No hay freno para el aumento de precios en México. En julio, la tasa anual de inflación se ubicó en 5,61% desde el 4,98% reportado en junio por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Se trata del nivel más alto para el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) desde junio de 2023. En la primera quincena de julio, el INPC registró una variación de 0,71% respecto a la quincena anterior. Se trata del nivel más alto para una quincena desde enero de 2017.
El dato ha quedado muy por arriba de lo esperado por los analistas financieros. Según la encuesta de expectativas de Citibanamex, las instituciones financieras consultadas esperaban una tasa anual de 5,4% para julio y un aumento de 0,47% a nivel quincenal. “Un dato por arriba de lo estimado por el consenso de analistas cerraría aún más la puerta para cualquier cambio que quisiera hacer Banxico en el futuro previsible; sumado al contexto externo que también luce complicado”, detalla Invex en un reporte.
El precio de los alimentos, pero en particular el de las frutas y verduras, es el que más presiona al bolsillo de los mexicanos. Durante julio, la inflación de estos alimentos fue de 25,69% a tasa anual. Los productos que mostraron las alzas más significativas en la última quincena fueron el jitomate, con un aumento de 27,97%, la cebolla con 16,72%, el chayote, con un incremento de 13,41% y el aguacate, con un alza de 10%, todos ellos, ingredientes básicos en la canasta alimentaria del país.
La inflación subyacente, que determina la trayectoria de la inflación general en el mediano y largo plazo, mostró un incremento de 0,18% a tasa quincenal y de 4,02% a tasa anual. Al interior de este índice, los precios de las mercancías aumentaron 3,08% y los servicios 5,11% a tasa anual. El precio de los servicios mostró una inflación quincenal de 0,37%, siendo la mayor tasa para una quincena igual desde 1999.
El índice de precios no subyacente, que incluye las tarifas del Gobierno y reguladas, registró un alza de 2,32% quincenal y de 10,64% a tasa anual. Dentro de este índice, los precios de los productos agropecuarios crecieron 14,33% a tasa anual, mientras que los de energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno se ubicaron en 7,3% a tasa anual. “A pesar de que el componente no subyacente incluye los componentes con los precios más volátiles y las tarifas autorizadas por el Gobierno, se ha observado que cuando se acelera, frecuentemente le siguen aumentos en la inflación subyacente y general”, indica Gabriela Siller, directora de análisis económico de Grupo Base. “Esto es relevante, pues la inflación anual del componente no subyacente acumula 23 quincenas consecutivas al alza”, detalla.