Elon Musk no suelta las riendas. Ante la falta de respuesta por parte de Twitter a su primera oferta —43.400 millones de dólares (unos 40.000 millones de euros)—, el propietario de Tesla está estudiando lanzar una oferta pública de adquisición (OPA) para comprar todas las acciones ordinarias en circulación a un precio unitario de 54,20 dólares. El empresario estadounidense ha informado este miércoles a la Comisión del Mercado de Valores (SEC) de Estados Unidos de que cuenta con garantías por valor de 46.500 millones de dólares, gracias a la participación de Morgan Stanley y otras entidades financieras que contribuirán en la financiación con un préstamo de 25.500 millones. Asimismo, Musk ha presentado ante la SEC una carta de compromiso personal en la que asegura disponer de 21.000 millones adicionales en fondos propios, que provendrían de sus acciones en Tesla.
En concreto, las entidades participantes —Bank of America, Barclays y Credit Suisse, entre otras— se han comprometido a proporcionar 12.500 millones de dólares a través de préstamos a disposición de Musk. Asimismo, facilitarán otros 13.000 millones de dólares mediante una línea de crédito principal garantizada a término por importe de 6.500 millones de dólares, una línea de crédito principal garantizada renovable de 500 millones de dólares, una línea de crédito puente senior garantizada de hasta 3.000 millones de dólares y una línea de crédito puente senior no garantizada de otros 3.000 millones de dólares.
Al hacerse con todas las acciones en esta operación, Twitter sería excluida de Bolsa en caso de que el consejo de administración dé el visto bueno a la oferta y los accionistas la acepten. “Invertí en Twitter porque creo en el potencial de ser la plataforma para la libertad de expresión en todo el mundo y creo que la libertad de expresión es un imperativo social para una democracia funcional. Sin embargo, desde que hice mi inversión me he dado cuenta de que la empresa no prosperará ni servirá para este imperativo social en su forma actual. Twitter necesita transformarse en una empresa no cotizada”, aseguraba Musk en la carta remitida al consejo de administración en la que presentaba su oferta. Musk es actualmente propietario de 73,1 millones de acciones de Twitter, equivalentes al 9,1% del capital social de la tecnológica.
La red social con sede en San Francisco ha reconocido haber recibido la propuesta actualizada de Musk, pero no ha dado ninguna respuesta formal más allá de reiterar su “compromiso” a llevar a cabo “una revisión cuidadosa, exhaustiva y deliberada” de la oferta. El equipo directivo de la red social aún no se ha sentado a negociar. De hecho, la plataforma se defendió de los planes de Musk poniendo en marcha la estrategia conocida como “píldora venenosa”, que tiene como objetivo diluir las participaciones en la compañía. La maniobra dificulta a Musk hacerse con más del 15% durante al menos un año, al permitir a otros poseedores de títulos adquirir más acciones con descuento.
El fondo de inversión estadounidense Thoma Bravo ha comenzado a hablar con Musk sobre su participación en el intento de adquisición, según una fuente familiarizada a la situación consultada por el Financial Times. Su participación en la oferta de Musk, que fue comentada por primera vez en el New York Post, proporcionaría al empresario financiamiento adicional de deuda y capital por parte de otros inversores. Thoma Bravo se negó a comentar. Las acciones de Twitter han subido casi un 20% desde que Musk hizo pública la participación del 9,2% en la empresa el 4 de abril, convirtiéndose en socio mayoritario. Sin embargo, su capitalización ha decaído notablemente desde el primer trimestre del año pasado, cuando se situó en su valor máximo histórico. En 2021, Twitter perdió 221 millones de dólares, lo que supuso una mejora significativa para las cuentas de la empresa, que el año anterior había perdido cinco veces más dinero