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El Gobierno de México se niega a hacer cambios en la reforma eléctrica pese a los requerimientos de EE UU

Las visitas a México del enviado especial de la Casa Blanca para el cambio climático, John Kerry, se suceden cada vez con más frecuencia y con el foco cada vez más concentrado en los planes del Gobierno mexicano para el sector energético, una de las grandes reformas en la agenda de Morena. Hace poco más de un mes, Kerry elevó el tono tras su reunión con el canciller Marcelo Ebrard al pedir a México “fortalecer un mercado abierto y competitivo”. Este jueves, el encuentro ha sido con el presidente Andrés Manuel López Obrador y el enviado de la Casa Blanca ha llegado acompañado de un puñado de empresas con intereses en el sector. Tras la reunión, Kerry ha anunciado la creación de un equipo especial para dar un seguimiento más directo a las negociaciones.

De parte de México, el presidente mexicano ha calificado el encuentro como “amistoso, necesario y benéfico” a través de su cuenta de twitter. La Administración de Joe Biden había endurecido su postura en los últimos meses tras un primer respaldo general a la reforma eléctrica, que busca desmontar el modelo vigente y conceder a una empresa del Estado —la Comisión Federal de Electricidad (CFE)— la gestión mayoritaria del mercado. Desde la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, hasta el embajador, Ken Salazar, presente también en la cita de este jueves, han mostrado su preocupación ante posibles perjuicios para los inversores estadounidenses implicados ya en el negocio, además de incumplimientos futuros del tratado T-MEC entre los dos países y Canadá. Una cautelas que volvieron a quedar patentes durante la reunión. La representante comercial de EE UU, Katherine Tai, envió esta semana una carta a las autoridades mexicanas subrayando que la redacción actual del proyecto legislativo choca con los preceptos del T-MEC.

Durante la conferencia matutina del día siguiente a la reunión, López Obrador insistió, sin embargo, en que la reforma “se queda como está porque ya incluye lo que le preocupa a EE UU”. El mandatario apuntó incluso que el texto íntegro de la iniciativa legislativa fue compartido con la delegación estadounidense. El nuevo equipo de seguimiento propuesto por EE UU tendrá al embajador Salazar como nodo principal. ”Trabajará desde México con la Casa Blanca y nuestra oficina (del Enviado Especial para el Clima) para asegurarnos que lo que salga de este esfuerzo de reforma refleje la mejor forma para avanzar”, apuntó Kerry a la salida de la reunión en el Palacio Nacional.

Horas antes, López Obrador detalló durante su conferencia diaria del jueves que el objeto del encuentro era explicar, además de la reforma eléctrica, su plan de energías limpias. Los cambios en el mercado eléctrico son polémicos porque pretenden limitar la participación privada y priorizan las plantas de combustibles fósiles de la CFE ante las inversiones en renovables de las empresas privadas. López Obrador subrayó esta mañana la labor de mediación tanto de Kerry como del embajador Salazar para “que se lleguen a acuerdos”.

El presidente mexicano habló al mismo tiempo de nuevas oportunidades para los inversores privados. “Nosotros tenemos gas excedente. ¿Quieren invertir? Tenemos terrenos, tenemos los puertos. Nos interesa desarrollar los parques industriales del Istmo. Sí tienen posibilidad para invertir y queremos mantener buenas relaciones con el Gobierno de Estados Unidos y buscar la integración económica con respeto a nuestras soberanías”.

Los cambios del nuevo mapa energético aun no se han materializado. La batalla está abierta en el Congreso, donde el partido oficialista Morena no tiene los números suficientes para promover la reforma constitucional que se requiere para su aprobación, dos terceras partes del poder legislativo. Sin embargo, no está descartado que una parte de la bancada del PRI, o incluso una representación más amplia de la oposición, acabe apoyando el cambio legal, dado que todavía está sujeto a posibles cambios en la negociación parlamentaria. Por eso todos los actores afectados, entre ellos Estados Unidos, se preparan para ese más que posible nuevo escenario.