Que México vive un momento de sorprendente fortaleza económica es innegable, pero según especialistas y académicos existen matices y riesgos que pintan un panorama complicado para el crecimiento a futuro. La escasez de infraestructura para la generación y transmisión de energía eléctrica, la creciente inseguridad y la pobre formación de talento son obstáculos a la inversión extranjera.
Reunidos el jueves en un evento organizado por la universidad privada más grande de México, el Tecnológico de Monterrey (TEC), varios académicos, un consultor de empresas y una analista de mercados coincidieron en que el país tuvo un año positivo en 2023, con un consumo fuerte, un incremento en el ingreso promedio, la apreciación de su moneda y el regreso de la inversión privada como impulso a la economía. El 2024 pinta similar, aunque la expectativa es que el Producto Interno Bruto (PIB) crezca cerca de 2%, lo que implicaría una desaceleración.
A pesar de las buenas noticias, hay cifras que muestran que la fortaleza macroeconómica no ha sido suficiente para generar bienestar. El PIB per cápita apenas recuperó los niveles vistos en 2019, señaló en su intervención Everardo Elizondo, economista y ex sub gobernador del banco central. Y, mientras que en 2023 la inversión privada retomó fuerza, “no hay una tasa de inversión suficientemente alta”, advirtió. Reconoció que el sector externo es promisorio para el país en un momento de choques comerciales entre Estados Unidos y China.
“Sobre la relocalización de empresas conocido como el nearshoring, yo tengo mis dudas fincadas en datos”, señaló Elizondo, “México no es el principal receptor de inversión extranjera directa en América Latina, es Brasil y Brasil no tiene nada que ver con nada que ver con nearshoring”. Otro dato que Elizondo señaló es que las nuevas inversiones, es decir, de empresas que ingresan al país por primera vez, fue mayor en 2022 que en 2023, lo que muestra que no es una tendencia al alza.
Jorge Castilla, director en la consultora Accenture en México, aseguró que hay mucho interés de empresas nuevas por venir al país. “Algunos de nuestros clientes han tomado la decisión de que van a mover el 100%, no el 90%, el 100% de todo el testing que se tenga que hacer de lo que hoy son dispositivos digitales”, dijo el ejecutivo, “y para ello ha hecho una inversión muy fuerte, que es lo que yo creo que vamos a ver mucho en los próximos meses. Estoy viendo muchas inversiones de expansión de capacidad”. El potencial de las nuevas inversiones al país pudiera aportar un crecimiento de entre 3% y 6% del PIB, estimó.
Castilla identificó tres riesgos en contra de la inversión al país: la falta de capacidad para generar y transmitir energía eléctrica, la inseguridad social y la falta de formación de talento, obstáculos que identificó como “temas más delicados”. Primero, es necesario invertir más en la infraestructura para abastecer de energía a las empresas, señaló Castilla. “El segundo tema es la inseguridad, que es importantísima, especialmente la seguridad en tránsito, porque eso es lo que más nos puede afectar. Un descontrol en eso pudiera ser uno de los muy pocos factores que determine” cuánto impulsará la inversión extranjera al crecimiento económico, dijo el ejecutivo. El robo de carga ha costado la vida de muchos transportistas, así como generado pérdidas de 300 millones de dólares en un año.
El tercer obstáculo es la pobre formación del talento en el país la cual tiene que ver no sólo con la calidad de la educación sino con las capacitaciones y educación continua de los trabajadores. “Sería terrible que la oportunidad la terminen tomando personas de otros países al migrar a México, más que los mexicanos”, concluyó Castilla.