El Fondo Monetario Internacional (FMI) empeoró las previsiones de crecimiento de Argentina para este año. La actualización de julio del Informe de Perspectivas Globales (WEO, por sus siglas en inglés), presentado este martes en Washington, augura una caída del PIB argentino del 3,5%, siete décimas más que la proyección de abril. Al mismo tiempo, prevé un rebote del 5% en 2024. En cuanto a la inflación, anticipa una desaceleración desde el 211% registrado en 2023 hasta un 140% en diciembre.
El análisis del Fondo para Argentina destaca el éxito del ajuste fiscal y monetario que emprendió el ultraderechista Javier Milei para combatir la subida del IPC. “La inflación ha venido bajando muy significativamente en la Argentina”, dijo Pierre-Olivier Gourinchas, a cargo de la difusión del informe en una rueda de prensa. “Sigue siendo una cifra alta, pero la inflación secuencial está disminuyendo bastante rápido gracias a medidas muy fuertes que han sido implementadas por las autoridades del país. Ahora, el componente clave de las medidas que se han implementado es el plano fiscal”, consideró. La contracara de la guerra contra la inflación es la recesión, más profunda incluso de lo que esperaba el FMI hace solo tres meses. El ajuste, advirtieron los técnicos del multilateral, tuvo un impacto en la actividad porque “hay menos gasto público y se endurecieron las condiciones monetarias”.
El Gobierno de Milei celebró este mes la aprobación de la llamada Ley Bases, pensada para reducir al mínimo el Estado y promover el sector privado. Al mismo tiempo, creo un nuevo ministerio que tendrá a su cargo eliminar cientos de leyes y normativas que Milei considera perjudiciales para la economía. Puso al frente a Federico Sturzenegger, ex director del Banco Central durante la gestión del liberal Mauricio Macri (2015-2019) y redactor de buena parte de la ley de desregulación que aprobó el Congreso. Los resultados inmediatos no fueron los esperados. El Gobierno ha tenido problemas desde la semana pasada para contener la subida del dólar en el mercado informal y se ha disparado hasta los 1.600 puntos, su valor más alto en cuatro meses, el riesgo país, que es el diferencial que Argentina paga por su deuda con respecto a Estados Unidos.
El FMI acaba de aprobar la octava revisión del programa que mantiene con Argentina y liberó el envió de 800 millones de dólares que la Casa Rosada usará para pagar por otra ventanilla deuda al multilateral. La intención de Gobierno ultraderechista es negociar un nuevo acuerdo que permita el desembolso de unos 15.000 millones de dólares, la cifra que el ministro de Economía, Luis Caputo, considera necesaria para liberar las restricciones cambiarias vigentes, el llamado “cepo”.
Con todo, el Fondo ve con optimismo la economía argentina en 2025. Espera que tras tocar fondo este año la recesión se revierta y el PIB rebote un 5%, el mayor de la región, “a medida que se recupera la confianza y crezcan los salarios reales”. “Hacia finales de año, esperamos que el impacto de la contracción fiscal disminuya, que se restablezca la confianza y, básicamente, que la economía nacional se recupere”, dijo la subdirectora del Departamento de Investigación del Fondo, Petya Koeva. El Directorio del FMI advirtió en el capítulo argentino del informe que “mantener los sólidos avances se requiere mejorar la calidad del ajuste fiscal, iniciar pasos hacia un marco mejorado de política monetaria y cambiaria, e implementar la agenda estructural”, advirtió el Directorio del FMI en el capítulo argentino del informe.
Corrección para Brasil
Para el caso de Brasil, la principal economía de América Latina, el FMI también revisó levemente a la baja el crecimiento positivo de Brasil, desde el 2% hasta el 2,1%, por el impacto a corto plazo de las inundaciones en el sur del país. “Sin embargo, el crecimiento de Brasil se ha revisado al alza en 2025 para reflejar la reconstrucción tras las inundaciones y los factores estructurales favorables (por ejemplo, la aceleración de la producción de hidrocarburos)”, señala el informe. El FMI prevé en 2025 la economía brasileña crecerá 2,5%.