Los desafíos que enfrenta México con Trump en el poder

El triunfo de Donald Trump en su camino a la Casa Blanca sitúa a México en un camino cuesta arriba. El regreso del republicano a la presidencia de Estados Unidos obligará a la economía mexicana a ajustarse los cinturones sobre algunos de los temas más sensibles para el país: migración, remesas, aranceles, nearshoring y la próxima revisión del TMEC, en 2026.

México, el principal socio comercial de EE UU, entrará en una fase de incertidumbre hasta conocer de qué magnitud será el viraje económico que emprenderá el magnate millonario una vez que asuma el cargo, el próximo 20 de enero.

Frente a la marcada volatilidad, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha lanzado un mensaje de tranquilidad a los inversionistas este miércoles. “No hay motivo de preocupación, nuestra economía está muy sólida y muy fuerte. Las exportaciones han venido creciendo y esa fortaleza es indispensable”, dijo este miércoles en Palacio Nacional. En sintonía con este mensaje, por la tarde, Sheinabum se reunió con Larry Fink, fundador del poderoso fondo estadounidense BlackRock, para hablar sobre la fortaleza de la economía mexicana y la importancia de mantener el TMEC.

James Salazar, subdirector de Análisis Económico de CI Banco, explica que una vez que se ha despejado la incertidumbre sobre el ganador en EE UU, el mercado estará atento a las declaraciones que haga el virtual ganador de aquí al 20 de enero, por ello no descarta un ambiente de volatilidad.

La devaluación del peso frente al dólar fue menos pronunciada que en 2016 cuando el republicano salió victorioso frente a Hillary Clinton. En ese entonces, el tipo de cambio pasó de 18,60 pesos por dólar a 20,90, y casi llegó a los 22 pesos, luego de que tomó posesión como presidente en enero de 2017.

Detrás de la depreciación de la moneda mexicana está el temor de que se concreten los amagos arancelarios contra México que ya ha hecho en campaña. Trump ha amenazado con subir aranceles a todos los países, a la industria automotriz mexicana —entre un 100% o 200%— y a China le elevaría los impuestos de un 20% a un 60%. A este riesgo se suman la amenaza de una renegociación más ríspida del TMEC, en 2026, una serie de medidas para desincentivar el nearshoring a favor del territorio mexicano y una política migratoria más restrictiva, que tendría un efecto en los flujos de remesas que llegan a territorio mexicano. “La filosofía de Trump va a seguir siendo la misma, negociar con amenazas y ataques, así que todo dependerá de cómo actúe”, añade Salazar.

Hasta ahora, México cuenta con cifras récord en exportaciones a Estados Unidos y en recepción de remesas. Al primer semestre del año, el país consolidó su posición como el principal proveedor de mercancías a EE UU, con envíos por más de 249.00 millones de dólares, un alza del 5,6% respecto al mismo periodo de 2023.

Las remesas, principalmente de Estados Unidos, también se han convertido en un balón de oxígeno para muchas familias mexicanas. Los ingresos por remesas entre enero y septiembre ascendieron a 48.386 millones de dólares, un crecimiento del 2,8%, en comparación al mismo lapso de 2023.

En su análisis, Citibanamex indica que es más probable que Trump imponga nuevos aranceles a China, aunque no en la magnitud señalada. “Para México suponemos dos efectos: el positivo relativo a los aranceles a China, y el negativo porque podría haber en algún momento de 2025 alguna variante del proteccionismo dirigido exclusivamente a nuestro país”.

Además, la incertidumbre va a inhibir las inversiones de largo plazo que buscan aprovechar el fenómeno del nearshoring. Esa misma incertidumbre afectará la revisión del TMEC. Las amenazas de Trump sobre migración influirán sobre las perspectivas de los influjos de dólares de remesas, lo que, junto con las restricciones potenciales al comercio exportador de México, debilitarían al tipo de cambio”.

Los analistas anticipan un periodo de incertidumbre hasta que se concreten algunos de estos nuevos amagos, a partir del próximo 20 de enero, cuando toma posesión. Sin embargo, reconocen que el control que los republicanos han obtenido también en el Senado allana el camino para la aprobación de reformas en materia económica, en específico, en los aspectos arancelarios y fiscales.

La migración es otro tema en el que el expresidente ha hecho énfasis. Durante su campaña electoral, Trump prometió “la mayor deportación jamás antes vista en Estados Unidos”. Según el American Immigration Council (AIC), esta deportación “masiva” tendría un costo equivalente a 4 veces el presupuesto de la NASA, o a la construcción de 40,500 nuevas escuelas, o tres millones de viviendas. A esto se le suman las promesas que ha hecho el republicano sobre la reducción de impuestos.

Por primera vez en la historia de ambos países, un mandatario involucra los temas económicos con los migratorios, afirma Alfonso Garza, especialista de migración de la Universidad de Houston. La diplomacia entre México y Estados Unidos siempre se limitaba a tratar temas internacionales dentro de su propio rubro, es decir, si se negociaban cuestiones económicas, estas incluían temas económicos exclusivamente.

De igual manera, si se negociaban temas migratorios, estos únicamente se enfocaban en cuestiones de esa índole. El presidente electo Donald J. Trump ha amenazado con imponer aranceles a todas las importaciones provenientes de México si el país latinoamericano no redobla sus esfuerzos en detener la migración hacia su frontera norte. Con esta política, el siguiente presidente de Estados Unidos sienta un precedente para una nueva relación bilateral con su vecino del sur, la cual afirma Garza, podría ser aprovechada por México en el actual contexto internacional, donde otras potencias mundiales buscan incrementar su esfera de influencia y al mismo tiempo reducir la estadounidense.

Raymundo Tenorio, catedrático del Tec de Monterrey, recuerda que la última renegociación del TMEC se originó durante la pasada Administración de Trump y ahora ha vuelto a amagar con un cambio sustancial del estratégico acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá. “Trump irá por la parte más dura en la renegociación del TMEC, lo que supondría no dejar entrar ninguna exportación que tenga algún material o fundición proveniente de China”, añade.

No obstante, también matiza que las nuevas inversiones, aun en la era Trump, sí llegarán a México, pero de manera más escalonada. “Las empresas ya establecidas en el país no se van a ir y las cadenas de suministro están muy dependientes, hay empresarios estadounidenses que no van a desperdiciar las ventajas que tiene México de salarios más bajos y, yo creo que el nearshoring sí crecerá, pero de una manera más lenta”, dice.

Gabriela Siller, directora de Análisis de Banco Base, se dice optimista de esta nueva relación bilateral entre México y EE UU de la mano de Trump. “La economía de EE UU va a seguir creciendo y México tiene mucho potencial de crecimiento, solo tenemos que acostumbrarnos a su modo agresivo, lo que seguramente va a causar volatilidad en los mercados financieros”, menciona.

La especialista recuerda que, en el pasado Gobierno de Trump, el millonario comenzó una guerra comercial con China que terminó beneficiando al país latinoamericano, una situación que podría volver a ocurrir en este nuevo mandato. “Si Trump continúa una guerra comercial con China, ellos necesitan a un aliado comercial y, por ello, es importante que el Gobierno mexicano tome las medidas necesarias para no crear más incertidumbre”, zanja