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China supera a Estados Unidos como primer destino de Inversión Extranjera Directa

Durante el 2020, China superó a EE.UU. como primer destino mundial de nuevas inversiones extranjeras directas. La pandemia parece haber acelerado el desplazamiento del centro de gravedad de la economía mundial hacia el este asiático.

Según cifras de la ONU publicadas el domingo, las nuevas inversiones de empresas extranjeras en Estados Unidos, que durante décadas ocupó el primer puesto, cayeron un 49% en 2020.

Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, China, que durante mucho tiempo ocupó el segundo lugar, registró un aumento del 4% en las inversiones directas de empresas extranjeras durante el 2020. La economía china fue la única de las principales globales que creció durante el año pasado, debido a las tempranas y astringentes políticos para mitigar el efecto de la pandemia y de la enfermedad, que dieron fruto mas adelante, comparado con otras grandes economías.

Las cifras de inversión en 2020 subrayan el avance de China hacia el centro de una economía mundial dominada durante mucho tiempo por Estados Unidos, un cambio que se ha acelerado durante la pandemia.

Aunque China atrajo más flujos nuevos el año pasado, el volumen total de inversión extranjera en Estados Unidos sigue siendo mucho mayor, lo que refleja las décadas que lleva siendo el lugar más atractivo para las empresas extranjeras que buscan expandirse fuera de sus mercados nacionales.

La inversión extranjera en Estados Unidos alcanzó su máximo en 2016 con 472.000 millones de dólares, cuando la inversión extranjera en China era de 134.000 millones. Desde entonces, la inversión en China ha seguido aumentando, mientras que en Estados Unidos ha caído cada año desde 2017.

La administración Trump incentivó a las empresas estadounidenses a salir de China y restablecer sus operaciones en EE.UU. También puso a los inversores chinos sobre aviso de que las adquisiciones en EE.UU. se enfrentarían a un nuevo escrutinio por motivos de seguridad nacional, lo que enfrió el interés chino en la realización de acuerdos con EE.UU.

Daniel Rosen, socio fundador de Rhodium Group, una consultoría que leva años especializándose en las relaciones sinoestadounidenses nos dijo que el descenso más pronunciado de la inversión extranjera en Estados Unidos el año pasado refleja una recesión económica más amplia debida a los efectos de la pandemia.

“No creo que se pueda decir nada con seguridad sobre el impacto de la caída de la IED en EE.UU., en comparación con todos los demás impactos en la economía estadounidense”, dijo.

Es lógico que la inversión extranjera disminuya bruscamente en Estados Unidos, dadas las circunstancias, porque tiene una economía de mercado abierta, mientras que China no la tiene, dijo Rosen. De cara al futuro, dijo, “no hay razón para preocuparse por las perspectivas de la IED en Estados Unidos, siempre que este país se mantenga en su sistema básico de competencia de mercado abierto”.

La inversión extranjera directa abarca aspectos como la construcción de nuevas fábricas por parte de empresas extranjeras, la ampliación de las operaciones existentes en un país o la adquisición de empresas locales.

En China, el flujo de inversiones de empresas multinacionales continuó a pesar de los trastornos de la pandemia, con empresas como el gigante industrial estadounidense Honeywell International Inc. y el fabricante alemán de ropa deportiva Adidas AG ampliando sus operaciones allí.

En Occidente, la Unión Europea sufrió una caída de un 71%. El Reino Unido e Italia, que han sufrido altas tasas de mortalidad y profundas contracciones económicas, no atrajeron nuevas inversiones. Alemania, a la que le ha ido mejor en ambos aspectos, experimentó un descenso del 61%.

La capacidad de Pekín para controlar rápidamente el coronavirus dentro de sus fronteras ayudó a que su economía se recuperara con relativa rapidez y reforzó el atractivo de China, incluso antes de la toma de posesión del presidente Biden, que algunos inversores esperan que pueda marcar el comienzo de un nuevo periodo de relaciones menos tempestuosas entre Estados Unidos y China.

Tras la caída de la IED en China en los primeros meses de 2020, las autoridades chinas se apresuraron a tranquilizar a los inversionistas extranjeros y a dar respuesta a sus preocupaciones. “Debemos aplicar políticas específicas para detener la caída del comercio exterior y la inversión extranjera”, dijo el primer ministro chino, Li Keqiang, al gabinete del país en marzo.

Algunas empresas extranjeras suspendieron sus planes de expansión en China y, en algunos casos, comenzaron a retirar sus inversiones. Pero a medida que la recuperación de China ganó fuerza y el resto del mundo empezó a parecer cada vez más inestable, las empresas extranjeras pasaron a verter más dinero en China, considerando el país como una base de producción y como un mercado de crecimiento crítico para sus productos.

Wal-Mart Inc. anunció en una conferencia sobre inversiones organizada por el gobierno municipal de Wuhan, la ciudad que fue el primer centro de la pandemia, que invertiría 3.000 millones de yuanes, equivalentes a 460 millones de dólares, en Wuhan durante los próximos cinco años. Starbucks Corp. está invirtiendo 150 millones de dólares para construir una planta de tostado y un parque de innovación en la ciudad oriental china de Kunshan.

Tesla Inc., por su parte, está ampliando la capacidad de su planta en Shanghái y añadiendo un centro de investigación, mientras que Walt Disney Co. continúa con la construcción de una nueva área temática para su parque Disneylandia de Shanghái, a pesar de un segundo año consecutivo de menor concurrencia en el parque.

Las inversiones médicas y farmacéuticas han sido especialmente activas. La televisión estatal china informó en abril acerca de la expansión de varias empresas farmacéuticas globales en China, entre ellas AstraZeneca PLC, que está estableciendo sedes regionales en al menos cinco ciudades chinas.