Durante los últimos 14 años, todos los partidos políticos de México han presentado al menos una reforma para reducir la jornada laboral. Se han presentado 17. Ninguna ha avanzado. El único “partido” que está en contra de la reducción de la jornada es el partido del cabildeo empresarial. Éste último siempre ha ganado.
Una de las principales razones desplegadas por el cabildeo empresarial para argumentar que reducir la jornada de 48 a 40 horas es insostenible es que las empresas quebrarían. Estos grupos de interés afirman que las utilidades de las empresas son insuficientes para pagar las horas extra que la reforma implicaría. Sin embargo, los datos muestran otra cosa.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los empresarios mexicanos tienen proporcionalmente más utilidad que el 91% de los países del mundo. Con ello la data confirma qué, del valor que generan las empresas, el empresario mexicano suele quedarse con una proporción mayor y darle muy poco a sus empleados.
En el mundo, el empresario suele quedarse en promedio con el 46% del valor generado por su empresa. Y suelen entregar el resto a sus trabajadores por medio de salarios, compensaciones, prestaciones o reparticiones de utilidad. En México, el empresario se queda con el 65%. Es decir, los trabajadores mexicanos se quedan con muchos menos (35%) de lo que se quedarían si trabajaran en otros países (54%).
Cuando los empresarios mexicanos ven las cifras de la OIT, la costumbre es negarlos con tres argumentos.
El primer argumento es que no le pueden dar más a los trabajadores porque hacer negocios en México es muy riesgoso. El riesgo es tan alto que, dicen, para que valga la pena invertir es necesario que el empresario tenga mayores utilidades. Este argumento es falso. De acuerdo con el Country Risk Guide desarollado por PRS Group, una empresa especializada en medición de riesgos, existen países iguales o más riesgosos que México que le reparten más a sus trabajadores. Por mencionar solo dos casos, Colombia y Pakistán son lugares más riesgosos que le distribuyen entre 9 y 16 puntos porcentuales más a sus trabajadores.
Un segundo argumento que dan los empresarios es que el problema no pasa en todas las industrias, solo en algunas. El argumento tampoco se sostiene. De acuerdo con los datos del economista Paul Saumik de la Universidad de Newcastle, en todos los sectores de la economía México les da menos a sus trabajadores que en el mundo. En manufactura y construcción, México le da 14 puntos menos a los trabajadores que el promedio de los países del mundo para los que se tienen datos. En comercio y transporte, México le da 12 puntos menos; en servicios, 9 puntos menos; y en minería y agricultura, 4 menos. Es decir, aun si comparamos solo sectores similares, el trabajador mexicano recibe proporcionalmente menos que en el resto del mundo.
Finalmente, un tercer argumento comúnmente utilizado para explicar lo poco que se da al trabajador en México es el tamaño de empresa. Se dice que solo las empresas muy pequeñas le dan poco al trabajador y que eso se debe a que tienen muy pocos trabajadores. Con frecuencia, las empresas son tan pequeñas que el dueño es el único trabajador y por tanto se queda con todo el valor que genera la empresa. Debido a que hay muchas microempresas en México, dicen, es que México sale tan mal parado en las estadísticas de la OIT. El argumento suena sofisticado, pero no parece tener mucho sustento. La realidad es que todas las empresas de México, independientemente de su tamaño, le dan muy poco al trabajador. Es verdad que las microempresas le dan menos a sus trabajadores que las empresas grandes, pero la diferencia es de solo 7 puntos porcentuales. Es decir, el tamaño de empresa no puede explicar la diferencia tan grande que tiene México con respecto al resto del mundo.
Lo que realmente explica que los trabajadores mexicanos se queden con tan poco valor de una empresa es la costumbre. México ha normalizado que los trabajadores trabajen mucho y ganen poco.
Es por ello tan importante que se apruebe la legislación que busca reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas. México merece trabajar menos. El país es uno de los países que más horas trabaja de la OCDE, solo superado por Colombia. En México, los trabajadores formales-asalariados trabajan 50 horas a la semana en promedio, y el 66% de los trabajadores formales-asalariados laboran más de 40 horas semanales, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.