El equilibrio de las finanzas públicas se pondrá a prueba en la última milla del Gobierno de López Obrador. La Secretaría de Hacienda ha llevado al Congreso una propuesta económica que contempla un techo de endeudamiento interno —el monto máximo autorizado por el Poder Legislativo para que el Gobierno contraiga deuda—récord de 1,9 billones de pesos, cifra superior a los 1,1 billones de pesos de techo autorizado para 2023. Para el endeudamiento externo público se solicita un techo de endeudamiento neto de 18.000 millones de dólares, un alza respecto a los 5.500 millones de dólares aprobados para este año.
Estos incrementos en el monto máximo de deuda se solicitan teniendo como telón de fondo los pronósticos de menos ingresos y más gastos en el último tramo de esta Administración. De acuerdo con el Proyecto de Presupuesto Económico 2024, presentando a principios de mes, se prevé un déficit presupuestario de casi 1,7 billones de pesos, equivalente al 4,9% del Producto Interno Bruto (PIB), un desbalance entre ingresos y egresos no visto desde 1989.
Para el próximo año, el Gobierno pretende desembolsar más de 9 billones de pesos, lo que significa 4,3% de incremento real respecto al aprobado de 2023. Mientras que, en el lado de los ingresos, estos rondarán los 7,3 billones de pesos, una caída anual del 1,8% en términos reales. La caída en los ingresos petroleros y los limitados niveles de recaudación fiscal explican los nubarrones para 2024. “Ante una caída en el precio del petróleo mayor a 10% respecto al precio previsto en la Ley de Ingresos Federal del ejercicio fiscal inmediato anterior, es posible incurrir en un déficit presupuestario para compensar la disminución estimada en los ingresos petroleros”, refiere la Secretaría de Hacienda en el documento económico.
Analistas y expertos en finanzas públicas advierten de que al abrir la llave del gasto e ingresar menos recursos al erario, el Ejecutivo recurrirá a un mayor endeudamiento en 2024 para hacer frente a sus obligaciones y promesas. En esta línea, Hacienda ha solicitado a la Cámara de Diputados que se autorice al Gobierno federal un techo de endeudamiento interno inédito de 1,9 billones de pesos, cifra superior a los 1,1 billones de pesos de techo de deuda autorizada para este año. Esta solicitud ocurre en el último tramo de una Administración renuente a una reforma fiscal que incluya la creación de más impuestos y con el tiempo en contra para concluir obras emblema como el Tren Maya o la refinería Dos Bocas.
El secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, explicó este miércoles en su comparecencia en la Cámara de Diputados que el déficit de 4,9% estimado para 2024 se ha elevado respecto a otros años por los efectos de la inflación y el alza en las tasas de interés, factores que aportarán 1,5% del déficit total estimado para el próximo año.
Sobre el techo de endeudamiento a niveles récord, el funcionario aseguró que México tiene un nivel de deuda sostenible al ubicarse por debajo del 50% del PIB. El saldo de la deuda del país cerrará 2024 en 48,6% del PIB, según la dependencia. “Es un endeudamiento único el que se está planteando para 2024, la reflexión que subyace es que cualquier obra inconclusa, a la larga, se termina con costos más altos que los que hubiera tomado concluirla en ese momento con un esfuerzo extra”, justificó.
Sin precisar los nombres específicos, el funcionario mencionó en su comparecencia que las obras prioritarias de este Gobierno deben concluirse a más tardar el próximo año. “Es mejor hacer un esfuerzo de financiamiento por ese monto que dejarlas inconclusas para la próxima Administración”, declaró ante el pleno del Palacio de San Lázaro.
Rodolfo de la Torre, director de desarrollo social con equidad del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, explica que de aprobarse en estos términos el Paquete Económico supondrá un problema para la próxima Administración federal. “Me parece que es un endeudamiento excesivo. Lo que tenemos es una falta de recursos para solventar las obligaciones del Gobierno, tendrá que pedir prestado y tiene que pedir prestado para pagar deuda y se empieza a generar una espiral. Lo más preocupante es que se está realizando este endeudamiento no para proyectos productivos que van a generar ingresos para pagar lo que se pide prestado, sino para programas sociales como las pensiones a adultos mayores”, afirma.
El experto refiere que las arcas federales se verán golpeadas el siguiente año por una caída en los ingresos petroleros ante una baja en el precio del petróleo de 67 dólares por barril a 56,7 dólares. Además, también se prevé un descenso en la extracción de crudo en los pozos mexicanos. “Una política energética mal encaminada ha privado de ingresos al Gobierno, las inyecciones directas a Pemex sí influyen, pero lo más importante es que Pemex no ha podido elevar la producción petrolera a los objetivos que se habían planteado”, zanja. Solo para ayudar a pagar la deuda de la paraestatal, el Gobierno prevé una transferencia de 145.000 millones de pesos en 2024.
Adriana García, coordinadora de análisis económico de la organización México ¿Cómo Vamos?, hace hincapié en que ni en los peores momentos de la pandemia, en 2020, se solicitó un nivel de endeudamiento tan elevado como el que se ha solicitado para un año electoral. “Nos preocupa mucho que la deuda se esté utilizando para gasto corriente, no para inversión. El Gobierno está dando la tarjeta de crédito sin justificar cuál es la rentabilidad de esos gastos y que el día de mañana las próximas generaciones van a tener que pagar”, dice.
Los analistas coinciden en que cada vez se presionan más las finanzas públicas y esto supondrá un lastre para el próximo Gobierno. Bajo este escenario, advierten, será imperativa una reforma fiscal en el próximo sexenio para encarar desembolsos ineludibles como el pago de pensiones y el costo de la deuda. “La siguiente Administración ya no va a tener margen para implementar políticas públicas y sociales, necesitamos más ingresos públicos porque sabemos que los ingresos petroleros ya no nos van a rescatar”, concluye García.
La deuda pública bruta de los países latinoamericanos al cierre de 2022% fue del 51,5% respecto a su PIB, de acuerdo con un informe de la Comisión Económica para América Latina (Cepal). El organismo multilateral situó a México, en ese entonces, con un 40,7% del PIB de deuda, por debajo de Argentina (85%); Brasil (73%), Costa Rica (64%), entre otras naciones. Por el contrario, otros países como Chile y Perú tienen un nivel más bajo de deuda pública, equivalente al 38% y 31% de su PIB, respectivamente.