El magnate de la comunicación Rupert Murdoch se retira, al menos parcialmente. A sus 92 años ha llegado el momento de la sucesión al frente del imperio mediático conservador que encabezan News Corp y la Fox y que creó a partir de una cadena de medios regionales en Australia. Pasa el testigo a su hijo mayor, Lachlan Murdoch, según han anunciado las compañías en sendos comunicados.
Rupert Murdoch, nacido en Melbourne en 1931, será nombrado presidente emérito de ambas empresas. Tras las Juntas Generales Anuales, Lachlan Murdoch se convertirá en presidente único de News Corp y continuará como presidente ejecutivo y consejero delegado de Fox Corporation. Murdoch, sin embargo, ha asegurado a los empleados del grupo a través de un mensaje que no lo deja del todo: “En mi nuevo cargo, puedo garantizarles que participaré cada día en el concurso de ideas”, ha escrito. “Nuestras empresas son comunidades, y yo seré un miembro activo de nuestra comunidad. Veré nuestras emisiones con ojo crítico, leeré nuestros periódicos y páginas web y libros con mucho interés”.
El comunicado oficial de la sucesión incluye un mensaje de su hijo: “En nombre de los consejos de administración de Fox y News Corp, de sus equipos directivos y de todos los accionistas que se han beneficiado de su duro trabajo, felicito a mi padre por sus 70 años de extraordinaria carrera”, declara Lachlan Murdoch en la nota del anuncio. “Le agradecemos su visión, su espíritu pionero, su firme determinación y el legado perdurable que deja a las empresas que fundó y a las innumerables personas a las que ha influido. Estamos agradecidos de que ejerza como presidente emérito y sabemos que seguirá proporcionando valiosos consejos a ambas empresas”, añade.
La sucesión es la que parecía natural. Nada que ver con los tejemanejes y giros de guion de Succession, la brillante serie de HBO inspirada en un magnate que suma más mujeres (cuatro), más hijos (seis), más años (92), más escándalos, intrigas y operaciones corporativas que Logan Roy, su alter ego de ficción.
Cuando su padre murió de cáncer en 1952, Rupert Murdoch, hijo único, se puso al frente de News Limited, la empresa familiar. La expansión bajo su liderazgo comenzó con la compra por News Limited de los periódicos de Sídney Daily Mirror y Sunday Mirror en 1960. Compró numerosos periódicos regionales de Australia y Nueva Zelanda en los que apostó por el sensacionalismo, primando los sucesos y los deportes. Su empresa fundó la Southern Television Corporation e impulsó su recién licenciado Canal 9 para que fuera el primero en emitirse en 1959 en el sur de Australia. Daba así el primer paso hacia la televisión.
En 1964 lanzó The Australian, el primer periódico nacional del país, con un enfoque más serio. Es un patrón que ha repetido en el Reino Unido y Estados Unidos: primero amarillismo y luego búsqueda de la respetabilidad.
En 1969, se hizo con el control de News of the World y The Sun en el Reino Unido. Que el mismo editor de esos productos se hiciese después en 1981 con The Times / The Sunday Times fue toda una conmoción. Por entonces, los periódicos eran negocios muy rentables. Murdoch atravesó el Atlántico y compró el tabloide New York Post en 1976, convirtiéndolo en un periódico sensacionalista. Adquirió posteriormente el New York Magazine y The Village Voice. En 2007 acabó haciéndose también con el prestigioso The Wall Street Journal.
En 1985, Murdoch apostó de lleno por la industria del cine y la televisión al hacerse con la propiedad de Twentieth Century Fox, así como de una serie de emisoras de televisión regionales en algunos de los principales mercados de Estados Unidos. Al año siguiente, se creó el grupo Fox Television Stations, compuesto por 25 emisoras de todo Estados Unidos que se convirtieron en la base del lanzamiento de Fox Broadcasting Company en 1986.
Esa operación supondría un terremoto de larga onda expansiva en la televisión (y la política) estadounidenses. Desafío a los tres grandes que durante décadas habían tenido el dominio de las ondas: ABC, CBS y NBC. La creación del grupo allanó el camino para el innovador acuerdo sobre los derechos de retransmisión de la liga de fútbol profesional estadounidense (la NFL), que sirvió de plataforma de lanzamiento para Fox Sports. En 1996, la cadena Fox era el grupo televisivo más importante del país, una posición que mantuvo durante ocho años consecutivos, gracias a series de gran éxito como Expediente X, Los Simpsons y Matrimonio con hijos.
Fox News se convirtió a principios de siglo en el canal de noticias más visto de Estados Unidos. Se ha ido instalando en un mundo paralelo dirigido a una audiencia conservadora que quería que le contasen que Barack Obama era musulmán, que el Partido Demócrata es la izquierda radical dirigida por degenerados y que Donald Trump ganó las elecciones de 2020, pero se las robaron. Esas mentiras suelen quedar impunes, pero presentadores e invitados de la cadena citaron una y otra vez en su bulo electoral a la empresa Dominion, que presentó una demanda por 1.600 millones de dólares y que amenazaba a Murdoch con uno de los días más humillantes de su vida. Con el pago de 787,5 millones de dólares, evitó someterse en público ante el jurado a un interrogatorio demoledor.
Hay episodios de la vida de Murdoch que parecerían poco creíbles en una serie de ficción, como cuando sus periódicos dieron la noticia de su propia muerte. O como cuando dos hombres planearon secuestrar a su entonces esposa, Ann Murdoch, pero acabaron raptando y luego asesinando a Muriel McKay, la mujer de uno de sus directivos, al que siguieron a su casa después de tomar prestado el Rolls Royce del magnate.
Murdoch planeaba unificar todo su imperio en una misma empresa. Puso en marcha el año pasado una operación para fusionar News Corp y Fox en un solo grupo bajo el control familiar. Sin embargo, la reacción de los inversores fue negativa y abortó el intento en enero pasado.
Esta semana, curiosamente, el autor y biógrafo de Murdoch Michael Wolff publica un libro, The End of Fox News (El final de Fox News), en el que especula sobre lo que ocurrirá con la cadena cuando el magnate se haya ido.