La calidad del aire que respiramos dentro de nuestros hogares y lugares de trabajo ha cobrado una relevancia sin precedentes en los últimos años, especialmente con la creciente preocupación sobre la contaminación ambiental y sus efectos en la salud. En este contexto, un reciente estudio ha arrojado luz sobre una realidad preocupante y, en muchos casos, inadvertida: durante la primera mitad de 2022, la calidad del aire interior en México fue peor que la del exterior en numerosos momentos del año.
Este hallazgo se sustenta en una detallada investigación llevada a cabo por Dyson, una empresa reconocida por su innovación en tecnología de purificación de aire. Dicho estudio reveló que los niveles de contaminantes como partículas en suspensión (PM2.5), compuestos orgánicos volátiles (COV) y dióxido de carbono (CO2) eran significativamente más altos en interiores que en exteriores en al menos un 50% de los días monitorizados. Este fenómeno resulta especialmente relevante si consideramos que, según los datos recopilados por más de 2.5 millones de purificadores Dyson durante el período 2022-2023, el 85% de los países estudiados experimentaron una calidad del aire interior peor que la exterior durante más de 6 meses de 2022.
El aire interior puede estar hasta seis veces más contaminado que el aire exterior, una realidad alarmante que se atribuye en gran medida a la ventilación inadecuada, el uso de productos químicos en el hogar y la presencia de materiales de construcción que emiten contaminantes. Estos factores crean un ambiente donde los niveles de PM2.5 superan regularmente las recomendaciones de exposición a largo plazo establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, el nivel medio mensual de PM2.5 en interiores de todos los países incluidos en el estudio excedió estas directrices durante al menos 6 meses del año, poniendo en riesgo la salud de millones de personas.
Para comprender mejor esta problemática, es crucial analizar los siguientes factores que contribuyen a esta paradójica situación de mayor contaminación interior: ventilación insuficiente, uso de productos químicos y materiales de construcción. La ventilación insuficiente no permite la adecuada renovación del aire, lo cual facilita la acumulación de contaminantes dentro de los espacios habitados. Los productos químicos, como los usados en pinturas, limpiadores y otros productos domésticos, añaden compuestos orgánicos volátiles al aire, que pueden tener efectos adversos tanto inmediatos como a largo plazo sobre la salud.
Asimismo, los materiales de construcción como el amianto, el plomo y el moho, entre otros, liberan partículas y gases perjudiciales que contribuyen a una disminución de la calidad del aire. La exposición a estos contaminantes puede llevar a una variedad de problemas de salud, desde afecciones respiratorias hasta trastornos cognitivos, destacando la necesidad urgente de abordar esta situación con medidas efectivas y sostenibles.
Resulta imperativo, por tanto, tomar medidas para mejorar la ventilación y optar por prácticas más saludables y conscientes en nuestros entornos interiores. La investigación mencionada, llevada a cabo por una empresa con larga trayectoria en el estudio de la calidad del aire, destaca la necesidad de prestar atención a estos detalles para proteger nuestra salud y bienestar. Promover una adecuada ventilación, reducir el uso de productos químicos y ser conscientes de los materiales utilizados en nuestras casas y oficinas, son pasos fundamentales hacia la mejora de la calidad del aire interior.