjero [en el mercado] o, y creo que es más probable, firmaron un acuerdo de recompra con bancos extranjeros donde intercambiaron estos nuevos bonos gubernamentales líquidos con bancos extranjeros y los bancos extranjeros les dieron dinero en efectivo con la promesa de que Pemex los compraría de nuevo en el futuro”, dijo Waever.

“Son muy buenos para encontrar formas creativas [para refinanciar Pemex] y esta es otra más”, añadió.

Pemex ha intervenido los pagarés una vez antes. Aaron Gifford, analista de mercados emergentes de T Rowe Price, dijo que creía que Pemex ya los había agotado, aumentando los pasivos de pensiones sin fondos.

Aún así, al utilizar la deuda soberana, Pemex envió una señal de apoyo del gobierno a los mercados.

La deuda de Pemex no tiene ninguna garantía explícita del gobierno. Sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha dejado claro que haría lo que fuera necesario para rescatar a la empresa.

Por su parte, la Secretaría de Energía impuso recientemente nuevas normas sobre la importación de combustible, reduciendo los permisos de importación a cinco años en lugar de 20, en una medida que, según la Comisión Antimonopolio de México, obstaculizaría la inversión privada en el sector.

Pemex recaudó 6.500 millones de dólares en 2020 pero se enfrenta a 6.000 millones de dólares en vencimientos de deuda en 2021.

Greg Magnuson, analista de Neuberger Berman, dijo que la última operación de deuda “podría ser el preludio de un retorno al mercado para abordar los vencimientos a corto plazo en el nuevo año”.

Weaver, de Morgan Stanley espera que Pemex emita 10.000 millones de dólares durante el año, con una venta de 5.000 millones de dólares en enero.

Una venta de bonos probablemente seria aprobada por los mercados: La deuda de Pemex fue rebajada a chatarra este año, convirtiéndola en un atractivo de alto rendimiento en un mundo de tasas de interés negativas. Los rendimientos actuales de sus bonos de referencia con vencimiento en 2027 rondan el 5,4%, un fuerte descenso desde aproximadamente el 8% a principios de noviembre.

Sin embargo, analistas coinciden en que Pemex necesita algo más que soluciones rápidas.

“La capacidad de implementar continuamente medidas de apoyo ad hoc y de una sola vez va a disminuir con el tiempo”, dijo Patti McConachie, analista senior de la administradora de activos Columbia Threadneedle.

Ella vio sólo una “ventana limitada” antes de que el gobierno tuviera que implementar un “cambio sostenible” para Pemex.

Sin embargo, López Obrador ha prometido no implementar cambios fiscales en los primeros tres años de su gobierno, ya que busca mantener la mayoría legislativa de su partido en las elecciones intermedias de junio próximo.

La agencia calificadora Moody’s Investors Service estima que Pemex tiene un flujo de caja negativo de 10.000 millones de dólares y que de alguna manera tendrá que conseguir cerca de 15.000 millones de dólares el próximo año.

Pero Gifford dijo que eso podría ser menor – una cifra “manejable” de 10.000 a 11.000 millones de dólares – si la empresa refinanciara su deuda y mantuviera la producción y las inversiones en un nivel bajo. Los datos de la CNH, el regulador, muestran que la producción de Pemex cayó un 6% de enero a octubre.