Iberdrola invertirá en proyectos renovables en México los 6.000 millones de dólares (5.650 millones de euros) que obtenga por la venta de sus centrales de ciclo combinado (gas natural). La transacción está a punto de cerrarse. El fideicomiso comprador —Mexico Infrastructure Partners (MIP), que cuenta con el apoyo financiero del Fondo Nacional de Infraestructura de México (Fonadin) y otras entidades financieras públicas— ya ha acordado con la filial de Iberdrola en el país norteamericano tanto los contratos de cobertura de la energía como los contratos de prestación de servicios.
El compromiso de reinvertir en México los fondos obtenidos tras el acuerdo —que puso fin a años de confrontación directa entre Iberdrola y Andrés Manuel López Obrador — es un claro guiño de la empresa hacia el país, que figuraba en primera línea de sus planes de expansión en América tras Estados Unidos y Brasil y que en los últimos años había pasado a un segundo plano. El pacto, anunciado en abril y que cristalizó en junio pasado, ha mejorado ostensiblemente las relaciones entre ambas partes.
Ahora, el cierre de la operación está a la espera de un último paso: la aprobación regulatoria de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece, independiente), a la que el fideicomiso ya ha presentado oficialmente la solicitud de aprobación. También de dos entes dependientes del Gobierno mexicano: la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la CFE. La fecha tope para dejar completamente zanjada la operación es el 31 de diciembre, pero las fuentes consultadas confían en que quede listo antes, a lo largo del mes de noviembre.
El acuerdo, auspiciado por el Ejecutivo mexicano, implicaba la adquisición por parte de MIP de 13 centrales que suman algo más de 8,6 gigavatios (GW) de potencia instalada: 8,4 GW de ciclos combinados y otros 100 megavatios (MW) de eólica, con un total de 400 empleos aparejados. Ese paquete suponía el 55% del negocio de la eléctrica española en el país y el 80% de sus activos. Entretanto, y hasta que las inversiones anunciadas sean una realidad, seguirá operando una quincena de plantas de generación de electricidad.
Mucho potencial renovable
Las nuevas inversiones de Iberdrola en México se centrarán en dos tecnologías: solar fotovoltaica y eólica. En el gigante norteamericano están algunas de las zonas de América con mayor potencial para generar electricidad con viento y sol, y la cercanía a EE UU lo convierte en especialmente atractivo a la hora de invertir. Además, la expectativa de una mayor apertura a las renovables por parte del presidente —y, consecuentemente, del Ejecutivo— que salga de las urnas en junio del año que viene está haciendo que las grandes empresas de mundiales del sector estén volviendo sus ojos sobre él pensando en los años venideros. En el caso concreto de Iberdrola, los proyectos renovables en cartera suman unos siete gigavatios, tanto para su desarrollo inmediato como a futuro.
La pasada primavera, el presidente de México y el de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, escenificaron en Palacio Nacional el inicio de una “nueva etapa” con la firma del acuerdo de intenciones entre la energética y MIP. “Esta es una nueva nacionalización de la industria eléctrica”, afirmó entonces López Obrador en su cuenta en Twitter (hoy X). Con la adquisición, la cuota de generación de la CFE pasaba el 39,6% al 55,5%. “Hemos tenido algunas discrepancias, pero el diálogo y la buena voluntad lo puede todo. De esas diferencias surge esto que, es algo extraordinario. Repito, histórico”, agregó el mandatario en un vídeo.
“Hace dos años estuvimos acá, nos pidió que negociáramos, que dialogáramos, que llegáramos a acuerdos. Dos años más tarde, hemos dialogado, hemos hablado y hemos llegado a acuerdos”, agregó, por su parte, Sánchez Galán tras la reunión con el presidente mexicano. “Hemos entendido cuál es la política energética de su Gobierno y esa política nos ha llevado a buscar una situación que sea buena para el pueblo de México y que al mismo tiempo cumpla con los intereses de nuestros accionistas”.