Desde enero de 2007 a abril de este año, las autoridades mexicanas han registrado el hallazgo de 5.698 fosas clandestinas en todo el país. Es un número mareante, parte de las cifras que dibujan la violencia que vive el país, más de 110.000 desaparecidos, 30.000 asesinatos al año, una sangría que parece no tener fin. El mapa de las fosas ilumina una de las tácticas favoritas del crimen en estos tiempos de guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado: desaparecer personas, ocultar su muerte y su destino. Evitar al ya de por sí decadente sistema de procuración de justicia, que maneja tasas insólitas de delitos no castigados.
En una investigación publicada este lunes, la organización Quinto Elemento Lab muestra la evolución de los datos, parte de los registros que ha acumulado estos años la Comisión Nacional de Búsqueda, dependiente de la Secretaría de Gobernación. El Gobierno maneja una página web en que se puede consultar el mapa de fosas. Pero Quinto Elemento Lab ha obtenido los datos en crudo, vía la ley de transparencia y acceso a la información, para confirmar la estadística del Gobierno y organizarla geográfica y temporalmente.
El registro muestra que los Estados que más fosas cuentan en su territorio son Veracruz, Tamaulipas y Guerrero. De hecho, entre los tres suman más de la mitad de los hallazgos de todo el país. Veracruz lidera el listado con 668 entierros clandestinos. En 2016, por ejemplo, las autoridades certificaron allí la ubicación de 161. En 2019, fueron 142. Tamaulipas sigue a Veracruz con 554, repartidos de manera más o menos equilibrada entre 2011 y 2022. Guerrero cierra el podio con 498. El año que más fosas se encontraron en el Estado fue 2014, al calor de las búsquedas de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
No hay un gran espacio entre los tres primeros y los siguientes. Sinaloa y Chihuahua superan la barrera de las 400 fosas, mientras que Colima y Zacatecas se quedan cerca. En total, 18 estados de los 32 que hay en el país registran 100 fosas clandestinas o más en su territorio. En 570 municipios se ha encontrado al menos una fosa, esto es, en uno de cada cuatro pueblos que hay en México.
Comparando el trabajo de Quinto Elemento Lab con el mapa de fosas del Ejecutivo, es fácil ver la intención gubernamental de separar sus registros de los de los gobiernos anteriores. Así, México registró 2.835 fosas de enero de 2007 a diciembre de 2018, horquilla que agrupa las administraciones de Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018). En los cuatro años y medio de mandato de Andrés Manuel López Obrador, la cifra asciende a 2.863.