La contaminación está reduciendo la esperanza de vida de los capitalinos en casi tres años

Las enfermedades cardiovasculares y respiratorias son en México y América del Norte en general, las principales causas de muerte prematura. Un nuevo estudio ha demostrado que esta incidencia se ve amplificada por la contaminación del aire que respiramos a diario.

Una investigación, realizada para México Pragmático basándose en publicaciones de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Medicina de la UNAM, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental y la Organización Mundial de la Salud, muestra que el impacto de la contaminación del aire en la salud en México es mucho mayor de lo que se pensaba.

Al cruzar datos sobre contaminación atmosférica con información epidemiológica sobre densidad de población y causas de muerte en la Ciudad de México, se demostró que la contaminación atmosférica acorta la esperanza de vida de sus habitantes en aproximadamente tres años.

A escala mundial, 120 personas por cada 100,000 mueren prematuramente debido a los efectos de la contaminación, mientras que en México la cifra asciende a 158 muertes por cada 100,000.

Los números de esta investigación son significativamente superiores a los reportados por la Carga Global de Enfermedades (GBD), un estudio de salud pública mundial publicado en 2018. La OMS calcula que cada año la exposición a la contaminación del aire causa siete millones de muertes prematuras en todo el mundo, de las cuales 320,000 ocurren en la región de Latinoamérica, 48,000 en México y entre 8,000 y 14,000 en la capital, según el índice Global Burden of Disease.

La contaminación del aire es el noveno factor de muerte prematura en México, además de provocar la pérdida de años de vida saludable. Para la OMS, la contaminación atmosférica se ha convertido en “la amenaza medioambiental más peligrosa para la salud humana”.

Hasta hace unos años, se calculaba que la tasa de mortalidad mundial debida a la contaminación atmosférica era de aproximadamente 4.5 millones de personas al año. Sin embargo, los nuevos cálculos indican que esta cifra podría alcanzar los 8.8 millones de muertes en todo el mundo, incluidas 320,000 en América Latina y 48,000 en México.

A modo de comparación, la Organización Mundial de la Salud estima que el tabaquismo (tanto activo como pasivo) causa unas 7.2 millones de muertes al año. Por lo tanto, el riesgo asociado a la contaminación es aún mayor, con una única diferencia: el tabaquismo, cuando no se refiere al tabaquismo pasivo, es una decisión personal, mientras que la contaminación atmosférica no lo es.

Además del aumento en la incidencia de enfermedades respiratorias, la contaminación atmosférica también es responsable de la aparición de enfermedades cardiovasculares debido a la acumulación de partículas finas en la sangre. El término técnico para estas partículas es PM2.5, que son moléculas muy pequeñas con un diámetro de 2.5 micrómetros o menos. Estas partículas son las unidades contaminantes más finas y suelen generarse por procesos de combustión, como los incendios forestales, los tubos de escape de los vehículos y las centrales eléctricas que funcionan con combustibles fósiles.

Las PM2.5 son tan finas que pueden atravesar las vías respiratorias y entrar en el torrente sanguíneo, lo que tiene graves repercusiones, sobre todo en ancianos y niños. Según los investigadores, “la exposición prolongada a altos niveles de partículas finas daña la función vascular, lo que puede provocar infarto de miocardio, hipertensión, ictus e insuficiencia cardíaca”. Además, las PM2.5, que también se transportan a los vasos sanguíneos del cerebro, podrían ser una de las causas de la demencia.

Actualmente, el 95% de la población mundial está expuesta cada año a niveles muy elevados de PM2.5. Los resultados del estudio publicado en el European Heart Journal muestran que en Europa la cantidad de PM2.5 ronda los 25 microgramos por metro cúbico de aire, mientras que la Organización Mundial de la Salud establece que el valor debe ser inferior a 10 microgramos por metro cúbico para no causar daños a la salud.

Aunque India es el país con el aire más contaminado del mundo, México supera la media internacional debido al mayor uso de combustibles fósiles para la producción de energía, la quema de madera y carbón para calefacción, así como a la escasez de políticas efectivas para reducir la contaminación y proteger el medio ambiente.