David Reyes no recuerda la vez en que tuvo que contenerse las ganas de poner cilantro a sus tacos. “Un buen taco, además de la buena tortilla y la salsa, tiene que llevar su pizca de cilantro”, dice el proveedor de tacos al pastor y de carnitas al sur de la Ciudad de México. En meses pasados, el manojo de cuatro kilogramos de la hierba aromática indispensable en su cocina pasó de 300 a casi 600 pesos, por lo que tuvo que racionar la cantidad utilizada para las salsas y dejó de colocarla en el mostrador de su puesto. “Aunque ya bajó [el precio] y no vamos a quitarlo [el cilantro], no podemos andar regalándolo”, comenta en consulta.
Por su parte, Magaly López dejó de ofrecer chayotes en su recaudería hace casi un mes. “Sí se vende bien, pero cuando sube de precio no la compran y nosotros ya no la vendemos”, dice. El último precio a la venta que recuerda fueron 120 pesos por un kilogramo de la verdura. “Y el cilantro, ya nada más vendo las ramas, aunque ya bajó de precio, sigue caro”, detalla mientras ofrece un ramillete de la especia en 10 pesos.
Lejos de ser un dato abstracto, la inflación modifica los hábitos de alimentación de los mexicanos, toda vez que el precio de las frutas y las verduras han sido los más castigados en los últimos doce meses y en particular en lo que va de 2024. Mientras algunas taquerías y restaurantes han dejado de surtir sus pedidos de cilantro por el alto costo, algunos hogares han dejado de consumir legumbres tan tradicionales como el aguacate, el chayote o la naranja por el alto aumento que han tenido en los últimos meses.
En junio, la inflación al consumidor en México se ubicó en 4,98% a tasa anual, acelerándose desde lo registrado en mayo de este año y posicionándose como siendo la mayor inflación desde junio 2023. Dentro de este gran índice, que engloba todos los aumentos de precios en el país, el foco se ha puesto en el índice de precios no subyacente, que comprende a los productos con más volatilidad en el mercado.
“La inflación no subyacente puede ser influenciada significativamente y rápido, por factores externos”, explica Gabriela Siller, directora de análisis económico de Grupo Base. “Recientemente, factores externos, como la inestabilidad en los precios del petróleo y de algunos granos en el mercado internacional, han influenciado la inflación no subyacente en México”, detalla.
Durante 2024, las prolongadas sequías y más recientemente las inundaciones asociadas al cambio climático ha afectado de modo negativo el comercio, trasladando la afectación al usuario final. De acuerdo con un análisis de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes en México (Anpec), y los productos que más aumentaron en el último mes fueron el aguacate, que se vende en más de 83 pesos el kilogramo, y la naranja, a casi 33 pesos el kilo de este cítrico.
Los datos que arroja el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) no distan mucho de lo que perciben los comerciantes. En los últimos doce meses, el índice de frutas y verduras registrado en el componente no subyacente de la inflación mostró un aumento sostenido de 19,73%, con una tasa promedio mensual de 1.51%. “En años anteriores, era época de cosechas y eso provocaba que los precios fueran a la baja, pero ahora, por el cambio climático, lo que ha estado sucediendo es que las cosechas no han sido las deseadas y los precios van al alza”, menciona Oliver Arroyo, docente de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC).
Un caldo de pollo sin pollo ni verduras
Mientras que en otros tiempos un caldo de pollo reconfortaba a los comensales, hoy puede ser motivo de zozobra por los precios de los insumos para prepararlo. Por un lado, el kilo de pierna y muslo de pollo se vende en la Central de Abasto de Ciudad de México en 62 pesos, pero por el otro un kilogramo de chayote se oferta entre 90 y 110 pesos en los mercados de la capital, además que otras legumbres como la calabacita o la zanahoria están entre 25 y 21 pesos, respectivamente.
“Le pones pollo o verduras, pero no chayote”, dice Margarita Morales, vendedora en un mercado de la colonia Roma. “Cambia en cómo compran las personas, compras no lo que quieres sino como puedes”, reflexiona y detalla que también ha dejado de ofrecer el chayote porque no se vendía.
Jesús Garza, profesor de la Escuela de Negocios y EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, indica que el encarecimiento de los alimentos perjudicando a muchas familias en el país. “Está generando presiones inflacionarias importantes, la inflación de frutas y verduras alcanzó 20% anual. Esto se debe a una escasez de agua que está perjudicando la oferta de producción en el país y esto, en consecuencia, incrementa los costos de muchas familias de alimentos”, detalla.
En lo que va de la administración de Andrés Manuel López Orador, la inflación acumulada en el índice de frutas y verduras es de 43,90%, y los tres productos que muestran más incrementos en el último sexenio son el chayote con 388,5%, la naranja con 260,7% y la guayaba con 137,6%.
En contraste, los alimentos procesados pueden representar una opción más asequible para el bolsillo de los consumidores, aunque a todas luces menos saludable. Una caja de cubos de saborizante de caldo de pollo tiene un costo de 31 pesos, y rinde hasta 10 litros de este alimento, al que solo basta añadirle algunas legumbres o consumirse con tortillas. “Ahora sí que es para lo que alcance”, finaliza Morales.