El Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM), una de las terminales aéreas más importantes de América Latina, planeaba entre el “vacío de autoridad” y en manos del narcotráfico, de acuerdo con sus propias autoridades. El vicealmirante Carlos Ignacio Velázquez Tiscareño, quien ocupó la dirección del aeródromo entre julio de 2022 a marzo de 2024, ha asegurado que al llegar a tomar el mando del AICM predominaba la corrupción en áreas de administración y aduana, el robo de maletas y las demoras en servicios.
“Las aerolíneas hacían su voluntad, privilegiando sus fines comerciales y al margen de la legalidad, lo que generaba un impacto en finanzas del aeropuerto. Quien mandaba en el AICM no era la autoridad”, reprochó este jueves, en la conferencia matutina del Palacio Nacional.
En el recuento de su Administración, Velázquez Tiscareño ha bosquejado a una terminal aérea donde el tráfico de drogas campaba a sus anchas. El exdirectivo presumió que durante su gestión ocurrió el “aseguramiento histórico” de 8,3 toneladas de metanfetaminas. “Nunca antes se había asegurado una cantidad similar en cualquier aeropuerto nacional”. En su balance, también se decomisaron 324.62 kilos de fentanilo y 192.626 kilos de cocaína y, para frenar el trasiego de estupefacientes, se elevó la lupa sobre los vuelos de México a Japón y de México a Madrid.
Bajo el argumento de recobrar el orden en la terminal aérea, el Gobierno de López Obrador traslado la gestión y vigilancia del aeródromo a la Secretaría de Marina. Decomisos de drogas, inspección a vuelos internacionales y más agentes en los pasillos, han sido parte de la nueva administración de las Fuerzas Armadas. El vicealmirante Velázquez Tiscareño aseguró que ahora laboran 1.500 elementos de la Secretaría de Marina vigilando la terminal aérea y se creó la figura de mando único para combatir la corrupción en migración y aduanas.
Otra de las trincheras a combatir, añadió el vicealmirante, fue el descontrol de horarios por años permitido a favor de las líneas aéreas. Velázquez Tiscareño acusó que anteriormente las aerolíneas hacían su voluntad al margen de la legalidad. Por mandato el Ejecutivo, se aplicó una reducción de 61 a 52 operaciones por hora y se dejaron de asignar horarios a las aerolíneas cargueras por el cierre a ese tipo de operaciones y se mudaron al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
“Mandaban las líneas aéreas, en lo general, en muchas otras, empresas que había que no pagaban sus adeudos, habías cientos de locales con adeudos de varios años, de muchos millones de pesos y esos adeudos no encontramos ninguna referencia de que hubiera habido cobro o sanciones o cierre. Simplemente, seguían trabajando y la deuda seguía incrementándose”, zanjó Velázquez Tiscareño. En la conferencia de Palacio Nacional este jueves, el exdirector señaló que con algunas empresas se llegaron a acuerdos y están pagando, y otros casos se están dirimiendo en tribunales.
La nueva dirección del AICM, ahora bajo el mando de la Marina, se desembolsaron más de 2.000 millones de pesos en el mantenimiento del AICM para pistas de rodamientos, edificios terminales y equipamiento, sistemas eléctricos y mecánicos, entre otros. José Ramón Rivera Parga, nuevo director general del AICM, informó que este año se invertirán 2.200 millones de pesos en diversas obras de mantenimiento y modernización de las instalaciones. De esta bolsa, 1.495 millones son de recursos fiscales y 705,7 millones provienen de recursos propios.
Pese a la andanada de operativos y el millar de agentes en sus pasillos, el aeropuerto capitalino batalla día a día con el trasiego de drogas y la corrupción en sus puntos aduanales, mientras que debe garantizar la seguridad en aire y tierra para los más de 48 millones de pasajeros que reciben por año.