Por obvias razones, el 2020 no será recordado como un buen año. Sin embargo, al mismo tiempo, ha traído más progreso científico que cualquier otro año reciente, y estos avances perdurarán mucho después de que Covid-19 desaparezca como una amenaza a nuestras vidas.
Dos de los símbolos más obvios y tangibles de progreso son las vacunas de ARNm que se están distribuyendo en todo el mundo. Estas vacunas parecen tener niveles muy altos de eficacia y seguridad, y pueden ser producidas más rápidamente que las vacunas más convencionales. Son la principal razón para tener una perspectiva relativamente optimista para el 2021. La tecnología del ARNm también tiene un potencial más amplio, por ejemplo, ayudando a reparar corazones dañados.
Otros avances en las biociencias pueden resultar no menos asombrosos. Un candidato muy prometedor para una vacuna contra la malaria, quizás la enfermedad que más vidas ha cobrado en la historia de la humanidad, está en las etapas finales de las pruebas. Los avances en la tecnología de las vacunas han creado la posibilidad real de una vacuna universal contra la gripe, y se está trabajando en ese frente. Nuevas técnicas CRISPR aparecen al borde de vencer la anemia falciforme, y otros métodos CRISPR han permitido a los científicos crear una nueva prueba de diagnóstico basada en teléfonos inteligentes que detectaría virus y ofrecería diagnósticos en media hora.
También ha sido un buen año para la inteligencia artificial. La tecnología GPT-3 permite la creación de una redacción notablemente humana de gran profundidad y complejidad. Es un gran paso hacia la creación de entidades automatizadas que pueden reaccionar de forma muy humana. DeepMind, mientras tanto, ha utilizado técnicas computacionales para hacer grandes avances en el plegado de proteínas. Este es un avance en la biología que puede llevar al descubrimiento más fácil de nuevos productos farmacéuticos.
Una precondición general detrás de muchos de estos avances es el acceso descentralizado a un enorme poder de computación, típicamente a través de la computación en nube. China parece estar progresando con un método de fotones para la computación cuántica, un desarrollo que es difícil de verificar pero que podría ser de gran importancia.
La biología computacional, en particular, está en auge. El ARNm de la vacuna Moderna fue diseñado en dos días, y sin acceso al propio Covid-19, un logro notable que no habría sido posible hace poco tiempo. Esto probablemente anuncia la llegada de muchos otros futuros avances de la biología computacional.
Por otra parte, el acceso a Internet se extenderá aun más, llegando a regiones más remotas. Starlink, por ejemplo, tiene un plan plausible para suministrar conexiones de Internet por satélite a todo el mundo.
También ha sido un buen año para el progreso en los transportes.
La tecnología que desembocaría en vehículos autónomos sin conductor parecía estar estancada, pero Walmart utilizará algunos camiones autónomos en algunas entregas durante el 2021. Boom, una start-up que está desarrollando un vuelo supersónico factible y asequible, tiene ahora una valoración de más de 1.000 millones de dólares, con prototipos esperados para el próximo año.
SpaceX logró prácticamente todos los objetivos de lanzamiento y de cohetes que había anunciado para el año. Toyota y otras empresas han anunciado importantes avances en las baterías para vehículos eléctricos, y se espera que los productos relacionados debuten en 2021.
Todo esto será una bendición para el medio ambiente, así como el progreso en la energía solar, que en muchos escenarios es tan barata como cualquier otra alternativa relevante. China está abriendo un nuevo y prometedor reactor de fusión. A pesar de la ausencia de una política energética nacional coherente de los Estados Unidos, la noción de un futuro energético principalmente verde ya no parece utópico.
En épocas anteriores, los avances en materia de energía y transporte solían traer consigo nuevos avances tecnológicos, al permitir a los seres humanos conquistar y remodelar sus entornos físicos de formas nuevas e inesperadas. Podemos esperar que esa tendencia general continúe.
Por último, aunque no se ajusta del todo a la definición de un avance científico, el auge del trabajo a distancia es un verdadero avance. Se celebrarán muchas más reuniones de Zoom, y muchos viajes de negocios no se volverán a llevar a cabo. Muchos pueden ver esto como una bendición mixta, pero mejorará la productividad significativamente. Será más fácil contratar trabajadores extranjeros, más fácil para los trabajadores de tecnología o finanzas mudarse. Los empleados más productivos podrán trabajar desde casa más fácilmente.
Sin duda, ha sido un año trágico. Sin embargo, junto con la tristeza y el fracaso, ha habido bastante progreso. Eso es algo que vale la pena tener en cuenta, incluso si no podemos celebrarlo, cuando miramos hacia atrás en el 2020.