La diferencia entre la diplomacia de Estados Unidos y la de China


La diplomacia pública en la política internacional ha sido un fenómeno creciente desde el final de la Guerra Fría. La posición de los países en conflictos internacionales se ha convertido en un factor relevante en la toma de decisiones. Los gobiernos democráticos necesitan justificar su política exterior, no sólo a sus nacionales, sino también a la comunidad internacional. La imagen con que una nación o un líder político sea percibido en el exterior y la capacidad de persuasión que un Estado tenga para convencer de la bondad de sus objetivos. La diplomacia pública que ejerce Estados Unidos no ha mejorado desde la Guerra Fría. Ya no se caracteriza por sus ideales liberales, ahora se caracteriza como un estado que pone sus intereses primero a los de la comunidad internacional. Como consecuencia observamos el auge de China como potencia mundial.

La diplomacia pública de Estados Unidos se enfoca en la exportación de la cultura americana a la comunidad, en otras palabras, en vender el sueño americano. También se enfoca en la diplomacia militar y nuclear. Estados Unidos tiene el presupuesto militar más alto en todo el mundo. Recientemente, esa misma estrategia ha causado odio en los países orientales, mayormente islámicos. El antiamericanismo se ha difundido por todo el medio oriente, su principal causa es la guerra ilegal en Irak. Después de los ataques del 9/11 en las Torres Gemelas en Nueva York, provocaron una manifestación unánime de condolencia y respaldo a la Administración de Bush, al tiempo se condenaba los actos terroristas. La comunidad internacional fue testigo de Abu Grahib, Guantánamo, las cárceles secretas, los abusos de algunos soldados americanos contra la población civil iraquí. Esto fue un reflejo de la impotencia de Estados Unidos para resolver de forma definitiva la Guerra en Irak y Afganistán. Las estrategias que proponen los EEUU para la reactivación de la diplomacia pública son seguidas con atención por el resto de los actores internacionales y determinan sus relaciones y la forma de presentarse ante una audiencia global.

Con la administración de Barack Obama la imagen de Estados Unidos mejoró, pero no por mucho. Estados Unidos todavía ejerce una política migratoria rígida, contradictoria a su estrategia de diplomacia pública de intercambio cultural. Reforzar lazos diplomáticos con Cuba y retirar tropas en Siria, Afganistán y finalizar la Guerra de Irak en el 2011 fueron algunos logros de la administración de Obama. En el 2016, Donald Trump fue electo a la presidencia. La presidencia de Trump se ha caracterizado por el aislacionismo de la comunidad internacional para encaminar el objetivo de Make America Great Again o America First. Descartando la personalidad de Trump y sus comentarios racistas, machistas y xenofóbicos, Trump quebró relaciones diplomáticas con aliados, y se ha retirado de acuerdos internacionales: Tratado de París, Plan de Acción Integral Conjunto, Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, Consejo de DDHH de las Naciones Unidas, entre otros. Por otra parte, Trump ha establecido relaciones con Corea del Norte, una movida que también afectó la imagen del estado. Otro factor importante en la presidencia de Trump es su relación con Rusia. Con Joe Biden electo en 2020, la diplomacia pública estadounidense regresa a ser similar a la que ejerció Barack Obama. Se ha marcado como el regreso a los acuerdos que Trump voluntariamente se marchó y volver a establecer relaciones con sus aliados estratégicos.

Estados Unidos es la potencia mundial, pero puede ser que dentro de algunos años sea China. La diplomacia pública que ejerce China es diferente a la que ejerce Estados Unidos. China se abrió a la comunidad internacional hasta la década de los 70s, con lo que se conoce como la diplomacia ping-pong. El presidente de China durante esa época era Mao Zedong y el de Estados Unidos era Richard Nixon que se conocieron después de una competencia global de ping-pong, donde ambos finalistas eran de China y Estados Unidos. Las estrategias que utiliza China son principalmente de broadcasting, advocacy e intercambio cultural. El país busca atacar uno de los problemas que aquejan su inserción a la comunidad internacional: el poco conocimiento que se tiene de su cultura y su gente (en especial de aquellos que viven en el continente americano y europeo).  China invirtió en el Instituto Confucio, siguiendo un modelo similar a la Alianza Francesa y los Instituto Goethe; se ha consolidado como un centro de enseñanza para el idioma mandarín y la cultura tradicional de China. Fue fundada en el 2004 y tiene más de 500 centros alrededor del mundo. En la estrategia de broadcasting, China cuenta con tres medios de comunicación importantes: CCTV, China Daily y China Watch. En la estrategia de intercambio cultural encontramos las becas que otorga el gobierno/embajadas de China. China no solo otorga becas a los nacionales sino también a estudiantes extranjeros para que conozcan y estudien dentro del país. 

Como otra estrategia de advocacy que ejerce China y su más importante es la inversión en África y América Latina. El nuevo compromiso de China en las denominadas “responsabilidades globales” le ha llevado a participar en discusiones sobre nuevos temas de la agenda internacional, tales como la lucha contra las epidemias, la lucha contra el tráfico de personas y de drogas ilícitas y en años recientes la ayuda al desarrollo. China ha invertido billones de dólares en África y América Latina. En Ecuador, China ayudó a la construcción de una represa hidroeléctrica. En Costa Rica, China ayudó a construir el Estadio Nacional. En África, construyó la sede de la Unión Africana en Addis Abeda. La inversión de China en África en 2012, según el Ministro de Comercio chino, excede los $14.7 billones. El objetivo de las inversiones es que China tenga a largo plazo influencia económica en África y América Latina. Por ejemplo, la represa hidroeléctrica que construyeron en Ecuador, lo hicieron con la idea que Ecuador nunca pudiera pagarles esa inversión. Como consecuencia, China controla y mantiene esa represa, dándoles cierto dominio dentro del territorio de Ecuador. Esta estrategia de cooperación y ayuda al desarrollo se diferencia a la estrategia que ejecuta Estados Unidos. Estados Unidos brinda cooperación internacional al continente americano y al continente africano, pero a cambio quieren cierto poder político dentro de los estados. En otras palabras, quieren una influencia política y económica dentro de los estados. China no, China solo quiere influenciar a los estados de manera económica. Estados Unidos, además, brinda ayuda económica a cualquier país, no les interesa qué régimen o forma de gobierno existe dentro del estado. Algo que no hace Estados Unidos, usualmente solo le brinda ayuda económica a los países que se consideran democráticos. “China, no sólo respeta y respetará el orden internacional vigente, sino que además contribuye y contribuirá sustancialmente a su desarrollo, con la apertura de un mercado enorme, la ayuda a países más pobres, el fortalecimiento de la seguridad internacional mediante acuerdos regionales y bilaterales basados en el respeto y la cooperación mutua, y una participación activa en el tratamiento colectivo de los desafíos transnacionales” (Bustelo, 2005).

En la década de los 2000s, China se convirtió en el monstruo económico que hoy conocemos. Esto causó temor y desconfianza de los Estados Unidos. Por ende, Donald Trump empezó la guerra comercial entre ambos países, algo que benefició más a Estados Unidos que a China. Y China sabe que su mayor mercado es Estados Unidos. Un beneficio que le ha otorgado Trump a China es el protagonismo de China en organismos internacionales ya que Trump se retiró de múltiples acuerdos y organismos internacionales. Por ejemplo, cuando Estados Unidos se retira del Tratado de París, China quedó como la cara del organismo. Cabe destacar que China tiene una mejor imagen global que Estados Unidos, al igual que tiene el segundo presupuesto militar más alto de 151.000 miles de millones de dólares. Según PEW Research, en los 25 países encuestados, una mediana del 45% tiene una opinión favorable de China, mientras que el 43% tiene una opinión desfavorable. Las mayorías o pluralidades en 12 países dan a China una calificación positiva. La causa de las calificaciones negativas es que algunos países señalan que China no respeta los derechos humanos.

Se pueden distinguir las diferencias de estrategias de diplomacia pública que ejercen Estados Unidos y China. Estados Unidos utiliza sus estrategias de diplomacia para ejercer más control e influencia en la comunidad internacional. La diplomacia pública de China se caracteriza más en educar y enseñar a la comunidad internacional más acerca de su cultura debido a su entrada tardía a la comunidad internacional. Pero su estrategia más importante es la ayuda al desarrollo de los países de África y América Latina, ya que consolidan una influencia económica dentro de esos estados. Beneficiando económicamente al país en desarrollo y China. Pero al mismo tiempo, China crea una buena imagen, apoya al país generando empleos e intercambio de conocimiento y tecnología. Se diferencia a la de Estados Unidos ya que este otorga cooperación internacional solo a estados democráticos, pero también ejercen poder político y económico dentro de esos estados.