El presidente Andrés Manuel López Obrador ha echado a andar su proyecto para reformar el debilitado y precario sistema público de salud mexicano, demasiado dependiente del sector privado. Los gobernadores y gobernadoras de 23 de los 32 Estados del país han firmado el Acuerdo Nacional de la Federalización de los Servicios de Salud, durante la conferencia diaria de prensa del mandatario, este martes. Uno tras otro, los dirigentes han subido junto a López Obrador al estrado del Palacio Nacional para escenificar un nuevo capítulo en el sistema sanitario: la centralización de poderes en el modelo IMSS-Bienestar, “que tiene como objetivo consolidar la operación de un sistema de atención médica único, universal, público, gratuito y preventivo”.
El nuevo sistema atenderá al 80,2% de los mexicanos que no cuentan con Seguridad Social: 53,3 de 66,4 millones de personas, de acuerdo con el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela. Los 23 Estados que por el momento se han adherido al acuerdo son Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Colima, Ciudad de México, Hidalgo, Estado de México, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Zacatecas, Guerrero y Morelos.
López Obrador ha calificado el derecho a la salud como una “asignatura pendiente” del Gobierno mexicano, que este acuerdo va a tratar de reparar. “23 Estados han aceptado sumarse, adherirse, participar conjuntamente con la Federación para que no falten los medicamentos; para que haya médicos, especialistas; que no solo se tenga derecho al llamado cuadro básico, sino a todas las medicinas en forma gratuita; que no se cobre por la atención médica, las intervenciones quirúrgicas, ni operaciones, por nada, porque la salud no es un privilegio es un derecho de nuestro pueblo”, ha defendido el presidente, que ha anunciado que esperan que el nuevo sistema esté funcionando al 100% “a más tardar en marzo” de 2024.
El desabasto de medicamentos, particularmente, ha constituido un grave problema en los últimos años para miles de mexicanos. Este periódico recogió testimonios como el de un paciente que necesitaba metadona para su tratamiento y ante la escasez de reservas se vio obligado a utilizar heroína. Frente a esa problemática, López Obrador ha prometido la compra de una enorme bodega para almacenar todos los fármacos necesarios: “Va a ser la farmacia más grande de México, en donde van a estar todos los medicamentos, todos”.
Modelo de atención único
Para lograr el modelo de atención único a los pacientes, el Estado mexicano transferirá 707 hospitales y 13.966 centros de salud a la red del IMSS-Bienestar, lo que, en palabras del director del IMSS, Zoé Robledo, lo convierte en el “sistema de atención médica público más grande del planeta”. El Gobierno ha destinado una inversión de 18.915 millones de pesos para equipar y conservar las infraestructuras, la puesta en marcha de más de 30 hospitales que se encontraban inactivos o serán construidos, la regularización de 43.868 profesionales sanitarios, un refuerzo de las plantillas y la mejora de las condiciones laborales, de acuerdo con los datos ofrecidos durante la rueda de prensa.
“Lo que estamos llevando a cabo con una inversión pública sin precedentes es mejorar todas las instalaciones de salud pública, centros de salud, hospitales, equiparlos, contratar médicos generales, especialistas, que no falte el abasto de medicamentos, que se puedan tener equipos para estudios médicos, intervenciones quirúrgicas, todo de manera gratuita, eso es el sistema IMSS-Bienestar”, ha defendido López Obrador.
“Hay mexicanos que tienen seguro médico, ya sea privado o el seguro social, ISSSTE (Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado) u otras instituciones públicas, pero hay también millones de mexicanos, alrededor de la mitad de la población, que no tiene seguridad social, que no tiene seguro médico. Es dirigida a esta población la decisión de ayudar para que todos cuenten con atención médica y medicamentos, de manera gratuita”, ha abundado el presidente. “Ya está en la Constitución, el artículo cuatro, pero en la práctica en los centros de salud, en los hospitales, no hay médicos, no hay especialistas, no hay medicinas, pues lo que establece la constitución es letra muerta, no es más que un propósito, una buena intención”.
El primer paso, ha desgranado Robledo, es implementar un único modelo de atención a los pacientes, “el modelo de atención para el bienestar”. “Todos los hospitales tendrán un solo sistema de administración de insumos, un sistema para poder verificar el surtimiento oportuno de las recetas en las farmacias de manera gratuita. Ahí estará el desarrollo infantil temprano, la atención adolescente, el sistema de atención integral a la salud preventiva para evitar las complicaciones de las enfermedades crónicas degenerativas y un modelo nuevo sobre salud mental”.
López Obrador ha asegurado que la herencia de las Administraciones anteriores y la emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus retrasó la implementación del modelo de atención único, en el que llevan trabajando dos años. “No ha sido un trabajo fácil, hemos enfrentado muchos obstáculos. Aunque parezca increíble también en la compra de medicinas había mucha corrupción. Había intereses creados muy poderosos (…) En los tiempos anteriores se tomó la decisión de transferir los servicios de salud a los Estados, se desvió todo el apoyo y no se prestaba un buen servicio médico a la población. Ahora llegamos al acuerdo de que se trata de algo fundamental el derecho a la salud y que tenemos que unirnos trabajar juntos y que la Federación intervenga más y que podamos garantizar servicios de salud como lo merecen los mexicanos”, ha concluido.