El banco de inversiones Goldman Sachs y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) han entrado en una disputa legal por el pago de 400 millones de dólares, según reportó Bloomberg el lunes. El banco de inversión estadounidense reclama este monto a la empresa paraestatal por una transacción de febrero, durante la crisis en el suministro de gas natural que disparó temporalmente los precios del combustible. La CFE, rechaza este reclamo y afirma que tiene argumentos “sólidos y suficientes” para verse favorecida en el fallo.
El origen del desencuentro se remonta a la tormenta invernal que azotó Texas a mediados de febrero. Las bajas temperaturas congelaron las instalaciones gasísticas de ese Estado y amenazaron la generación eléctrica del norte de México, que depende en gran medida de las importaciones de gas natural desde Estados Unidos. Un apagón masivo dejó sin luz a 4,7 millones de mexicanos durante varios días y la situación fue agravada por la decisión del Gobierno texano de prohibir las exportaciones al vecino del sur.
Ante la caída de la oferta, los precios alcanzaron cotas inéditas, con aumentos de hasta un 7.700% en menos de una semana. Esa volatilidad expuso a la CFE a un incremento del pago a Goldman Sachs por su contrato de compra de gas. Sin embargo, la paraestatal ha rechazado abonar el aumento de las obligaciones debido a lo que considera un imprevisto, y le echa la culpa a unos funcionarios que cerraron el contrato sin estar autorizados y que ya no trabajan allí, según ha informado Bloomberg citando fuentes anónimas conocedoras de las conversaciones entre ambas partes en el litigio.
La solución a la disputa es incierta. Recurrir al arbitraje internacional, el mecanismo que tiene a disposición Goldman Sachs para reclamar el monto, es un proceso costoso y largo que puede tardar más de tres años. Las empresas suelen recurrir al arbitraje una vez han agotado todos los recursos legales domésticos.
A esto se añade el trasfondo político. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha colocado a la CFE en el centro de su agenda y ha buscado fortalecerla frente a la iniciativa privada. El mandatario ha acusado en varias ocasiones a empresas energéticas extranjeras de beneficiarse del debilitamiento de la CFE mediante supuestos actos de corrupción, para los que no ha presentado pruebas, y “contratos leoninos” que su Gobierno está tratando revisar. Este mismo martes, el López Obrador ha vuelto a hablar de su “compromiso de que no aumente el precio de las gasolinas, del diésel y de otros combustibles”.