El fantasma de un nuevo derrame petrolero acecha las aguas del sureste mexicano. Un puñado de colectivos, entre los que se encuentran Greenpeace México y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) han alertado de un nuevo derrame petrolero cerca de la plataforma Akal-B de Pemex, en Campeche, que el pasado 6 de abril sufrió una explosión. Las organizaciones lograron detectar el derrame de crudo en el golfo de México através de imágenes satelitales.
A partir de la información recolectada, los colectivos medioambientales afirman que este nuevo vertido de crudo en las aguas del golfo de México suma 21 días activo, ya que las primeras imágenes se remontan al pasado 22 de marzo. Las organizaciones calculan que el petróleo derramado abarca una superficie de 390 kilómetros cuadrados.
El hallazgo de la gran mancha negra en el océano se dio a partir del incendio en la plataforma Akal-B. “Una vez más, es a partir de una explosión en una plataforma de Pemex que se detecta un derrame no reportado por las autoridades” apuntan en el documento. Aunque se buscó a Pemex para conocer su versión de los hechos, no se obtuvo respuesta.
“Exigimos que las autoridades que informen con claridad sobre el siniestro ocurrido en Akal-B, sus impactos y las medidas que se tomarán para prevenir la repetición de estos incidentes. De igual forma, demandamos información sobre las acciones para atender el derrame de petróleo detectado y para la mitigación de sus impactos en los ecosistemas marinos, la salud de las personas y los medios de subsistencia de las poblaciones costeras”, añadieron los portavoces medioambientales, por escrito.
De acuerdo con sus datos, en los últimos dos años la paraestatal Pemex ha elevado en más de un 100% la frecuencia de incidencia en sus instalaciones, mientras que el presupuesto destinado a mantenimiento ha caído en ese mismo lapso en un 49%. “En Pemex se han tomado decisiones administrativas que anteponen la extracción acelerada de combustibles fósiles a la inversión en seguridad y mantenimiento de la infraestructura existente. Las consecuencias son visibles”, reprochan los colectivos.
En julio pasado, las organizaciones detectaron un vertido de crudo proveniente de una plataforma de Pemex. Aunque en un inicio la petrolera calló, después minimizó el derrame, asegurando que solo se vertieron al mar solo 58 metros cúbicos de crudo, lo que equivale a 365 barriles de petróleo, y que solo afectó a un área de 0,06 kilómetros cuadrados. Sin embargo, investigadores de la UNAM calcularon que las dos fugas de petróleo en la sonda de Campeche provocaron un derrame equivalente a 400 kilómetros cuadrados.
Pemex reportó al cierre del año pasado 235 riesgos ambientales, de los cuales se habían atendido 40 riesgos, 69 están en proceso de atención, 68 cuentan con un programa de trabajo para los años subsecuentes y 58 pendientes de asignación de programa. Para la atención del inventario de riesgos ambientales se estimó un desembolso de 11.990 millones de pesos, lo que contribuirá a la mitigación de las afectaciones al suelo, agua y aire.