Después de la guerra civil liderada por el partido comunista de Mao Tse-Tung, el entonces líder del partido nacionalista Chiang Kai-Shek fue derrotado y abandonó la China continental para establecerlse en la Isla de Formosa (Taiwán). Desde este año, 1950, Taiwán tomaría el nombre de la República Nacionalista de China y sería gobernada por el Kuomintang (Partido Nacionalista de China) bajo un régimen distinto al que se instalaría en la China continental.
Fue desde entonces que la isla de Taiwán tomó un rumbo diferente al del resto de China, instalando una forma de gobierno democrático, una fuerte política hacia las libertades individuales, incluyendo el derecho a la propiedad privada, y a los derechos humanos. Por el contrario, la China continental fue gobernada por el partido comunista liderado por Mao Tse-Tung y reordenando el nombre del país a la “República Popular China”.
1 de Octubre 1949: Mao Tse Tung proclama la República Popular China desde la Puerta de Tiananmen
Desde entonces, la comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos, reconocían al gobierno de Taiwán como el único gobierno legítimo de China, desconociendo así al movimiento maoista y al partido comunista proclamado gobierno de China. Sin embargo, en 1978, el gobierno estadounidense de Jimmy Carter decidió fortalecer sus relaciones con China, el entonces rival más importante de la Unión Soviética dentro del bloque comunista. En el acuerdo firmado por Estados Unidos y la República Popular de China, el país norteamericano reconoció la posición de que existe una sola China, y que Taiwán forma parte de esta.
El crecimiento económico de China, y su posicionamiento como una potencia mundial ha impulsado gradualmente a Estados Unidos a establecer y mantener una relación diplomática y económica con el gigante asiático. El alineamiento de los intereses chinos con los del país norteamericano en medio del escenario de la Guerra Fría, fue un factor elemental para el reconocimiento del gobierno de Beijing, y el consecuente desconocimiento del gobierno de Taiwán como legítimo. Sin embargo, en el acuerdo firmado en 1978, Estados Unidos declaró que mantendría relaciones comerciales y culturales con el pueblo de Taiwán, y que defendería los intereses democráticos y de libre mercado de la isla. Al mismo tiempo, durante décadas desde entonces, Estados Unidos ha expresado su deseo de solucionar el conflicto China-Taiwán de manera pacífica, y ha reiterado en múltiples ocasiones que consideraría interferir militarmente en Taiwán en caso de que China invadiera la isla.
Intereses para ambos países
Economía
La economía de Taiwán es de vital importancia para ambas superpotencias. La isla es el principal fabricante de microchips usados en dispositivos electrónicos como computadoras, celulares, videojuegos, etc. Solo la compañía Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), domina la mitad de la industria de chips para computadoras a nivel mundial.
Posición Geográfica
Taiwán forma parte de la “primera cadena de islas”, una serie de territorios que rodean la costa de China. Estas islas empiezan al sur de Japón y terminan al norte de Filipinas. Todos estos territorios son elementales para la política exterior de Estados Unidos, y todos son aliados del país norteamericano. Si Beijing tomara control de Taiwán, el gigante asiático tendría una ruta abierta para extender su red naval, y sería capaz de amenazar bases militares estadounidenses.
El pasado 31 de julio, Nancy Pelosi, la presidenta de la cámara de representantes de Estados Unidos, despegó en el SPAR19 en route Asia, con visitas a Singapur, Malasia, Corea del Sur y Japón. Su agenda incluía una posible parada en Taiwán, a la que Beijing se opuso inmediatamente, con el argumento de que Taiwán es parte del territorio chino, y que una visita oficial por un miembro del gobierno de Estados Unidos del grado de Pelosi, sería asumido como el reconocimiento de Taiwán como una nación independiente, y una amenaza a la soberanía china.
La Casa Blanca se proclamó en contra del viaje de Pelosi a la isla de Taiwán, pero afirmó no tener control sobre la decisión de la visita. En un comunicado, el presidente Biden confirmó que la visita de Pelosi a la isla no altera la política exterior de Estados Unidos en la que reconoce la postura de “Una Sola China”. Esta postura hace referencia a que existe solo un gobierno de China, y el mismo está basado en Beijing. La política exterior china gira sobre esta postura y rechaza cualquier relación diplomática con cualquier país que reconozca la existencia de un gobierno en Taiwán, o que establezcan relaciones diplomáticas con la isla.
El Martes 2 de Agosto del 2022, Nancy Pelosi aterrizó en Taiwán a pesar de las advertencias de China en las que indicaba que una visita de la presidenta de la cámara de representantes a la isla, violaría el principio de Una Sola China. Pelosi mencionó que su visita a la isla se enfocaría en promover los intereses compartidos entre Estados Unidos y Taiwán. “La solidaridad que debemos tener con el pueblo de Taiwán es hoy más importante que nunca, ya que el mundo ahora enfrenta una decisión entre la autocracia y la democracia”, dijo Pelosi.
La situación puede presentarse como positiva para Beijing después de las declaraciones de su ministro de defensa, quien claramente ha utilizado la oportunidad que se les presentó, a su conveniencia. El ministro de defensa chino dijo que el Ejército Popular de Liberación (fuerzas armadas de China) comenzaría ejercicios militares alrededor de la isla, lo cual no ha sido severamente criticado por la comunidad internacional.
Cada vez que China ejecuta o menciona un posible ejercicio militar cerca de Taiwán, este se convierte en “la nueva normalidad”. La mera idea de una posible invasión desde Beijing a Taiwán es cada vez más probable, y la población de China cada vez se hace más consciente de esta posibilidad. Sin la visita de Pelosi a la isla, este escenario hubiera sido mucho más complejo de lograr, y definitivamente más criticado por los medios. La BBC comunicó que un entrevistado en Beijing se burló de la visita, y sólo comentó “gracias camarada Pelosi”.
El 9 de agosto del 2022, el presidente Joe Biden anunció la implementación de un fuerte recurso económico para apoyar a la industria de fabricación de microchips en Estados Unidos. Una señal de que el país norteamericano busca reducir su dependencia de Taiwán.