El pasado 13 de julio el euro cotizó en el mismo valor del dólar americano por primera vez desde su creación hace 20 años. Este hecho se dio en medio de fuertes expectativas de inflación, altas tasas de interés, la invasión rusa a Ucrania y sus consecuencias en los precios de los combustibles y energía.
¿Qué ha causado la depreciación de la moneda?
La razón principal tiene su origen al este del continente europeo. Las sanciones a Rusia por la guerra en Ucrania y el impacto que estas han tenido en los precios de los combustibles y la cadena mundial de suministros han causado un incremento histórico inflacionario. La inflación llega a 9.1% en los Estados Unidos y a 8.1% en la Unión Europea.
La maniobra de los bancos centrales ante la temeraria inflación ha jugado un rol clave para la devaluación del euro. La reserva federal de los Estados Unidos subió rápidamente las tasas de interés para controlar los precios, el Banco Central Europeo, en cambio, decidió no actuar instantáneamente por razones políticas e institucionales que demandaban más prudencia. El efecto de esto es el incentivo a los inversionistas de aumentar sus depósitos en los Estados Unidos, en detrimento de Europa, causando que el valor del euro baje en los mercados internacionales.
La caída se aceleró en las últimas semanas al extenderse el temor de que Rusia, principal proveedor de energía de la UE, fuera a cortar completamente los flujos de gas en represalia por las sanciones occidentales. Un temor que parece convertirse en el escenario más plausible, pues Putin parece haber encontrado la forma de revertir el efecto de las sanciones en contra de la Unión Europea. Hasta ahora, 12 países de la UE han sufrido una reducción total o parcial del gas ruso.
La postura oficial de los líderes europeos parece ser de resignación ante un corte total del gas ruso. Lo que a su vez indica que el mercado e inversionistas asumen que la economía europea se encamina a una profunda recesión.
¿Qué significa esto?
La devaluación del euro significa que ahora las personas con dólares pueden comprar más bienes europeos, esto genera más exportaciones y un potencial crecimiento económico para las economías dolarizadas. Para Europa, principal comprador de bienes producidos en Estados Unidos, esto puede causar un incremento aún más fuerte en la inflación ahora causado no solo por el conflicto bélico en Ucrania, sino también por la depreciación de su moneda.
Del mismo modo, considerando el alto porcentaje de la deuda europea en dólares, un precio del dólar más alto podría significar que la deuda interna de los países europeos podría incrementar de modo que sea más difícil pagarla, creando un escenario similar al de la crisis del euro a principios de la década pasada. Sin embargo, este escenario es poco posible considerando los niveles de inflación, crecimiento y otros factores de la economía que son diferentes a los de en esos momentos.
¿Qué depara el futuro?
La economía actual se encuentra en un estado constante de cambio. Los precios de los combustibles son muy volátiles y los bancos centrales en combinación con los gobiernos han actuado en gran medida; por ejemplo, se espera que el presidente Biden se reúna con proveedores de combustibles de Arabia Saudita a pesar de sus diferencias políticas. Los líderes europeos siguen buscando maneras para disminuir los costos del gas en miras al invierno y se espera que el BCE se reúna pronto para cambiar las tasas de interés y retomar la ruta al objetivo del 2% de inflación en la Unión Europea.
El futuro es incierto, pero este hecho se puede ver más como una consecuencia que una causa. La maniobra del Kremlin de cortar el suministro del gas como represalia puede resultar duradera, aunque las vías alternas que se plantea la UE también prometen ser potenciales vías para evitar una eventual recesión grave.