El país registra sus tasas más positivas sobre la desocupación, sin embargo, las personas que tienen entre 15 y 29 años, consideradas económicamente activas, hoy en día son las más vulnerables.
En el último registro de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) se indica que 16,7 millones de jóvenes forman parte de la población económicamente activa, pero más de 863.000 habían perdido su empleo hasta el mes de septiembre. Las personas más afectadas son quienes tienen entre 20 y 29 años.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran que, entre los menores de 30 años con actividad económica, el 60,3% eran hombres y el 39,7% mujeres, 62 de cada 100 tenían educación media superior, 35 básica y dos contaban con educación superior, el resto no tenía formación.
Al inicio del sexenio de López Obrador el Gobierno lanzó el programa Jóvenes Construyendo el Futuro (JCF), destinado a personas de 18 a 29 años que no contaban con un trabajo y que tampoco estudiaban, sobre todo para aquellos que vivían en municipios de alta y muy alta marginación, así como puntos donde se vivía violencia, con el fin de brindarles una oportunidad para acceder a un trabajo.
Si bien se reporta oficialmente que 2,9 millones de jóvenes han sido beneficiarios del programa, la evaluación realizada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) sobre los egresados que adquirieron su primera experiencia en una actividad productiva a través de JCF, reporta que en 2021 solo el 35% de los que ingresaron lograron este objetivo, mientras que en 2023 esta cifra bajó a 27%.
Los jóvenes que no pudieron acceder a un empleo por falta de experiencia laboral, registrados por el INEGI, tuvieron una media de 68.521 entre las personas activas de 15 a 19 años y aquellos que tenían entre 20 y 24 años la media fue de 78.146 durante este sexenio.
La causa más común por las que las personas se quedan sin empleo es la pérdida de este o el fin del convenio de trabajo. Durante este sexenio la población resultó más afectada por la pandemia, que además de provocar 2.761.078 casos en los que concluyeron las relaciones laborales, también generó un mayor efecto entre aquellos que tenían entre 20 y 29 años, seguidos de quienes tenían entonces entre 30 y 34 años.
Las renuncias fueron la segunda causa de desempleo juvenil durante el sexenio, que en este trimestre superaron los 168.000 casos entre los jóvenes de 20 y 24 años.
Los Estados en los que más casos de desocupación juvenil se observan con respecto al total de las personas sin empleo en el último trimestre registrado, son Durango, con 62,5%, seguido de Coahuila, con el 61% y Nuevo León, en el que 60,1% de las personas sin empleo tienen menos de 30 años.
La demarcación con mejores datos es Morelos, en la que los jóvenes representan el 37,7% de las personas registradas sin empleo, Colima apunta al 40,6% y en San Luis Potosí el 41,8%, de acuerdo con la información del segundo trimestre de 2024.
Durante el año 2023, los estragos de la pandemia entre los trabajadores jóvenes fueron saneados y la mayor parte de los países lograron disminuir el desempleo hasta alcanzar los niveles previos o incluso mejorar la situación, de acuerdo con los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En América Latina se detectó de manera más clara el impulso de la integración al empleo de la gente joven, sobre todo entre los años 2019 y 2023. Sin embargo, destacan que, en la región, que también incluye el Caribe, el 67% de los jóvenes se preocupan por los conflictos armados en la región, entre ellos los jóvenes que viven en puntos de violencia en México.
Hasta el final del 2023, solo Guatemala (3,8%) y Bolivia (5%) cuentan con mejores tasas que México de desempleo entre los jóvenes, que hasta el corte anual llegaba a 5,2%.
La tendencia señalada por la OIT es que los jóvenes del mundo tienden a encontrar trabajos poco seguros, en los que sus contratos son de corta duración y son precarios.
Entre las condiciones que adquieren las personas menores de 30 años en México, solo el 48% de los trabajadores tuvieron acceso a servicios de salud, el 59,3% contó con vacaciones y aguinaldo, mientras que cinco de cada diez recibieron un contrato por escrito. Los datos de la ENOE también señalan que el 46,8% de los jóvenes tienen ingresos de hasta un salario mínimo, que equivale a 7.468 pesos (379 dólares estadounidenses) y el 33% de más de uno y hasta dos salarios mínimos.