Hay pocas palabras más fuertes en las relaciones internacionales que la de genocidio. Sin embargo, a menudo no está claro qué significa exactamente, cuándo debe invocarse y qué debe ocurrir cuando lo hace. Es una cuestión que se ha puesto de manifiesto con las recientes declaraciones del presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, en las que calificaba de genocidio la invasión rusa de su país, declaración de la que se hizo eco posteriormente el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. El ex presidente Donald Trump, que en febrero elogió la escalada de Putin en Ucrania como “genial”, se unió a Biden al calificar la guerra de Rusia en Ucrania como un genocidio.
1. ¿Cuál es la definición oficial de genocidio?
En la Convención de las Naciones Unidas sobre el Genocidio, redactada en 1948, se define tanto en términos de actos específicos como en función de si están destinados a “destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso”. Los actos enumerados son matar o infligir graves daños mentales o corporales a los miembros del grupo, someterlos a condiciones destinadas a provocar la destrucción física del grupo en su totalidad o en parte, imponer medidas para impedir los nacimientos o retirar a los niños por la fuerza. Las víctimas del genocidio no son atacadas por razones individuales, sino por su pertenencia a uno de los cuatro grupos especificados. La definición excluye la persecución por creencias políticas. Los actos cometidos contra una parte del grupo pueden contar si representan una parte “sustancial”.
2. ¿De dónde viene el concepto?
El término fue concebido por Raphael Lemkin, un judío polaco que huyó de su país tras la invasión de Hitler en 1939. Viene de la palabra griega “genos”, o raza, más “-cide”, para matar. Según la Enciclopedia del Holocausto, mientras trabajaba para el Departamento de Guerra de Estados Unidos, Lemkin introdujo la palabra en un relato de las atrocidades nazis en Europa. Mientras participaba en los preparativos de Estados Unidos para los juicios por crímenes de guerra de Núremberg, consiguió que la palabra genocidio se incluyera en la acusación contra los dirigentes nazis.
3. ¿En qué se diferencian los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad?
A diferencia del genocidio, las acusaciones de crímenes de guerra están siempre vinculadas a un conflicto armado. Los crímenes de guerra son violaciones de las normas de la guerra establecidas en diversos tratados. Incluyen el asesinato intencionado, la tortura, la violación, el uso de la inanición como arma, el disparo a combatientes que se han rendido, el uso de armas prohibidas como las químicas y biológicas, y el ataque deliberado a civiles y objetivos no militares. Los crímenes contra la humanidad no tienen por qué producirse en tiempo de guerra. Se definen como actos como el asesinato, la esclavitud, la deportación, el encarcelamiento, la violación y el apartheid cuando se cometen como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil. Un informe de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa en el que se examinan las primeras cinco semanas de la guerra concluye que los militares rusos cometieron crímenes de guerra al atacar a la población civil.
4. ¿Cuáles son algunos ejemplos?
Hay un consenso bastante generalizado entre académicos en que hubo al menos tres casos de genocidio en el siglo pasado:
Armenia: Durante la Primera Guerra Mundial, los turcos otomanos cometieron una campaña de asesinatos masivos contra sus súbditos armenios, una acusación que muchos turcos actuales siguen negando.
El Holocausto: Durante la Segunda Guerra Mundial, Alemania y sus colaboradores asesinaron sistemáticamente a seis millones de judíos, así como a otros cinco millones, incluidos los homosexuales y los miembros de la comunidad romaní.
Ruanda: En 1994, los extremistas de la población mayoritaria hutu mataron a más de 800.000 personas, la mayoría miembros de la comunidad tutsi, aunque algunos eran hutus moderados.
Otras atrocidades que son consideradas genocidio por algunos academicos son:
Holodomor: En la década de 1930, una hambruna en Ucrania originada por la decisión del líder soviético Josef Stalin de colectivizar la agricultura mató a millones de personas.
Camboya: Entre 1975 y 1979, se calcula que 1,7 millones de personas murieron de hambre, torturas, ejecuciones, trabajos forzados y otras formas de violencia durante el gobierno de los extremistas jemeres rojos.
Timor Oriental: Durante la ocupación indonesia de Timor Oriental, de 1975 a 1999, se calcula que murió hasta una quinta parte de la población del país.
Myanmar: Los rohingya, musulmanes de Myanmar que llevan décadas conviviendo con la mayoría budista del país, han sido objeto de oleadas de violencia dirigidas por las fuerzas de seguridad. Unos 890.000 rohingya han huido de Myanmar a la vecina Bangladesh. Las llamadas “operaciones de limpieza” por parte de los militares comenzaron en serio en 2017, lo que provocó la muerte y las violaciones de miles de rohingya que vivían en el estado occidental de Rakhine.
5. ¿Qué se puede hacer ante un genocidio?
Varias personas han sido condenadas por el crimen en tribunales especiales. La primera condena -en 1998, de Jean-Paul Akayesu, que había sido alcalde de Taba, en Ruanda, en 1994- se produjo en un tribunal creado por el Consejo de Seguridad de la ONU para procesar a los responsables de las atrocidades en ese país. El tribunal acabó condenando a otras 46 personas por cargos relacionados con el genocidio. Un tribunal creado para juzgar las atrocidades cometidas durante los conflictos de los Balcanes en la década de 1990 condenó a dos hombres por este delito: Radislav Krstic, ex general serbobosnio, en 2001 y el ex comandante serbobosnio Ratko Mladić, en 2007. Un tribunal de Camboya condenó a los líderes del Jemer Rojo Nuon Chea y Khieu Samphan por genocidio en 2018. En 2002, se creó en La Haya la Corte Penal Internacional como escenario permanente e independiente para hacer rendir cuentas a quienes cometen genocidio, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Depende de los países miembros para realizar las detenciones. La CPI ha presentado un cargo de genocidio, contra Omar Hassan Ahmad Al Bashir, ex presidente de Sudán, por atrocidades contra la población civil de la región de Darfur del país. Después de que Al Bashir fuera depuesto en 2019 y encarcelado, las autoridades de transición afirmaron que estaban a favor de entregarlo a la CPI, pero ese gobierno fue derrocado en un golpe militar el pasado octubre.
6. ¿Qué se hace con respecto a Ucrania?
Zelenskiy calificó la invasión rusa de intento de genocidio poco después de su inicio, afirmando que el presidente ruso Vladimir Putin pretendía acabar con la existencia de Ucrania como nación. A mediados de marzo, Ucrania presentó una petición ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, en la que solicitaba que se actuara para impedir lo que calificaba de planes de genocidio por parte de Rusia. Zelenskiy renovó sus peticiones de acción internacional para impedir el genocidio tras el bombardeo de un teatro que se utilizaba como refugio en Mariupol y el descubrimiento de los cuerpos de civiles que parecían haber sido ejecutados en zonas abandonadas por las tropas rusas cerca de Kiev. El 12 de abril, Biden dio marcha atrás en su postura anterior y calificó las acciones de Rusia en el conflicto como un “genocidio”, aunque posteriormente afirmó que los abogados realizarían la determinación oficial. “Lo califiqué de genocidio porque cada vez está más claro que Putin está intentando acabar con la idea de poder ser ucraniano”, afirmó Biden. Rusia ha negado la acusación, y Putin ha justificado la invasión en parte por las alegaciones -no respaldadas por pruebas- de que Ucrania está cometiendo un genocidio contra los rusos étnicos en las partes separatistas del país.
7. ¿Cuál es la importancia del uso que hace Biden del término?
Las palabras del mandatario son importantes porque los diplomáticos, los responsables políticos y los inversionistas analizan la retórica del líder de la mayor economía del mundo. Al realizar repetidamente declaraciones que no se ajustan a la política oficial de Estados Unidos, Biden pone en peligro su credibilidad cuando habla en nombre del país. Eso es especialmente cierto entre los aliados europeos de Estados Unidos, que todavía tienen muy presente la forma en que el presidente Barack Obama trazó una “línea roja” contra el uso de armas químicas en Siria, pero no actuó después de que se pensara ampliamente que habían sido utilizadas por las fuerzas rusas en ese país. La evocación del genocidio -una palabra que conlleva la idea de que la comunidad internacional tiene la “responsabilidad de proteger” a las víctimas- también ha suscitado preguntas sobre si Estados Unidos debería reevaluar la determinación de Biden de no involucrarse militarmente. Funcionarios de la administración insistieron el miércoles en que las palabras de Biden no supondrían un cambio de política, y afirmaron que la ayuda militar ofrecida a Ucrania ya superaba la ofrecida en algunos otros genocidios declarados oficialmente.