El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ha anunciado que durante el último año, más de dos millones de personas han obtenido empleo formal en México. Esta noticia es sin duda alentadora para un país que ha estado luchando contra una crisis económica agravada por la pandemia de COVID-19.
Según el INEGI, la tasa de desempleo ha disminuido del 4,2% al 3,7% en el último año, lo que sugiere que la economía mexicana se está recuperando lentamente. Esto se debe en gran parte a la creación de empleo formal, que proporciona a los trabajadores derechos y beneficios que no están disponibles en la economía informal.
La economía informal ha sido durante mucho tiempo un problema en México, con millones de trabajadores que no tienen acceso a la seguridad social, salarios justos o protección laboral. La creación de empleo formal es esencial para combatir la pobreza y la desigualdad en México, y es una buena noticia que se estén realizando esfuerzos para lograrlo.
Sin embargo, aún queda mucho por hacer. Aunque la tasa de desempleo ha disminuido, sigue siendo alta en comparación con otros países de la región, y muchos mexicanos siguen viviendo en la pobreza. Además, es importante tener en cuenta que los trabajos formales no siempre son de calidad, y muchos trabajadores siguen sin recibir salarios justos o suficientes para vivir dignamente.
Por lo tanto, es fundamental seguir trabajando para mejorar las condiciones laborales en México. Esto incluye no solo la creación de empleos formales, sino también el fortalecimiento de los derechos laborales y la protección social de los trabajadores.
Una forma de lograrlo es a través de la implementación de políticas públicas que fomenten la creación de empleo de calidad. Esto podría incluir incentivos fiscales para las empresas que contraten trabajadores de manera formal, así como la creación de programas de capacitación para mejorar las habilidades de los trabajadores y aumentar su empleabilidad.
Además, es necesario mejorar la regulación laboral para garantizar que los trabajadores reciban salarios justos y que se respeten sus derechos laborales. Esto incluye la lucha contra la discriminación y la igualdad de género en el lugar de trabajo, así como la protección contra el acoso y la violencia laboral.
Otro factor importante es la mejora de la educación y la formación profesional. Es necesario invertir en la educación para garantizar que los trabajadores tengan las habilidades y competencias necesarias para enfrentar los desafíos del mercado laboral actual y futuro.
Además, es importante abordar la brecha digital, que ha sido agravada por la pandemia de COVID-19. La creciente demanda de habilidades digitales significa que es cada vez más importante garantizar que todos los trabajadores tengan acceso a la educación y la formación necesarias para mantenerse al día en un mundo cada vez más digital.