El lanzamiento de la aerolínea comercial a manos del Ejército ya tiene fecha. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho este lunes que el objetivo es que la nueva empresa entre en funcionamiento a finales de 2023, a la par que el polémico Tren Maya. Como el mandatario quiere bautizarla con el nombre de la extinta Mexicana de Aviación, el Gobierno prevé ofrecer una “recompensa” a los trabajadores de la antigua aerolínea por el uso de la marca.
La nueva aerolínea estará a cargo del Ejército, como ya revelaron los papeles secretos de la Secretaría de la Defensa (Sedena) a los que tuvo acceso EL PAÍS. La empresa militar, el Grupo Aeroportuario, Ferroviario y de Servicios Auxiliares Olmeca-Maya-Mexica (GAFSAOMM), añadirá la nueva aerolínea a un abultado portafolio de infraestructura que incluye el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y los aeropuertos de Tulum, Chetumal y Campeche.
Además, López Obrador ha anunciado este lunes durante la conferencia de prensa matutina que la empresa controlará el aeropuerto de Campeche, capital del Estado homónimo. La Secretaría de la Marina, por su parte, manejará el de Ciudad del Carmen, ciudad portuaria con una importante industria petrolera.
Con la potente irrupción del Ejército en el sector aeronáutico, el presidente espera que disminuyan los precios de los vuelos. “Seguramente va a haber más viajes, va a bajar el precio del pasaje, y si hace falta vamos a permitir lo que se llama el cabotaje [los viajes dentro de un mismo país], que las empresas extranjeras puedan llegar a Cancún y se les permita pasar a Campeche y a la Ciudad de México. O sea, liberar todo lo que tiene que ver con el transporte aéreo”, ha declarado.
En cuanto al uso de la marca de Mexicana de Aviación, el mandatario ha dicho que ya hay un acuerdo con una parte de sus antiguos trabajadores. “Se está haciendo el avalúo sobre la marca de Mexicana para presentar a los trabajadores que ya aceptaron (…) el que se pueda entregar la marca a cambio de una recompensa, (…) para que esos ingresos se distribuyan entre los trabajadores de la antigua Mexicana”, ha afirmado.
La extinta aerolínea bandera de México, fundada en 1921, suspendió pagos en 2010 y dejó sin trabajo a miles de personas. En septiembre, la Marina desalojó a antiguos empleados de un local en el aeropuerto de la Ciudad de México perteneciente a Mexicana de Aviación y que ocupaban desde hacía 12 años en protesta por los despidos. La “recompensa” de la que habla López Obrador sería una forma de cerrar heridas.
Aparte del nombre y de su control militar, poco más se sabe de la aerolínea. Según los papeles de la Sedena, su gasto operativo y administrativo anual oscilará entre los 1.000 y los 1.900 millones de pesos. La empresa contará con una flota de una decena de aparatos, entre ellos el lujoso Boeing 787-8 Dreamliner presidencial, encargado por el exmandatario Felipe Calderón para los viajes oficiales. López Obrador, que lo considera un símbolo del dispendio de sexenios pasados, lleva cuatro años tratando de venderlo sin éxito. Con la nueva Mexicana de Aviación, el Gobierno por fin le dará un uso.