Siete estadounidenses, entre ellos un ejecutivo del sector energético, han sido liberados por el gobierno venezolano en un canje de prisioneros por dos familiares del presidente Nicolás Maduro condenados en Estados Unidos por cargos de drogas.
Los dos venezolanos liberados -Franqui Francisco Flores de Freitas y Efraín Antonio Campo Flores- son sobrinos de Cilia Flores, la esposa de Maduro, y habían sido condenados en Estados Unidos por conspirar para importar cocaína a ese país.
El gobierno de Maduro, en un comunicado publicado el sábado por la tarde, dijo que los estadounidenses fueron liberados por “razones humanitarias” tras las conversaciones entre los dos gobiernos que comenzaron el 5 de marzo. Dijo que los dos venezolanos habían sido “injustamente encarcelados” en Estados Unidos.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, dijo que los seis ciudadanos estadounidenses y el residente permanente “pronto se reunirán con sus familias”.
“Hoy celebramos que siete familias estarán enteras una vez más”, dijo Biden en su declaración. “A todas las familias que todavía están sufriendo y separadas de sus seres queridos detenidos injustamente – sepan que seguimos dedicados a asegurar su liberación”.
En su declaración, Biden dijo que era una prioridad de su administración “evitar que los estadounidenses tengan que soportar el inimaginable dolor de ser retenidos como rehenes o detenidos injustamente”.
El canje de los estadounidenses, entre los que se encuentran cinco ejecutivos petroleros retenidos durante casi cinco años, se produce tras meses de diplomacia de altos funcionarios estadounidenses, conversaciones secretas con un importante productor de petróleo que adquirieron mayor urgencia después de que las sanciones a Rusia presionaran los precios mundiales de la energía.
Entre los liberados se encuentran cinco empleados de Citgo, con sede en Houston -Vadell, José Luis Zambrano, Alirio Zambrano, Jorge Toledo y José Pereira- que fueron atraídos a Venezuela justo antes del Día de Acción de Gracias de 2017 para asistir a una reunión en la sede de la empresa matriz, el gigante petrolero estatal PDVSA. Una vez allí, fueron arrastrados por agentes de seguridad enmascarados que irrumpieron en una sala de conferencias de Caracas.
Los hombres fueron declarados culpables de malversación de fondos en 2021 en un juicio empañado por retrasos e irregularidades y condenados a entre ocho y trece años de prisión por una propuesta nunca ejecutada de refinanciar miles de millones en bonos de la compañía petrolera.
Aunque la Casa Blanca ha negado que haya un cambio en la política hacia Venezuela, la liberación de los estadounidenses podría crear un espacio político para que el gobierno de Biden alivie las paralizantes sanciones petroleras a Venezuela si Maduro muestra progresos en las conversaciones intermitentes con sus opositores.
El intercambio hace que EE.UU. parezca haber detenido a Flores de Freitas y Campo Flores también por razones políticas, en lugar de por su participación en el tráfico de drogas. Lo cual acertadamente recalcan sus críticos.
En los últimos seis meses, Estados Unidos ha llegado a acuerdos similares con Rusia y, más recientemente, con los talibanes, pero un alto funcionario de la administración Biden restó importancia a cualquier sugerencia de que estuviera cediendo ante los secuestradores, afirmando que tales intercambios siguen siendo “extraordinariamente raros”.
El gobierno de Biden ha sido criticado por no haber liberado hasta ahora a dos estadounidenses en Moscú. Brittney Griner, jugadora de la WNBA, detenida por Rusia en febrero, días después de la invasión de Ucrania por parte de Moscú y a Paul Whelan, ex marine estadounidense, que fue detenido por Rusia en 2018.