La hora de Claudia Sheinbaum Pardo

Claudia Sheinbaum recibe la banda presidencial arropada por líderes de todo el mundo y tras completar una transición política cómoda

Es el tiempo de las mujeres en México. Con la llegada de su primera presidenta, como ella misma enfatiza, se abre el poder a todas. La representación de diputadas y diputados es equitativa, y numerosas instituciones están lideradas por mujeres. Sin embargo, las cifras no siempre reflejan políticas sustantivas. Cada discurso de Sheinbaum en tiempos recientes ha incluido un fuerte componente feminista, logrando, por ahora, una tregua del colectivo que había acumulado decepciones durante el sexenio que concluye. Para las feministas, contar con una mujer en la máxima posición del país representa una dosis de esperanza. Aunque México es un país profundamente machista, pocos en el mundo han logrado tener una presidenta.

Los cambios de gobierno, aunque a menudo prometen continuidad, generalmente generan inquietud económica. Este caso no ha sido la excepción. La amplia victoria en las urnas provocó desasosiego inmediato, manifestándose en una caída de la moneda, previamente fortalecida, y en inquietud en los mercados financieros. La presidenta electa se vio pronto en la necesidad de reunirse con altos funcionarios para enviar señales de estabilidad política.

Sin embargo, las promesas de fortaleza económica que López Obrador presentó al concluir su mandato y que su sucesora destacó en campaña se ven ahora opacadas por nubarrones. Expertos advierten sobre una posible desaceleración económica, y algunos sugieren que podría ser el preludio de una recesión. El gasto público en infraestructura limita el margen de maniobra de Sheinbaum, y aunque las inversiones extranjeras alcanzaron cifras récord de 36,000 millones de dólares en 2023, muchas de ellas corresponden a reinversiones y no a nuevos proyectos.

La reciente reforma judicial, impulsada por López Obrador y respaldada por Sheinbaum durante su campaña, no ha contribuido a este contexto. La elección popular de jueces, tratándolos como si fueran políticos, ha generado preocupaciones entre los inversores, que exigen garantías de independencia judicial. Con el tiempo de López Obrador finalizado, ahora le corresponde a Sheinbaum restaurar la confianza y garantizar que el cambio y la continuidad funcionen en equilibrio.

No obstante, la solidez económica que ni siquiera la oposición negó durante la campaña persiste, según expertos. Además, la geografía de México juega a su favor: es el principal socio comercial de Estados Unidos, superando a China, y se anticipa que la frontera compartida será crucial para la relocalización de empresas, lo que el gobierno de Sheinbaum espera que incremente el empleo y mejore la productividad.

La primera presidenta de México, ocho años más joven que su antecesor, asume el liderazgo de un país agobiado por la violencia y atento a una posible desaceleración económica. Debe abordar una de las reformas judiciales más complejas y polémicas de las últimas décadas, mientras enfrenta un sistema de salud deteriorado, obras inconclusas y la influencia persistente del fundador de Morena. Sin más aplazamientos, ha llegado la hora de Claudia Sheinbaum.

Ella asume el cargo respaldada por un resultado contundente: elegida por aproximadamente 35.5 millones de mexicanos, casi el 60% de los votantes, se convierte en la mandataria más votada en la historia de México. El desafío que enfrenta es monumental. López Obrador deja el cargo con un 80% de aprobación, grandes conquistas sociales y numerosos retos urgentes. Los pendientes en seguridad, economía y justicia marcarán los primeros meses de su gobierno.

Durante el último sexenio, México no ha logrado deshacerse de las alarmantes cifras de violencia, que superan los 30,000 asesinatos anuales. Estados que antes eran considerados seguros se han convertido en polvorines, y la lucha entre cárteles y facciones aterroriza a ciudades enteras. Sheinbaum ha designado a Omar García Harfuch, su antiguo jefe de policía en la Ciudad de México, como titular de la Secretaría de Seguridad Pública. Con una estrategia centrada en fortalecer la capacidad de investigación e inteligencia del Estado, García Harfuch deberá enfrentar dos focos críticos: Chiapas y Sinaloa.

La pugna entre grupos criminales por el control del tráfico en la frontera sur ha dejado en Chiapas un rastro de cientos de asesinatos y más de 10,000 desplazados. A pesar del despliegue militar, el Estado continúa siendo territorio tomado. En el norte, la reciente detención de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo”, ha desatado una batalla por el control del Cártel de Sinaloa. La guerra entre los Chapitos y la Mayiza ha llevado a la suspensión de clases y festividades patrias en parte de la región, donde ya se cuentan más de 100 muertos y otro centenar de desaparecidos.

Un monstruo llamado Pemex

México, la segunda economía de Latinoamérica, lleva meses mostrando signos de desaceleración económica. El FMI ha reducido su perspectiva de crecimiento a 2,2% y ha caído la producción y el consumo. Además, en el último año se ha duplicado el déficit fiscal, que se sitúa ahora en el 6% del PIB. El desbalance público es de un billón de pesos (unos 45,5 millones de euros), la cifra más alta de la que se tiene registro en la Hacienda mexicana. Ese agujero récord estrecha el margen de maniobra de Claudia Sheinbaum, que tendrá que hacer malabares desde el primer día de su gestión, para apretar la cartera que soltó López Obrador durante la última parte de su Gobierno. A la presidenta, que ha confiado la secretaría de Economía al excanciller Marcelo Ebrard y ha mantenido en Hacienda a Rogelio Ramírez de la O, no le quedarán tantas opciones: emitir más deuda o aumentar los impuestos, lo que parece poco probable a ojos de los expertos, o recortar el presupuesto.

La nueva Administración, además, tendrá que lidiar con el elefante en la sala: Pemex. La paraestatal Petróleos Mexicanos debe 99.391 millones de dólares, es la petrolera más endeudada del mundo, y su producción sigue en declive, apenas por encima de 1,7 millones de barriles diarios. El próximo director, el académico Víctor Rodríguez Padilla, asumirá las riendas de una empresa asfixiada pese a las inyecciones millonarias y la condonación en impuestos que el Gobierno de López Obrador ordenó a su favor. Además, en un contexto global de transición a otras energías más limpias, Pemex es, según el Instituto para la Responsabilidad Climática de Estados Unidos, la novena empresa petrolera que más contamina en el mundo.

No va a ayudar a las finanzas mexicanas la nueva reforma judicial, muy criticada por economistas e inversionistas. Aprobada in extremis antes de que López Obrador dejara el cargo, la polémica iniciativa obliga a elegir por voto popular a más de 1.600 cargos, entre jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). La organización de estos comicios masivos —solo en Ciudad de México, los ciudadanos tendrán que decidir unos 350 cargos, lo que supone analizar más de 2.000 candidaturas— va a marcar el inicio de la Administración de Sheinbaum. Está marcado que en junio de 2025 se elija en las urnas a la mitad de estos juzgadores, que se completará con una segunda fase en 2027. Además, López Obrador ha dejado pendientes de aprobación para el siguiente sexenio un paquete de grandes reformas, como la desaparición de los órganos autónomos o el aumento de delitos de prisión preventiva oficiosa.

La sombra del líder

Un país en el que cada día matan a 10 mujeres, más de 3.600 al año, ha elegido a su primera presidenta en la historia. Sheinbaum llega al poder con Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido fundado por López Obrador. La científica, que fue jefa de Gobierno de Ciudad de México entre 2018 y 2023, tendrá ahora que ajustar las piezas para suceder la figura de su predecesor, quien goza de una inmensa popularidad y también de poder dentro de su movimiento. Aunque López Obrador ha anunciado que se retira de los focos públicos después de protagonizarlos durante 30 años y se va a vivir a su rancho en Tabasco, al sur de México, se queda, por ejemplo, su hijo Andrés López Beltrán como secretario de Organización del partido.

Alabado y criticado a partes iguales, el presidente cambió las reglas de comunicación política cuando anunció en 2018 que comparecería cada día ante la prensa. Estas conferencias, llamadas Mañaneras, duran entre dos y tres horas, que López Obrador utiliza para fijar los temas de agenda, ensalzar a sus funcionarios o criticar a sus adversarios. Sheinbaum, con un perfil comunicativo muy distinto al del mandatario, ha anunciado que va a mantenerlas, aunque todavía no se ha desvelado el formato. El misterio no pasará del 2 de octubre, cuando se dé el pistoletazo de salida. Es hora de que la presidenta le dé su forma al espacio.