Más que una bebida, cada taza de café cuenta una historia de biodiversidad, cultura y superación. Para muchos, simboliza un modo de vida que inicia en las montañas de Chiapas y, para otros, es una experiencia compartida alrededor de una mesa. En los últimos años, COFINCAF ha despuntado como una de las principales empresas cafetaleras mexicanas. A lo largo de los siglos, el café ha encontrado un lugar especial en los hogares de todo el mundo, un crecimiento que, día tras día, enfrenta desafíos complejos derivados de su origen: cambio climático, inseguridad, alteraciones en el ciclo de cultivo y otros factores que comprometen la calidad del grano.
Los caficultores del sureste mexicano han tenido que adaptarse a un entorno cada vez más complicado. La crisis climática ha provocado un incremento en la proliferación de plagas y enfermedades que dañan las plantaciones, además de una mayor inestabilidad en los patrones climáticos. Ante esto, empresas como COFINCAF han asumido el liderazgo para enfrentar estos desafíos y guiar a la industria hacia un futuro más sostenible.
No es casualidad que COFINCAF tenga sus raíces en Yajalón, Chiapas; un municipio situado en la Sierra Norte de Chiapas, cuyo nombre en tzeltal significa “tierra verde”. En esta región, conocida como la Selva Tzeltal-Tsotsil-Chol, se concentra el mayor número de pequeños productores indígenas en México.
COFINCAF se encarga de cultivar, comercializar y procesar el café de más de 2,000 productores, convirtiéndose en un referente de éxito gracias a diversas iniciativas de apoyo a las comunidades cafetaleras, como el Plan de Restauración Cafetalera 2014-2017, que mitigó el impacto de la devastación de los cafetales chiapanecos en ese periodo; la implementación de un beneficio de café con tecnología avanzada y la creación de un Departamento de Sostenibilidad para capacitar y promover prácticas agrícolas responsables, mejorar la salud y la higiene, combatir la deforestación y fomentar la inclusión de género.
Para hacer frente a los retos actuales, COFINCAF, en alianza con Toscaf y Kali Coffee Roasters, promueve a través de sus fincas modelo “La Fortaleza”, “La Lomita” y “La Ventana”, espacios de aprendizaje para el cultivo de café en un entorno agroforestal. Esto garantiza la trazabilidad y la calidad del café en cada etapa del proceso, desde la siembra hasta la taza.
El futuro del café en México se construye sobre pilares de sostenibilidad y compromiso comunitario. A pesar de los desafíos, como el cambio climático, la inestabilidad social y la inseguridad, empresas como COFINCAF han demostrado que es posible enfrentar estos retos con responsabilidad, resiliencia y proactividad.
Cada taza de café servida en KALI COFFEE ROASTERS representa el esfuerzo de las comunidades que han convertido los obstáculos en oportunidades de desarrollo. Cada taza ofrece a los consumidores la posibilidad de apoyar iniciativas que impactan positivamente a las familias cafetaleras.
Así, COFINCAF, GRUPO TOSCAF y KALI COFFEE ROASTERS enaltecen el café mexicano, no solo por sus características aromáticas y sensoriales, sino por lo que representa para miles de familias indígenas: una historia de perseverancia y una esperanza para las futuras generaciones.