La familia de Debanhi Escobar enterró este sábado a su hija entre un clamor por las irregularidades del caso. El cadáver de la joven, de 18 años, apareció en la cisterna de un motel de la periferia de Monterrey tras 13 días desaparecida. El cuerpo fue encontrado a apenas unos metros de donde había sido vista con vida por última vez. El kilómetro 15,5 de la carretera a Nuevo Laredo, entre el motel y una empresa de transporte. En ese punto fue grabada por las cámaras de la empresa tratando de pedir ayuda a las 04.30. A partir de ahí se pierde el rastro de Escobar y entra en escena la fiscalía de Nuevo León.
La versión de la familia sobre las irregularidades durante la investigación ha sido corroborada en gran parte por la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas (CNB) en declaraciones a este diario. Opacidad sobre el cadáver, bloqueo de información y filtraciones. Un cúmulo de negligencias que han llevado al secretario estatal de seguridad, Aldo Fasci, a poner su cargo a disposición del gobernador. Samuel García, de momento, lo mantiene en su puesto y no descarta ninguna línea de investigación sobre la ola de desapariciones y asesinatos de mujeres en el estado norteño.
Bloqueo de información a la familia
Desde antes del hallazgo del cadáver, la familia Escobar denunció que no tuvo acceso al expediente de la investigación, como les corresponde por según la legislación penal. El padre, de hecho, fue montando él mismo su propio archivo de la investigación al margen de las autoridades. Mario Escobar consiguió los videos de la empresa de transportes y del taxista que dejó a su hija en aquel punto de la carretera, sin saber siquiera si ese material estaba también a disposición de las autoridades.
Karla Quintana, titular de la CNB, confirma no solo el bloqueo del expediente para la familia, sino incluso para la oficina estatal de su dependencia, que solo recibió una copia parcial durante todo el desarrollo de la investigación. “Es gravísimo porque el flujo de información es vital. Sobre todo en un caso como este en el que la investigación tiene un componente de búsqueda. Con el pretexto del sigilo bloquearon la información”, apunta la comisionada.
Filtraciones a la prensa
Desde el día de la desaparición, la familia montó un campamento improvisado en el lugar y comenzó las tareas de búsqueda en paralelo a las autoridades. El pasado jueves, el día que se produce el hallazgo del cadáver, la familia fue de los últimos en conocer que el cuerpo de su hija estaba en aquella cisterna. “Entró todo el mundo al motel: una ambulancia, la Semefo, protección civil. Todos menos la familia, que se fue enterando de los detalles por la rueda de prensa del secretario de Seguridad y por las filtraciones a las redes sociales”, sostiene Quintana.
La titular de la CNB destaca incluso las contradicciones de la información. “Mientras el fiscal decía en televisión que ya había informado a la familia, nosotros nos íbamos enterando en ese momento de que efectivamente se trataba del cadáver de una mujer, los detalles sobre la ropa o el golpe en la cabeza”. Cuando la fiscalía finalmente comunica a la familia que todo apunta a que se trata de su hija, el padre estalla: ”Cuántas veces estuvieron aquí?”, al no entender como tras cuatro revisiones del motel, según la versión oficial, las autoridades no pudieron dar antes con el cadáver.
Opacidad sobre el cadáver
“Estaba golpeada. La asfixiaron. Nosotros la vimos, no tuvimos miedo de verla. La Fiscalía dice que fue un hematoma en la cabeza”. El acceso de la familia al cadáver ha sido otra de las negligencias durante el procedimiento. “No les dejaron verlo en el momento del levantamiento, pese a que hicieron una solicitud expresa”, cuenta la comisionada nacional de búsqueda. “Primero les dijeron que por protocolo, cuando es un derecho de la familia, y luego que el cuerpo ya estaba embalado”, añade.
La familia tampoco pudo ver el cuerpo en las instalaciones del servicio médico forense (Semefo) y tuvo que esperar al día siguiente de producirse la autopsia y la entrega de las pruebas genéticas que confirmaron que efectivamente se trataba de su hija. La información oficial apunta a una contusión en la cabeza. Poco más se sabe debido al avanzado estado de descomposición del cuerpo que, según las autoridades, ha estado sumergido en el agua de la cisterna durante más de 10 días. La familia sospecha que hubo violencia sexual y ha pedido una segunda autopsia.