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Partes de Italia se confinarán de nuevo mientras Europa intenta detener la segunda ola

Inglaterra también comenzará un segundo confinamiento. La pandemia fue tema clave durante las elecciones de EE.UU., donde los votantes que veían el virus como un tema importante favorecía a Biden.

El gobierno italiano anunció el miércoles por la noche que cerrará una parte significativa del país, incluyendo las regiones del norte que son su motor económico. El último esfuerzo por detener una creciente ola de infecciones.

El primer ministro Giuseppe Conte anunció que las medidas, las más drásticas desde el cierre nacional de marzo, entrarán en vigor el viernes y cerrarán seis regiones en el norte del país, muy infectadas, y en el sur, más vulnerables y pobres.

“La situación es particularmente crítica”, aseguró Conte en una conferencia de prensa nocturna. Dijo que el virus se estaba moviendo a un ritmo “fuerte e incluso violento”.

En toda Europa, los esfuerzos por detener una segunda oleada de casos de coronavirus con medidas poco sistemáticas están siendo sustituidos por normas mucho más estrictas, y se han acelerado los esfuerzos por reforzar los sistemas de salud que podrían alcanzar rápidamente su capacidad en las próximas semanas. A partir del jueves, Inglaterra estará bajo un segundo cierre, mientras que los italianos se enfrentarán a un toque de queda a las 10 p.m. Polonia cerrará las escuelas y tiendas este fin de semana, y Lituania entrará en un cierre total. Suiza ha llamado al ejército para reforzar los hospitales. Y el Ministro de Salud de Francia está presionando para extender el estado de emergencia hasta febrero.

En Italia, las nuevas medidas prohibirán a los residentes de las seis regiones cruzar las fronteras, excepto por motivos de trabajo, salud u otras “situaciones de necesidad”, dijo el primer ministro. También se limitará estrictamente la circulación dentro de las regiones. Los bares, restaurantes y, tiendas que venden productos no esenciales se cerrarán en la mayoría de las regiones.

Tres de las regiones abarcaban el noroeste del país e incluían Lombardía, donde se encuentra la capital financiera de Italia, Milán, Piamonte y el Valle de Aosta. Las regiones del sur eran Calabria, Puglia y la isla de Sicilia.

Conte dijo que las restricciones, que han desencadenado una feroz oposición de grupos empresariales, restaurantes y muchos ciudadanos exasperados por los límites gubernamentales a su libertad, se establecieron porque “hay una alta probabilidad de que algunas regiones superen los límites críticos en las unidades de cuidados intensivos” en las próximas semanas. Añadió, “necesariamente tenemos que intervenir”.

El país se dividirá esencialmente en tres niveles de infección, denominados “rojo, naranja y amarillo”. Las áreas que caigan dentro de esas respectivas categorías estarán sujetas a restricciones automáticas. El gobierno hará esas evaluaciones semanalmente.

El anuncio añade detalles a un nuevo decreto del gobierno, anunciado el miércoles, que impone un toque de queda a las 10 p.m. en todo el país y cierra museos, escuelas secundarias y, el fin de semana, centros comerciales. Conte también “recomendó encarecidamente” que los italianos se quedaran en casa durante el día, pero aplazó la decisión de establecer cierres locales al ministro de salud del país y a los gobernadores regionales.

Conte dijo que eligió un enfoque más específico en lugar de un confinamiento total porque las medidas a nivel nacional pueden ser demasiado suaves para las zonas más infectadas o demasiado draconianas para los lugares donde el virus no circula con frequencia.

En Gran Bretaña, Boris Johnson habló ante el Parlamento Británico el miércoles, diciendo que no había alternativa a un bloqueo de un mes de duración si se quería evitar un “desastre médico y moral”. Sin embargo, durante semanas Johnson se había resistido a esas medidas drásticas, rechazando los llamados de los científicos que asesoran al gobierno, y del Partido Laborista de la oposición, para un cierre más temprano, pero más corto.

Gran Bretaña ha sido el país más afectado por la pandemia en Europa, con más de 60.000 muertes.

Los legisladores votaron 516-38 para aprobar las reglas el miércoles, a pesar de una rebelión dentro del Partido Conservador de Johnson. Varios legisladores conservadores expresaron una fuerte oposición, incluyendo a Graham Brady, quien preside un poderoso comité.

“No podemos pedirle a la gente que siga reglas que evidentemente no tienen sentido”, dijo. Otro legislador, Charles Walker, dijo que se estaba coaccionando a la gente para que cumpliera con restricciones que eran “injustas” y en algunos casos “crueles”, añadiendo: “esta legislación va en contra de todos mis instintos”.

Londres estaba llena de compradores horas antes de que las nuevas reglas entraran en vigor. Tiendas, restaurantes, pubs y otros negocios no esenciales deben cerrar durante un mes; las escuelas permanecerán abiertas. Se pedirá a la gente que se quede en casa a menos que se les necesite en el trabajo, o que salgan a comprar comida o a hacer ejercicio.

Escocia, Gales e Irlanda del Norte ya han instituido restricciones similares, dejando a Inglaterra como un país atípico dentro del Reino Unido.

Alemania y Francia, que intentaron medidas poco sistemáticas, han vuelto a imponer cierres en todo el país.

El descontento se ha incrementado en toda Italia durante las últimas semanas, con los propietarios de restaurantes y bares tomando las calles para protestar por los cierres anticipados recientemente impuestos por las autoridades. A pesar de esto el Primer Ministro Giuseppe Conte ha prometido continuar con las nuevas medidas restrictivas.

En el Vaticano, el Papa Francisco regresó el miércoles a su biblioteca privada para su audiencia general semanal, mientras instaba a la gente a seguir las recomendaciones de las autoridades políticas y sanitarias. El Papa detuvo las audiencias públicas en marzo, pero las reanudó a principios de septiembre, permitiendo que pequeños grupos participaran en el patio del Vaticano o en la sala de audiencias.

Este miércoles Suiza pidió a su ejército que apoyara a sus servicios médicos , ya que el número diario de casos de virus alcanzó un nuevo pico. El gabinete suizo dijo que acordó desplegar hasta 2.500 militares para apoyar los servicios de pruebas, atención y transporte. El ministro del Interior suizo, Alain Berset, calificó la situación de “tensa” e instó a los hospitales y clínicas a detener las cirugías no esenciales. Suiza registró más de 10.000 casos el miércoles, un récord de un solo día, y 73 muertes.

Lituania dijo que impondría un confinamiento nacional a partir del viernes, después de que el número de nuevos casos se triplicara en las últimas semanas, mientras que el primer ministro de Dinamarca, y la mayoría del gobierno, entraron en cuarentena después de que el ministro de justicia diera positivo para el virus.

Polonia no llegó a un confinamiento nacional, pero anunció nuevas restricciones el miércoles. Las instituciones culturales y las tiendas no esenciales de los centros comerciales deberán cerrar este sábado, y se limitará el número de clientes que pueden entrar en otras tiendas. Los hoteles sólo podrán aceptar viajeros de negocios, y todas las escuelas a partir del primer grado se cambiarán al aprendizaje en línea. Polonia evitó en gran medida la primera oleada del virus, pero ha sido golpeada por un gran número de casos, hospitalizaciones y muertes desde principios de octubre.

Los médicos y los expertos en medicina advierten que el sistema de atención de la salud, que padece una escasez crónica de fondos y personal, está al borde del colapso. El país también se ha enfrentado a enormes protestas en los últimos días por un fallo judicial que impondría una prohibición casi total de los abortos. El Primer Ministro Mateusz Morawiecki apeló a los manifestantes para que “movieran sus protestas en línea” mientras anunciaba las medidas contra el virus.