Las protestas sociales, que iniciaron el lunes 13 de junio impulsadas por los movimientos indígenas, continúan a nivel nacional. En el transcurso de los días, el tono de las movilizaciones fueron subiendo, especialmente cuando el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Leonidas Iza fue detenido el pasado martes. Organizaciones internacionales cuestionaron el arresto del líder indígena que ejercía su derecho a la protesta hasta ese momento de forma pacífica.
Iza recuperó su libertad horas después y acusó al presidente Guillermo Lasso de perseguirlo y “secuestrarlo” políticamente con el inicio de procesos judiciales, por ello pidió a las comunidades que están en la protesta no permitir actos vandálicos para evitar ser detenidos. “Esta lucha es conjunta, colectiva, no convertirla en escenario electoral, sino es una lucha de reivindicación económica. No vamos a cesar mientras no resolvamos los problemas básicos, mientras no se resuelva seguirá habiendo movilización”, exclamó Iza.
El movimiento indígena inició su movilización por las calles con una solicitud de de 10 peticiones para levantar el paro nacional. Entre las demandas está la reducción del precio de los combustibles, moratoria para el pago de deudas, precios justos para productos agrícolas y presupuesto para salud y educación. El costo de estos productos ha aumentado considerablemente desde 2020. El precio del diésel se duplicó, de US$1 a US$1,90 por galón, y la gasolina aumentó de US$1,75 a US$2,55, según estimaciones de la agencia AFP.
Las consecuencias del paro nacional indefinido han sido de gran magnitud para Ecuador, se mantienen bloqueos totales de vías y carreteras estratégicas y hay desabastecimiento de gas.
En un principio, las manifestaciones se concentraron en la región norte del país, especialmente en la capital Quito, pero en la mayoría de las 24 provincias ecuatorianas ha habido algún tipo de movilización. Los enfrentamientos entre policías y manifestantes han sido repetidos y han causado el fallecimiento de 5 civiles, así como 80 detenidos y 75 personas heridas. Las pérdidas económicas superan los 210 millones de dólares. El bloqueo de vías también ha causado un desabastecimiento grave de alimentos en el sur del país y subida de precios. Los almacenes, restaurantes, tiendas, instituciones públicas en las provincias más afectadas cerraron sus puertas, pues alegan que grupos de indígenas los amedrentaban para que se unan al paro.
Una pronta resolución del paro no tiene indicios optimistas. A pesar de que 6 alcaldes y embajadas hacen un llamado al diálogo, las acciones del presidente Lasso han sido tomadas como hostiles de parte de los grupos indígenas.
“Hemos tendido la mano, hemos llamado al diálogo, pero ellos no quieren la paz. Ellos buscan el caos, quieren botar [sacar] al presidente”, acusó Lasso.
En adición a una oferta de diálogo, el gobierno anunció un aumento en el subsidio mensual para las familias más pobres de Ecuador. La condonación de créditos vencidos de hasta US$3.000 en el Banco Estatal de Desarrollo y que subsidiará a pequeños y medianos agricultores con la mitad del costo de fertilizantes. También prometió que no habrá aumento del diésel, el gas y la gasolina extra.
La Conaie, por su parte, ha solicitado para negociar que se derogue el estado de excepción y que se desmilitaricen zonas de asistencia humanitaria y la Casa de la Cultura en Quito, lugar tradicional de reunión de las organizaciones indígenas cuando marchan a la capital.