México atrajo 31.621 millones de dólares en inversión extranjera directa (IED) en 2021, según datos preliminares revelados este lunes por la Secretaría de Economía. Este flujo es un 8,7% mayor a la cifra preliminar de 2020, en plena crisis económica por la pandemia, aunque menos de la mitad es nueva inversión. A la espera de los datos definitivos, la IED del año pasado se mantiene en los menores niveles en un lustro.
La inversión extranjera sale poco a poco del bache de la pandemia. Después de caer un 19% en 2020 respecto al año previo, México ha registrado un aumento de IED en 2021, como era de prever. Aunque todavía hay que esperar a la publicación del cálculo definitivo, la cifra preliminar sitúa a la IED en niveles parecidos a los de 2016.
La composición de los flujos da pistas sobre las fortalezas y debilidades de la economía mexicana. De los 31.621 millones de dólares, el 44% ha sido nueva inversión, el 38%, reinversión; y el 18%, transferencias entre compañías. En 2020, durante lo más duro de la crisis, la nueva inversión solo representó el 24%, ya de acuerdo con cifras definitivas. La mayor parte del flujo se destinó entonces a la reinversión.
Entre los factores que pueden explicar la mejora respecto al año pasado, la analista Gabriela Siller, de Banco Base, apunta a la influencia del principal socio comercial de México. “Si los datos son correctos, la entrada de IED en 2021 fue buenísima y podría tener explicación en las empresas que aprovechan la cercanía física entre México y EE UU, activo valioso ante la guerra comercial con China y ante los altos costos de fletes marítimos”, dice.
Estados Unidos se mantuvo en 2021 como principal fuente de inversión, con un 47% del total. Le sigue España, con un 14%, que relegó a Canadá a un tercer puesto. Las empresas del país europeo, que invirtieron 4.334 millones de dólares en México según los datos preliminares, han sido frecuentemente el blanco de las críticas del presidente Andrés Manuel López Obrador. Hace dos semanas, el mandatario habló de “pausar” las relaciones bilaterales al acusar a multinacionales como Repsol o Iberdrola de “saqueo”.
Por sectores, el manufacturero fue el más beneficiado, al recibir el 40% del pastel. Le siguen la minería y el sector financiero, con un 15% cada uno. Por otro lado, la inversión en el sector eléctrico ha caído en picado. En 2021, según cifras preliminares, esta industria logró apenas el 1,4% de la IED, 452 millones de dólares. A la espera del dato definitivo, se trata del menor volumen en una década y representa una abrupta caída respecto al récord de 5.020 millones de dólares en 2018, el último año del sexenio de Enrique Peña Nieto.
El frenazo en el sector eléctrico se explica por la agenda energética del Gobierno de López Obrador. A inicios del sexenio, se cancelaron las subastas a largo plazo, un mecanismo que permitía a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) comprar a precios baratos y que disparó la inversión extranjera. Desde entonces, el Ejecutivo ha sembrado incertidumbre en el sector con cambios en las normas y, más recientemente, con una propuesta de reforma constitucional, pendiente de discusión en el Congreso.
Con todo, el aumento de la IED en 2021 introduce una nota positiva a un entorno económico complicado. La perspectiva de una recuperación rápida se ve cada vez más lejana. Después de caer un 8,2% en 2020, el PIB de México registró un crecimiento del 5% en 2021, según cifras preliminares. Sin embargo, el país entró en recesión técnica al cierre del año, al sumar dos trimestres consecutivos con retrocesos. La OCDE ha rebajado este lunes su pronóstico de crecimiento para 2022, de un 3,3% a un 2,3%.