En un 2024 repleto de opciones de comercio electrónico, la lógica sugiere que los centros comerciales deberían estar perdiendo relevancia. Sin embargo, el panorama en México muestra lo contrario. Estos espacios han encontrado nuevas maneras de atraer a los consumidores, sobre todo tras las dificultades financieras que enfrentaron durante la pandemia. Según CBRE México, la ocupación de centros comerciales ha mejorado, y para finales del año se espera la apertura de 150,000 metros cuadrados adicionales en nuevos proyectos.
Entre 2012 y 2022, el tamaño promedio de los centros comerciales en México creció un 50%, según el informe “Live, Work, Shop”. Esto no es coincidencia: los centros comerciales han dejado de ser solo sitios para comprar, transformándose en espacios multifacéticos que ofrecen experiencias más allá del consumo básico. Hoy, la oferta incluye entretenimiento, gastronomía, actividades culturales, eventos sociales y hasta servicios médicos, transformando la visita al mall en una experiencia más amplia y atractiva.
La tasa de vacancia también ha mostrado una mejora constante, situándose en 6.9% al cierre del segundo trimestre de 2024, reflejando una mayor ocupación en comparación con los años anteriores. Estas cifras son un indicador del éxito de la estrategia de diversificación de servicios que los desarrolladores han implementado para revivir estos espacios.
A nivel global, esta tendencia también se refleja en otros mercados. Un informe de Ebeltoft Group, titulado “Global Retail Trends & Innovations 2024”, predice que, aunque el comercio electrónico continuará creciendo, el formato físico no desaparecerá. De hecho, los consumidores buscan cada vez más experiencias que combinen lo mejor de ambos mundos: la conveniencia de lo digital y el valor social de la interacción física.
El futuro de los centros comerciales dependerá de su capacidad para seguir evolucionando. Los que logren adaptarse a las nuevas demandas del consumidor, integrando tecnología, diseño innovador y un enfoque en la experiencia, no solo sobrevivirán, sino que prosperarán.
En un principio, con el auge del comercio electrónico, parecía inevitable que los centros comerciales se dirigieran hacia su extinción. Las predicciones indicaban que la comodidad de comprar desde casa, sumado a la digitalización de servicios y productos, marcaría el fin de estos espacios. Sin embargo, la realidad ha desafiado estas expectativas. En lugar de decaer, los centros comerciales han experimentado un sorprendente resurgimiento, adaptándose a las necesidades de los consumidores y redefiniendo su rol en la vida cotidiana.
Contrario a lo que se pensaba, los centros comerciales han aprovechado la tecnología para mejorar la experiencia del cliente. En lugar de ver al comercio electrónico como una amenaza, han integrado estrategias omnicanal, ofreciendo experiencias híbridas donde los clientes pueden ver, tocar y experimentar los productos, al tiempo que facilitan la compra digital. Hoy en día, muchos malls han adoptado tecnologías como el “click-and-collect”, donde los consumidores compran en línea y recogen en tienda, lo que aumenta la afluencia de visitantes.
Además, los desarrolladores han convertido a los centros comerciales en “hubs” sociales. Ya no se limitan a ser sitios de compra, sino centros de convivencia que ofrecen entretenimiento, restaurantes, cine, experiencias culturales y hasta áreas de coworking. Los malls se han convertido en destinos completos para el ocio, combinando el comercio con entretenimiento y experiencias únicas. Esto se refleja en los últimos datos de CBRE, que muestran un aumento de visitantes y un crecimiento en el área rentable de estos espacios.
El informe “Global Retail Trends & Innovations 2024”, además, refuerza esta tendencia global. Mientras que el comercio electrónico seguirá creciendo, la demanda por experiencias presenciales está en aumento, y los consumidores buscan interactuar físicamente con los productos y con otras personas. De hecho, los desarrollos inmobiliarios actuales apuntan a crear centros comerciales con un enfoque experiencial, ofreciendo servicios personalizados y ambientes dinámicos.
Este inesperado renacimiento de los centros comerciales, impulsado por una mayor demanda de experiencias físicas combinadas con tecnología, es un claro ejemplo de cómo la innovación y la adaptación son claves para sobrevivir en un mundo cada vez más digitalizado. Por lo tanto, lejos de desaparecer, los malls han encontrado su espacio en el futuro del comercio y seguirán siendo un pilar en las ciudades modernas.