El Informe Mundial de la Felicidad tomó en cuenta seis factores clave para determinar el nivel de satisfacción entre las naciones: Ingresos, salud, tener a alguien con quien contar, tener un sentido de libertad para tomar decisiones clave en la vida, generosidad y la ausencia de la corrupción.
Además, mide el nivel de riqueza per cápita, es decir la división de toda la riqueza entre su población; la cercanía entre personas, sus relaciones, la percepción de estas y la capacidad de ofrecer apoyo; la salud mental de cada individuo en relación a sus expectativas personales de vida; el acceso a sus derechos, a educación, a la libre discriminación y a su capacidad de expresión sin miedo a ser discriminado.
Al ser una apuesta global, toma en cuenta factores culturales, sin dejar de lado las grandes afecciones como la eficiencia de los gobiernos, la permeabilidad de la corrupción en la vida pública o su confianza en las instituciones.
Concluyó que las condiciones de mayor bienestar promueven el altruismo, y ese altruismo promueve mayor bienestar. Además, advierte sobre la inviabilidad de “soluciones transversales”, es decir, insta a cada gobierno a construir condiciones de paz que se adapten a la cultura de cada país de la mano del asesoramiento externo.
En Ucrania y Rusia han caído (a reserva de fluctuaciones contextuales) los niveles de felicidad de formas muy similares. Estos países en guerra registran bajas en los puntos desde el 2014 con la adhesión de Crimea.