La producción de oro negro en México arrancó este año con el pie izquierdo. El país produjo en enero un promedio de 1,88 millones de barriles diario de crudo, lo que supone una caída no vista desde diciembre de 2022, de acuerdo con las cifras difundidas esta semana por la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH). La extracción petrolera nacional tanto de la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) como de los privados cayó durante el primer mes del año, sumando una debacle de un 2,6% respecto al mismo periodo de 2023.
El informe del órgano autónomo da cuenta que Pemex encabeza la producción del llamado oro negro con una extracción promedio de 1,78 millones de barriles diarios de petróleo, una caída de 2,2% respecto al mismo periodo del año previo. Los campos petroleros con caídas en su extracción fueron Quesqui, Maloon y Pemex Maloob. La endeudada paraestatal extrae el 95% de la producción nacional, mientras que las petroleras privadas produjeron el resto.
Al inicio de su Administración, el Gobierno de López Obrador aseguró que con su estrategia de soberanía energética lograrían recuperar la producción nacional de hidrocarburos por encima de los 2,5 millones de barriles diarios. La meta parecía más cercana en 2023, cuando las producciones mensuales de crudo rebasaron los 1,9 millones barriles diarios, sin embargo, ahora el país ha vuelto a los niveles de hace dos años.
El retroceso de México en la extracción de crudo corre en paralelo a la debacle financiera de su principal pilar: Pemex. La petrolera paraestatal afronta un adeudo global de más de 105.000 millones de dólares, con un adeudo a proveedores superior a los 17.000 millones de dólares y cuentas por saldar este año por 11.000 millones de dólares. Frente al horizonte lleno de nubarrones, el Gobierno ya ha sacado pecho por la petrolera al exentarle del pago de impuestos por cuatro meses, un alivio fiscal cifrado en unos 5.800 millones de dólares.
De 2019 a 2023, el Gobierno ha inyectado a Pemex directamente más de 806.000 millones de pesos (47.000 millones de dólares). El millonario desembolso estatal se ha destinado para el repago de deuda, así como para apuntalar el plan de refinación de este sexenio, el cual pasa por el programa de rehabilitación de las seis refinerías, parte de la compra de la refinería Deer Park, en Texas y la construcción del complejo Dos Bocas, en Tabasco.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) advierte que pese a este balón de oxígeno otorgado por el presidente López Obrador, la petrolera aún debe resolver cuantiosos vencimientos de deuda por más de 35.000 millones de dólares entre 2025 y 2030. “A pesar de todo lo que se le dio, las presiones de deuda para el 2024 y 2025 son muy fuertes. Pemex ha sido el fracaso fiscal del sexenio, un rescate que nunca lo fue”, comentó Jesús Carlos Carrillo, del IMCO.