Entre las víctimas de la pandemia hay una que muchos jóvenes japoneses afirman no echar de menos: la cultura del consumo de alcohol.
La sobriedad, han decidido después de dos años de menos socialización y salidas nocturnas, tiene sus ventajas. Y por eso un nuevo mensaje del gobierno japonés – ¡bebe! – parece estar poniendo a pocos en el ánimo.
Para reforzar su debilitada industria del alcohol, la Agencia Tributaria Nacional de Japón ha puesto en marcha un concurso en el que se invita a las personas de entre 20 y 39 años a presentar ideas para animar a la gente a consumir más alcohol. El proyecto lleva el nombre de la bebida nacional: “¡Sake Viva!”
La agencia afirma que espera “revitalizar el sector” con el concurso, cuyo ganador se seleccionará en un torneo a finales de este año. Pero su petición choca con más de dos años de medidas del gobierno, que desalienta la venta de alcohol en restaurantes y bares y coloca carteles que prohíben beber en parques y calles.
Con Japón alcanzando nuevos máximos de infecciones por coronavirus, incluyendo más de 255.000 nuevos casos el jueves, muchos jóvenes se preguntan por qué el gobierno afirma ahora que se puede salir a beber.
“Los medios de comunicación anuncian casos récord de Covid, mientras que los restaurantes dicen: no hablen mientras comen, lleven mascarilla”, afirma Chika Kato, consultora de 27 años en Tokio. “Pero el gobierno nos pide al mismo tiempo que salgamos a beber”.
“Es una situación incómoda”, añadió. “¿A quién escucho?”.
Para algunos, cualquier estímulo oficial a la bebida – pandemia o no – es una mala idea.
Ninguno de los fabricantes de alcohol japoneses se ha adherido a la iniciativa. Pero los propietarios de bares la alabaron.
En Ginza, uno de los distritos de vida nocturna más populares de Tokio, los bares permanecieron con poca luz y en su mayoría silenciosos la noche del jueves. “Espero que esto ayude a que Ginza vuelva a tener vida”, afirmó Kenta Kobayashi, de 34 años, un camarero que ha visto un drástico descenso de las ventas desde que comenzó la pandemia.
En promedio, la gente en Japón bebió alrededor de 20 galones de alcohol en 2020, por debajo de los 26 galones en 1995, según datos del gobierno. El descenso ha afectado a los lucrativos ingresos fiscales: Los gravámenes sobre el alcohol representaron el 1,7% de los ingresos fiscales de Japón (unos 8.000 millones de dólares) en 2020, frente al 3% en 2011 y el 5% en 1980.
En Estados Unidos, los gobiernos estatales y locales recaudaron 7.700 millones de dólares en impuestos sobre el alcohol, o el 0,2 por ciento de los ingresos generales, en 2019, según el Urban Institute.
En el marco del concurso de la agencia tributaria japonesa, los participantes pueden proponer nuevos productos y diseños dirigidos a los jóvenes, incluso técnicas de venta que impliquen inteligencia artificial o el Metaverso. Siempre que las propuestas estén escritas en japonés, pueden proceder de cualquier lugar. La propuesta ganadora se comercializará.
Los organizadores del concurso afirmaron que el exceso de consumo no era el objetivo, y añadieron que la gente debería beber sólo “la cantidad adecuada” y tomar medidas de “sentido común” para no contraer el virus. “No estamos promoviendo en absoluto el consumo excesivo de alcohol entre los jóvenes”, afirmó Ryo Tsukamoto, portavoz de la división de impuestos sobre el alcohol de la agencia.
Pero los críticos se preocupan por las consecuencias no deseadas. Hidetomi Tanaka, economista, calificó la iniciativa de “campaña de consumo irresponsable y poco ortodoxa”. Alrededor de un millón de japoneses padecen alcoholismo, mientras que otros 9,8 millones son potencialmente adictos, según una investigación del Ministerio de Sanidad japonés.
En todo el mundo, la pandemia ha hecho descender el consumo de alcohol entre los adultos más jóvenes. En Corea del Sur, el consumo de soju se redujo en un 14 por ciento de 2019 a 2020 y el consumo de cerveza en un 23 por ciento, lo que llevó a los ingresos más bajos del país en impuestos sobre el alcohol en 10 años. En Estados Unidos, la prevalencia del consumo compulsivo de alcohol entre los adultos jóvenes encuestados se redujo al 26 por ciento en 2020, después de permanecer en torno al 30 por ciento de 2015 a 2019, según un estudio.
El gobierno de ninguno de los dos países ha llegado a promover el consumo de alcohol. En Francia, sin embargo, los legisladores consideraron una vez promover el consumo de vino cuando las exportaciones de vino y las ventas nacionales cayeron en 2004. Entre sus recomendaciones figuraba un programa que animaba a los jóvenes a “educar sus gustos”.