Hace tres semanas la Unión Europea pudo celebrar que el 70% de su población adulta ha recibido la pauta completa de la vacuna contra Covid-19.
Esta campaña, realizada por países muy diferentes entre sí, con diversas administraciones y problemas que resolver, ha resultado todo un hito, ya que se ha cumplido exactamente el objetivo que la organización internacional se impuso: lograrlo antes del final del verano. Y eso es, como los 255 millones de europeos que ya están vacunados pueden atestiguar lo que ha ocurrido.
“El 70% de los adultos de la UE están completamente vacunados. Quiero agradecer a las muchas personas que han hecho posible este gran logro. Pero debemos ir más allá. Tenemos que vacunar a más europeos. Y tenemos que ayudar al resto del mundo a vacunarse. Seguiremos apoyando a nuestros socios”, ha escrito la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su perfil de Twitter.
Mediante este comentario, la presidenta, además de reconocer el logro, también habla de lo que viene después de conseguir un objetivo que a ratos se antojaba muy complicado. Y esto es: recalcar que la pandemia no ha acabado todavía, y que, por lo tanto, se debe seguir vacunando todo lo que se pueda al resto de la población, y ayudar al resto de países en su camino hacia este porcentaje simbólico que se ha convertido en toda una seña de la luz al final del túnel en el que llevamos metidos desde marzo de 2020.
Porque todavía, en la situación en la que ahora nos encontramos, solo podemos considerar que estamos al principio del final. En esta misma línea habló la comisaria de Salud, Stella Kyriakides: “no podemos pararnos aquí. Las nuevas variantes hacen necesario que vayamos más allá del 70% para estar seguros. Tenemos que ir un paso por delante.
Tenemos que abordar con urgencia la preocupante brecha de vacunación entre nuestros Estados miembros y estar listos para desplegar vacunas de refuerzo si la evidencia científica muestra que este es el camino a seguir”.
De aquí se desprenden dos asuntos de los que es importante hablar al tratar la campaña de vacunación europea. El primero es la necesidad de continuar vacunando con esfuerzo a pesar de haber alcanzado el ansiado 70%; principalmente, por la brecha que hay entre países en cuanto al porcentaje de población adulta vacunada, ya que la cifra anterior se refiere al conjunto de toda la Unión. Por separado, la realidad es un poco más diferente, ya que aunque hay muchos países muy adelantados, otros no lo están tanto.
Así, encontramos cifras que en Irlanda alcanzan el 90.3% de su población adulta, o que en Portugal llega al 88.2.1%, así como en Italia se ha alcanzado un 74.6% o en Alemania el 74.4%. Sin embargo, también se puede ver que en Polonia la cifra se reduce hasta el 59.5%, en Letonia el 48.1%, en Rumanía el 32.8% o en Bulgaria el 22.0%. En España la cifra de vacunados es del 73,56%, teniendo el 78,12% al menos una dosis, lo que, según datos oficiales, supone que un 82,87% de la población mayor de 12 años esté totalmente vacunada e inmunizada contra el virus, y que un 88% tenga ya la protección parcial que proporciona la primera dosis.
Esto lo único que hace es demostrar una enorme disparidad en cuanto a los datos, ya que en muchos países el porcentaje es bastante cercano al total mientras que en otros todavía están a años luz de alcanzarlo, algo que se refleja también en la geografía; cuanto más al este, se puede observar, menos porcentaje de vacunados.
El segundo es si es necesaria una dosis de refuerzo para aquellos que ya tienen las dos dosis. Este es un tema que, pese a la alegría compartida por el éxito de la campaña de vacunación, ha seguido provocando verdaderos dolores de cabeza, ya que está viéndose que en algunos tipos de vacuna la efectividad se reduce significativamente con el tiempo y, aunque continúan proporcionando una robusta defensa contra el virus, empiezan a fallar como escudo y deja a las personas expuestas a volver a contagiarse con más facilidad. Por ahora, las autoridades han decidido no implementarla a la población en general, y solamente se les administrará a los adultos que presenten inmunosupresión y a los ancianos que estén en residencias.
Por todo esto, se puede decir que la campaña de vacunación en la Unión Europea está siendo un éxito con sus luces y sus sombras; aunque avanza en la dirección adecuada, y se están logrando los objetivos a gran escala que se plantearon, todavía queda mucho trabajo por hacer, y muchos objetivos por conseguir, ya que hay que terminar de vacunar a la totalidad de población adulta de todos los países y, además, ayudar en todo lo que se pueda al resto de naciones que lo necesiten.