A inicios de esta semana, en la reunión del Consejo Europeo, se resolvió lo que podría ser un paso decisivo hacia el fin de la invasión rusa a Ucrania.
En el sexto paquete de sanciones a Rusia por la guerra, se incluyeron la expulsión de Sberbank del sistema de pagos internacionales Swift, restricciones a la movilidad de sus nacionales y el congelamiento de activos. Lo más significativo, sin embargo, fue alcanzar el acuerdo sobre el embargo al petróleo ruso.
El embargo será impuesto sobre la mayoría de las exportaciones petroleras rusas, el ingreso generado de las mismas había permitido al Kremlin continuar financiando la invasión y evitar el desplome total de su economía.
Las negociaciones entre los líderes europeos duraron semanas, el acuerdo no se daba previamente debido a exigencias de países que necesitaban que este embargo sea gradual para no alterar su cadena de producción en demasía y para evitar efectos macroeconómicos perjudiciales. Entre estos países destacaba Hungría, país que había puesto un pare a negociaciones pasadas mientras exigía que la UE analice el impacto del embargo sobre sus necesidades de protección energéticas y su dependencia actual del petróleo ruso.
Teniendo en cuenta esta problemática, y para conseguir un acuerdo que no ponga en demasiado riesgo a la economía húngara y la de países similares dependientes del producto ruso, el embargo incluirá una excepción temporal al petróleo suministrado vía oleoducto. Esto proporcionará más tiempo a países como Hungría, República Checa y Eslovaquia para hacer una transición gradual de su dependencia y encontrar proveedores sustitutos.
El boicot incluye compras de petróleo por vías marítimas, que representan más del 65% de las importaciones europeas, y la prohibición de la re-exportación del crudo suministrado por oleoducto y sus productos refinados para evitar distorsiones en el mercado. Las implementaciones de estas regulaciones conforme pasan los meses buscan que al final del año, el embargo cubra el 90% de toda la oferta petrolera del país invasor.
La sinergia de la Unión Europea estaba mostrando señales de negligencia en cuanto a la capacidad de castigar a Rusia en su fuente de ingresos más representativa, el acuerdo significa un avance importante y en la forma necesaria.
El efecto inmediato de la noticia del embargo fue la caída colosal del precio del petróleo ruso que ahora se ve incapacitado de comercializar por mar. Rusia recibe de esta manera un fuerte golpe al financiamiento de su estrategia bélica y por ende un aumento enfático en la presión para terminar la guerra.