La agricultura es responsable del 35% de las emisiones globales de CO2 producidas por el ser humano, según el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). De este porcentaje, el 57% corresponde a la producción de alimentos de origen animal, el 29% a alimentos de origen vegetal, y el 14% restante proviene de otros aprovechamientos, como el caucho y el algodón, de acuerdo con un estudio publicado en Nature Food.
El panorama es francamente triste: analizar todo el daño que esta industria genera es complicado, y además hay un fuerte cuestionamiento moral. Después de todo, tenemos que alimentarnos de alguna manera. Sin embargo, existen muchas áreas de oportunidad donde podemos trabajar juntos como sociedad para darle una nueva vida a nuestro entorno.
Más allá de las emisiones de carbono en la atmósfera, la industria alimentaria presenta muchas más situaciones que van en contra de nosotros como sociedad y de nuestro entorno. Por una parte, la erosión endémica de las prácticas agrícolas nos lleva al cambio de ecosistemas y al aumento del uso de fertilizantes dañinos al ser humano. Agregando también el desolador panorama laboral de la industria agrícola, donde un estudio de la Organización Internacional del Trabajo revela que el 60% de los trabajadores agrícolas no tienen contratos formales y datos aún más crudos como que, por ejemplo, el 71% del trabajo infantil a nivel global ocurre en la industria agrícola.
En un mundo donde necesitamos una industria alimentaria justa, están surgiendo propuestas interesantes que no solo contribuyen a la solución, sino que también crean tendencias que poco a poco transforman la industria y a la Tierra en general.
En México, por ejemplo, encontramos a Vero Amore, una empresa que entendió perfectamente que los cambios comienzan por uno mismo y que se necesita un sistema alimentario sostenible enfocado en el bienestar del ser humano desde el inicio del proceso hasta el consumidor final, justicia con el jornalero, los consumidores y, por supuesto: el planeta.
Vero Amore se ha convertido en la punta de lanza de las empresas de alimentos naturales que contribuyen a la conservación del medio ambiente, apoyándose en sus cultivos agroforestales y las mejores condiciones laborales para toda la cadena. Una empresa enfocada en superfoods, alimentos ancestrales que durante miles de años han brindado cientos de beneficios a las tribus nativas que viven de ellos, hongos adaptógenos, cacao orgánico, açai, entre muchos otros ingredientes que han sido probados con increíbles beneficios para la salud y la mente.
El camino hacia un futuro más sostenible y justo es esencial, no solo para el ecosistema, sino también para el bienestar humano. Vero Amore ha demostrado que es posible romper los círculos viciosos de explotación laboral y degradación ambiental, creando cadenas productivas sostenibles que respetan tanto a la tierra como a las personas.
Al continuar desarrollando modelos más éticos, estamos no solo preservando los recursos naturales, sino también protegiendo a las generaciones futuras. El cambio está en nuestras manos, y juntos podemos transformar la industria para un planeta más saludable y equilibrado.